LANCE

Todos en la mesa intercalavan miradas entre Allura y yo. El ambiente se tensó. Deseaba que mis pensamientos no fueran ciertos y Keith simplemente estuviera indespuesto o lo que fuera, pero que estuviera a salvo.

- Y-yo... no sé,  porqué preguntas?- dijo la princesa con un toque de nerviosismo.

-Porfavor Allura, dime que no has echado a Keith del castillo y que no está ahora mismo en quien sabe dónde solo.- dije serio con una pizca de ira rebosando en cada palabra.

-Y-yo creí q-que estaba haciendo lo co-correcto...

-NO ME JODAS ALLURA! SABES PERFECTAMENTE COMO SE SENTÍA KEITH!- dije furioso golpeando la mesa con la mano - Y TAMBIÉN SABES QUE NO PODEMOS NI IR A LA ESQUINA A COMPRAR EL PAN SIN QUE LOS GALRAS NOS ATAQUEN.... lo sabias y pese así lo echaste de la manera más cruel y repugnante posible.- dije yo con todo el odio acumulado en cada palabra.

-Allura- dijo Shiro- dime porfavor, que lo que dice Lance no es cierto.

-...-no hubo respuesta.

- Allura no sabes lo que has hecho, no tienes la maldita idea de lo que acabas de hacer- pronunció Shiro- si los galras han capturado a Keith, reza porque no le hayan tocado ni un pelo a mi hermano.... porque sinó, olvidate de el paladin negro y de que luchemos a tu lado- sentenció Shiro mientras salía de la sala a paso apresurado.

Para cuando me di cuenta, noté que Hunk y Coran ya no se encontraban en el comedor y que Allura se encontraba llorando desconsolada a causa de las palabras de Shiro. Todos sabíamos del interés de la alteana por el paladin negro. Pidge apoyó su mano en mi ombro en señal de apoyo y abandonamos la sala para dirigirnos a la cámara de la menor.

Lance... estás, ya sabes...bien?-Dijo la castaña un poco tensa y sin saber bien que debía hacer.

-Si, solamente el amor de mi vida esta en las garras de nuestros enemigos y yo no estoy allí para protegerlo... por lo demás bien...

-Todos lo queremos de vuelta, Lance... y la única manera de rastrearlo es a través de Red y ambos sabemos lo arisco que es ese bicho.- Dijo Pidge.
Entoces caí eso era, RED, el sabía el paradero de Keith, de MI Keith. No iba a perder más tiempo, corrí hacia la habitación de Shiro. Sin andarme mucho por las ramas le expliqué mi plan al mayor. Los dos le tenemos un gran afecto a Keith, de distintas formas, pero afecto al fin y al cabo. Nos pusimos en marcha hacia el lugar donde descansaban los leones. Nos plantamos delante de Red, el león de Keith. Intentamos que se abriera de todas las formas posibles. Con Blue fue más fácil...

-Venga hombre, no seas malo, te necesitamos! Keith te necesita! Ayudanos Red, te lo suplico.... Red, necesito tener de vuelta a Keith yo... lo quiero...de todas las maneras posibles, lo necesito aquí conmigo y sin ti no puedo lograrlo... por favor
...ayúdame.
No me importba estar hablándole a un trozo de metal y mucho menos haberme confesado delante de mi futuro cuñado, lo único que quería era a Keith. Supongo que le di pena a Red, porque nos dejó subir a ambos a su interior y sin más preámbulos se encamino a quien sabe dónde.

-Así que mi hermano...-dijo Shiro pícaro.

-Que le voy a hacer, es la persona que quiero a mi lado por el resto de mi vida, hasta que la muerte nos separe...

-Te lo digo por tu seguridad...le haces daño....y te corto los h*evos, entendido?- dijo serio. Me dio un poco de miedo.

-Ajá, clarísimo, más que el agua, nada que preocuparse...

-Eso espero...-dijo desviando la vista al frente.

