A Harley aquello le parecía completamente estúpido. Ella sabía bien qué era matar a una persona y podía decir con facilidad que era una de las peores cosas que jamás había hecho. Sin embargo, sabía que era necesario. Sabía que ahora los demás no se detendrían y que la mayoría no tendría ni un solo escrúpulo, por lo que debían atacar ellos primero si no querían morir.

Aquellas personas no dudarían en acabar contigo, así que si tú dudabas en matarlos a ellos sentenciabas tu propia muerte.

Aun así, Morgan colaboraba en la comunidad y compartía el deseo de crear una mejor. Al menos, por ahora era suficiente.

También llegó un pequeño grupo hacía solo unos días atrás. Estos no eran nuevos. Ya pertenecían a Alexandría mucho antes de que Harley y el grupo de Rick llegasen, sin embargo habían pasado todo este tiempo de expedición.

Cuando llegaron, Heath, uno de esos alexandrinos que acababa de llegar, lo hizo con noticias para Deanna y ésta decidió compartirlas con Rick, quien luego las compartió con Harley.

Heath y su grupo habían encontrado una hondonada llena de infectados. No sabían cuántos habían, pero eran suficiente como para acabar con un pueblo entero.

Esos infectados se encontraban algo alejados de la comunidad, pero el simple hecho de que pudiesen acercarse a ésta inquietó a Rick, por lo que creó un pequeño grupo de expedición para ir a observar aquel lugar por él mismo.

Luego, se empezarían a tomar medidas al respecto.

Justo en ese momento, cuando Harley les estaba enseñando a usar bien el cuchillo, las puertas de Alexandría se abrieron y entró el coche con el cual había salido Rick y varios más aquella mañana.

Ella se quedó observándolo hasta que salió del vehículo y pudo ver su rostro. Supo en seguida que lo que había visto allí no le gustó demasiado, así que esperó a que se acercase a ella.

―Seguid practicando ―le dijo a los alexandrinos cuando Rick estuvo a unos pasos de ella―. Seguiremos mañana ―se acercó a él y comenzaron a andar juntos hacia la casa de Deanna―. ¿Qué has visto? ―quiso saber. Él sacudió la cabeza.

―Hay muchos ―contestó―. Más de los que creía. Y lo único que les impide venir hacia aquí es un camión que está a punto de caer.

―Mierda ―susurró Harley.

―Sí, mierda ―coincidió él.

Ambos entraron en la casa de Deanna y con rapidez explicaron el problema. Al instante, ella convocó una reunión con todos los miembros de la comunidad para poder hablar sobre lo que estaba pasando. 

Cuando todos estuvieron dentro de su casa, Rick volvió a explicarles lo que estaba pasando.

―Pero tengo una solución ―añadió, tras decirles lo que había visto.

―¿Y cuál es? ―quiso saber uno, quien Harley reconoció como Tobin, uno de los alexandrinos que había decidido no tomar clases de defensa.

―Puede que os parezca una locura ―comenzó a decir―, pero la idea es algo simple. Ir a por ellos antes de que vengan a por nosotros.

En la sala se hizo el silencio. Todos sabían que era una idea arriesgada.

―¿Y cómo sabes que vendrán a por nosotros? ―quiso saber otro―. Llevan allí mucho tiempo.

―Lo único que les mantiene allí encerrados está a punto de caerse ―intervino Harley―. No es una cuestión de si vendrán o no. Se trata de que van a venir y de que tendremos que estar preparados para ello.

Shout ◇ Rick GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora