Galaxy. [Nico Di Angelo]

Capitulo 38

i really love you.

Nico tomo a Katherine y la ato a la cama, ella estaba casi conciente, cuando la termino de atar, ella lo intento atacar, pero el se hecho hacia atras.

—Ahora, ¿en que estabamos?— pregunto Nico alejandose de ella unos metros. —Ah, ya lo recuerdo, ibas a decirme porque volviste aqui. Y no me vengas con eso de que buscabas a tu madre biológica o que volviste por mi— dijo el cruzandose de brazos.

—No lo harias— lucho con las cadenas, pero solo la lastimaban cada vez mas.

Nico rió irónicamente. —Sabes, Katherine...— de coloco un guante en su mano derecha. —...mis antepasados que vivían aquí, tienen, bueno, tenían una pequeña plantación— el volteo y entró a una pequeña huerta, Katherine intento sacarse las esposas y salir de allí al sentir el olor. —Una plantación de verbena— con su mano con guante, Nico tomo una pequeña planta con flores violetas-lilas. —Hasta donde sabemos, los de nuestra especie son alérgicos a esta... ¿pero eso ya lo sabias no?—

Katherine suspiro harta. —Por supuesto que si, por un momento había olvidado el hecho de que sabes demasiadas cosas— cada palabra que el hijo de Hades soltaba, parecía veneno, con cierta ironía y verdad. Se acerco a ella.

—No, ¿que hac...?— grito cuando sintió que las pequeñas flores violetas impactaban contra su mejilla.

—Solo responde lo que preguntó— alejo de ella.

—Volvi por ti, Nico. No por Astral. No por mi descendencia, no por lo que sea que pienses. Volví por ti— dijo mirandolo a los ojos, el la tomo del cuello y lo apreto.

—Di la verdad, Katherine— dijo el apretando el agarre. Pego la cabeza de la chica a la pared, de la fuerza que sostenía contra su cuello.

—¿Vas a torturarme?— pregunto ella con sus ojos con lagrimas.

—Voy a hacer lo necesario para que digas la verdad— respondió el alejándose nuevamente de ella.

—He hablado siempre yo. Es tu turno— dijo ella sentándose mejor en la cama. —¿Finges ser humano cuando estas con Astral? ¿Eso te da placer?— pregunto ella moribunda debido a la droga que Nico le inyecto.

—De hecho, no soy nada cuando estoy con ella, solo...yo— respondió el encogiéndose de hombros, tomando una silla que había allí, sentándose delante de ella.

—¿Ella sabe que me amas?— clavo su mirada en el. Nico rió levemente y se acerco a ella.

—No lo hago— se levantó y se acerco a la puerta de su habitación, esta estaba cerrada.

—¿Te acuerdas esa noche? ¿La noche del baile de los Fundadores, del baile que soñaste? Me acompañaste a casa y me dijiste que que era un ángel, cada vez que me veías, veías a un ángel...— Nico dejo de mirarla mientras recordaba. —...que cada vez que tocabas mi piel, tu cuerpo se incendiaba por dentro. Que cada vez que me besabas confirmabas una y otra vez lo enamorado que estabas de mi— ella negó con la cabeza sonriendo. —Doppelgänger o no, te hubiera amado, Nico. Vamos, torturarme, quemame, drena mi sangre hasta que me deseque, pero eso no cambiara la verdad. Jamas te obligue a amarme— negó con la cabeza exhausta.

El rostro de Nico era neutro, porque, en el fondo de el, sabia que ella decía la verdad. Dirigió una mirada, con la mandíbula tensada, con una mirada llena de dolor.

—No te obligue, Nico. Fue real, igual que lo mío— aparto la mirada de ella.