No nos dimos cuenta hasta que lo teniamos enfrente, una nave galra estaba en frente de nustras narices. Si estabamos allí era porque Red detectó a su paladin y algo estaba claro... se encontraba dentro de la flota. De una manera que sigo sin entender nos colamos dentro de la flota, yo iba detrás de Shiro siguiendo cada uno de sus pasos. De repente nos detuvimos para escuchar una conversación entre un hombre peli-blanco y una mujer.

-Señor, ya tenemos la camilla lista y al paladin atado, podemos emezar ya la operación si usted lo deesea.

Se me heló la sangre, sin duda alguna estaban hablando de Keith y un experimento, y esa dos ideas formaban una mala conclusión.

-Y a qué espera? Quiero que esté listo lo antes posible, no puedo esperar a tomarlo mucho más.

La mujer asintió y se fue caminando por el pasillo. Cuando el hombre se fue seguimos a la mujer hacia una sala, en la cuál, se podía ver a un Keith jadeante y descompuesto.

-Qué le están haciendo, Shiro?- dije en un susurro para no ser oído.

-No lo sé, pero de todas formas, no me gusta ni un pelo.- respondió el mayor de la misma forma.

-Tenemos que sacarlo de aqu...-la mano de Shiro se posó en mi boca, en un intento de que guardara silencio. La mujer había abandonado la habitación y era nuestra oportunidad de sacar a Keith de allí.

-Escúchame Lance, voy a activar la alarma para distraer a los guardias,  coge a Keith y llévalo a Red, yo os veré allí.

No dijo nada más y se fue por el pasillo, segundos después comenzarona sonar las sirenas y en ese momento, abrí la puerta donde yacía Keith. Allí estaba, atado de manos y pies a una camilla, todo sudado. Jadeaba y se retorcía en aquella camilla blanca. Cuando notó mi presencia sus ojos se clavaron en los míos, esos hermosos ojos morados me observavan suplicando auxilio. Llevaba puesto un traje negro de lo algo que parecia ser cuero, era la cosa más sexy de el mundo, pero no era el momento de pensar eso. Me apresuré a desatalo de las respectivas cadenas que lo amarraban y lo abracé, lo más fuerte que pude. Él me correspondió agarrando débilmente con sus manos mi chaqueta.

-Lance- suspiró. Fue el suspiro más endemoniadamente erótico del universo.- sacamé de aquí.
No dudé ni un segundo y lo cargué como mi princesa que era, y corrí hacia Red. El león nos dejó entrar a su interior donde se encontraba un exhausto Shiro.

-Keith!-exclamó el mayor- gracias a dios que estás bien...

-Shiro, me han hecho algo, me siento raro...

- No pasa nada, ya estás con nosotros.- contesto el mayor dedicandole una mirada tierna al azabache, el cuál sonrio a causa e esas palabras. Me molestó un poco todo hay que decirlo.

-Ven Keith, toma asiento-dije señalandome el regazo, el asintió si no fuera por la situación hubiera alzado su dedo medio hacia mi persona. -Shiro, maneja tu a Red, yo me quedaré aquí con Keith.- Me acerqué a la silla que no estaba ocupada por Shiro y me senté con Keith en mi regazo. Pasé mis manos por su cintura en una especie de abrazo, pero en ese instante Keith hizo un sonido extraño.

-Mmmh Agh!

Creo que me estoy volviendo loco, acaso mi azabache acababa de gemir ante un tacto mío? Eso me excitó de cierta manera. Solo por las dudas acaricié su dorsal nuavemente.

- Mmmhh Aghh mmh! Lance, p-para, me estas haciendo sentir r-raro.

Algo iba mal, no se el qué pero, algo le estaba ocurriendo a Keith y eso no era bueno.

Final del Capítulo 2.

Se avecinan grandes cosas, muy grandes en el siguiente capítulo.
Espero que os haya gustado ( I'm still sucking at this but nye! ) y nos leemos pronto.

Dejad vuestras opiniones y yo con gusto modifico la historia al gusto de todo el mundo.

Bye bye! ♡

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