No había forma en el mundo de aprenderse tres folios completos de marketing para mañana, osea jueves.
Había pasado desde que llegué el domingo de casa de Justin hasta ahora metida en mi cuarto, sin salir de mi apartamento. Solo salía por las mañanas para ir a las practicas.
Sara estaba igual que yo, nos veíamos para desayunar, comer y cenar. Y, aproximadamente unos quince minutos.
Este examen era importante y teníamos que aplicarnos.
Con respecto a Justin... Estaba un poco harta.
Chantel todavía seguía en su casa.
Y, aparte, últimamente en la televisión hablaban más de nosotros, de rumores, en fin. Gilipolleces que solo me agobiaban más.
Me metí a twitter, por aburrimiento más que nada, y vi miles de comentarios sobre Chantel, Justin y yo.
Sinceramente, que algunas personas hablaran mal de mi por twitter me daba igual, lo que no me daba igual eran lo que decían sobre Chantel y Justin.
"Bonita pareja" Y una foto de ellos dos, que Chantel había subido a Instagram.
"Esta claro que acabarán juntos. Es imposible rechazar a Chantel."
"Chantel es la típica zorra busca fama, se tirará a Justin un par de veces y luego lo irá contando en programas, lo mismo de siempre."
"Me caía muy bien Melissa, no sé que hace ahora Justin todo el tiempo con Chantel"
Y muchísimos más comentarios, infinitos. Twitter estaba revolucionado toda la gente hablaba de lo mismo.
Decidí desactivar mi cuenta al instante, total apenas lo usaba. Y prefería evitar ver esos comentarios.
Chantel estaba consiguiendo lo que quería, armar escándalo y tener a Justin para ella sola. Y así era. Justin y yo no nos veíamos desde el domingo en el que sus padres se fueron y yo vine a casa. Hablábamos por el móvil y por mensajes, pero eso me sabía a poco. Echaba de menos una de sus visitas inesperadas por las noches.
Por una lado le echaba de menos, pero por otro la duda me carcomía, los celos, la impotencia, todo.
Confiaba en él, pero esto estaba llegando demasiado lejos.
Nadie aguanta que una chica, o más bien una zorra, este viviendo con tu novio, solos, a todas horas.
Yo y Justin habíamos hablado de eso estos días, pero el siempre decía lo mismo: "Solo somos amigos."
Habíamos tenido pequeñas discusiones por teléfono, sobre el tema, pero finalmente siempre lo dejábamos pasar. Al menos él, por que yo no paraba de comerme la cabeza.
Decidí tomarme una pastilla para el dolor de cabeza y me dirigí a mi habitación para ponerme el pijama. Mañana tenía el examen a las doce de la mañana así que madrugaría para seguir estudiando.
Justo cuando entré a mi cuarto mi teléfono vibro sobre el escritorio.
Un nuevo mensaje de voz:
Ey rubia, soy yo. –dijo alegre.
Supongo que con lo dormilona que eres llevarás ya un buen rato soñando conmigo. –se rió-. Es broma.
Solo te quería decir que mucha suerte en el examen. Y que espero que tengas toda la suerte que tuve yo al encontrarte a ti.
Descansa y, preferiblemente, sueña conmigo. –se rió entre dientes.
