Capítulo 14

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¿En cuánto tiempo te puedes enamorar de una persona a tal grado de no querer soltarla? Es una pregunta muy subjetiva.
Tres meses y medio les bastaron a Jimin y a YoonGi para darse cuenta que se querían, que se querían como nunca nadie van a querer a otra persona.

Ya habían pasado dos semanas del accidente y ambos jóvenes se reincorporaron a sus actividades normales en la escuela y, a su pesar, a sus respectivos hogares, ambos tomaron costumbre de permanecer juntos y realmente ya no querían separarse.

Aquel día todo comenzó extraño para Jimin, su alarma sonó más temprano de la hora normal pero aun así se levantó, era tiempo que podía aprovechar, comenzó a alistarse para ir a la escuela tal vez añadiendo un poco más de acciones a su rutina. Una vez acabó, bajó a la enorme sala de su hogar para revisar que sus útiles estuvieran en orden, le pasaba muy seguido llevar los cuadernos de otras materias. No había mucha gente moviéndose de aquí para allá como de costumbre y quienes lo hacían lo hacían sin ganas, como si les hubieran quitado el alma del cuerpo. Jimin recordaba una vez en la que vio a TaeHyung así al haberse asustado con un perro callejero que les ladró cuando aún eran unos pequeños cachorros de apenas 7 años de edad.

Terminó de alistar todo lo que creyó importante para irse a la escuela y aún era muy temprano, se sentó en su cómodo sofá y se acurrucó en el mismo, poco a poco el sueño comenzó a invadirlo pero tocaron su timbre insistentemente provocando que diera un pequeño salto en su lugar por el susto, pensó que alguien iría a atender pero no fue así, ya no había movimiento alguno en su hogar. Se aproximó a la puerta de su hogar con todas su cosas listas pensando que probablemente era su pareja porque ya era la hora de que pasara por él, abrió la puerta y no divisó a nadie, ni siquiera el nuevo coche del Alfa estacionado. Miró hacia bajo y un pequeño sobre color negro con rojo reposaba en el tapete del suelo con su nombre escrito en cursiva "Para: Park Jimin", lo tomó y ahí mismo lo abrió, la hoja tenía el mismo contraste de colores, totalmente negra escrita con rojo.

"Los gatitos traviesos suelen desaparecer a manos del lobo feroz, pórtate bien Jimin o el lobo te va a comer..."

Se le heló la sangre, debía ser un error, un jodido error. ¿Un lobo?, ¿Se supone que él era el gatito? Su mente trataba de hilar toda la información recién recibida pero el claxon del Nissan que se estacionada frente a su hogar lo hizo mirar al frente, YoonGi ya había llegado por el para ir a la escuela.

Guardo el sobre con la carta en su bolsillo arrugándolo lo menos que pudo, se subió al coche saludando a su novio con un beso corto y así emprendieron su camino hacia la escuela dándose muestras de afecto en cada semáforo en rojo que encontraban. Debía admitir que ese contacto lo hacía olvidar sus problemas.

Las primeras clases corrieron normales pero Jimin no se sentía cómodo, sentía que una mirada se mantenía sobre él constantemente y eso lo ponía de nervios aún más de lo que ya estaba. Cuando tenía oportunidad se la pasaba pensando en lo que quería decir la carta, no tan literal, era obvio el mensaje.

Había estado indagando con TaeMin sobre los Min y con YoonGi sobre su pasado, claramente alguien no quería que se enterara sobre algo de esa familia pero la curiosidad en algunas ocasiones es inevitable y en esos momentos Jimin quería averiguar qué era eso que no debía saber más que nunca.

¿De verdad la curiosidad mató al gato?

[...]

A la hora del receso salió como rayo por la puerta de su salón, había olvidado entregar un trabajo y tenía que ir en búsqueda de su profesor de química, fue tanto su desespero al correr que no notó que alguien se interpuso en su camino. Terminó en el suelo junto con el otro muchacho de cabellera negra que lograba reconocer y una vez enfocando la mirada se dio cuenta que efectivamente conocía al muchacho.

Matrimonio Arreglado ~YoonMin~ OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora