Capítulo 20

65.6K 8.6K 3.5K
                                    


Andrea

«Deberían prohibir pasar más tiempo viendo la televisión o el teléfono que las estrellas en el cielo».

Tengo ese pensamiento recurrente desde cargué con una silla reclinable, la subí conmigo a la azotea, puse la radio y me recosté a observar la noche. El programa es sobre ciencia ficción y el locutor habla de luces «extrañas» vistas en Río de Janeiro, incluso incluye testimonios. Suena... interesante. Más cuando prefieres discutir qué hay más allá que enfrentar el más acá.

—Pero hay más testigos —dice la mujer.

—Nadie dice que no —contesta el locutor. Para este tipo de programas siempre eligen a alguien con voz profunda—, pero en los foros de internet hay escépticos desmintiendo todo.

—¿Con qué argumento?

—Drones.

Es lo más lógico.

—No —Ella se sobresalta—. No eran drones...

Una fantasía acerca de vivir algo tipo «La guerra de los mundos» viene a mí. ¿En dónde nos esconderíamos con mamá, la abuela y tía Su de ser atacadas por una invasión alienígena? No tenemos sótano.

The Winner takes it all. The loser standing mall... —escucho cantar a alguien por encima de la mujer quejándose. Bajo el volumen de la radio.

—Basta —digo a regañadientes, sacándome los auriculares, volviendo de golpe a la realidad. A mi pesar tía Su entra en mi campo de visión indicándome con un gesto hacerle espacio en la silla.

—¿No estabas escuchando The winner takes it all? —pregunta sin un ápice de culpa por interrumpir.

—No —Me siento levemente ofendida.

—¿Y tú luto por Oliver? —Ella suena como si yo acabara de decir algo insólito.

—Si te sirve de algo, estaba a punto de rogar a los ovnis que se lo lleven.

—No, mejor a Porky, Oliver sabe cocinar.

—Tendríamos que preguntar a la humanidad si prefiere el porno por encima de la cocina —digo buscando en mi teléfono la canción.

—Los extraterrestres tendrían que elegir, no nosotros; y no sabemos si les gustaría nuestra cocina o forma de procrear.

—Algunos especialistas defienden que de haber vida inteligente en otros planetas estarían tan avanzados que antepondrían la búsqueda de conocimiento por encima de crear vínculos entre ellos.

—Eso suena triste.

—Ya hay gente así —digo, dejando sonar The Winner takes it all—. Están a salvo porque no esperan nada de nadie.

Ya no quiero hablar... —empieza a cantar tía Su con un aire dramático. A este paso terminaremos contando mi historial al estilo Mamma Mía!de las cosas que hemos pasado. Aunque me hieran,... ahora son historia.

—No cantas mal —halago.

—Fue mi himno cuando me divorcié.

—Te creo.

Nos sentamos una junto a la otra a modo de tener cada una un auricular en el oído, solo nos falta un bocadillo con mucha azúcar.

—Entonces no estabas pensando en Oliver —insiste, prudente; reconociendo un poquitín que arruinó mi perfecto momento de ocio.

La buena reputación de Oliver Odom ©Where stories live. Discover now