39 - La decisión {End}

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Sólo hay una cosa en este mundo que puedes decidir sola. Estás a punto de saber cuál es.

***

Hyeyeon había subido a su habitación, donde Yoongi leía el periódico en la butaca más próxima a la ventana, mientras ella lo observaba con curiosidad.

—Tú... tú tocas el piano, ¿verdad? —Hyeyeon le sonrió cuando él levantó la vista del diario—.

Frunció el ceño y la miró.

—Sí —contestó con gesto de extrañeza y continuó leyendo.

—¿Quién te enseñó?

—Mi madre. Murió hace mucho tiempo, son los recuerdos que me quedan de ella...

Bajó la mirada de nuevo para volver a subirla y observarla. Hyeyeon se frotó las manos nerviosa. Parecía que intentara de alguna manera romper el hielo. Yoongi suspiró, dobló el diario y la analizó con curiosidad. Miraba hacia el suelo, tímida, como si buscara una conversación que no llegaba.

—Mi madre daba clases en una asociación cerca de casa. Cuando podía, la acompañaba. No tenía mejores cosas que hacer.

—Y... ¿qué más te gusta hacer?

Era gracioso. Nadie le había hecho esa pregunta en toda su vida. Una pregunta tan sencilla y tan habitual... y que jamás le habían hecho. Sintió una soledad inmensa y una sensación de vacío que hacía mucho tiempo que no sentía. Un nudo en la garganta le impedía decir nada. Tosió suavemente y se revolvió en el asiento.

—No... no sé, Hyeyeon. ¿Por qué me preguntas eso?

—Me interesa. No sé tanto de ti... No conozco tus aficiones, bueno... sé que tocas el piano y que te gusta la música. —Sonrió—. Y que entrecierras los ojos cuando lees concentrado o cuando escuchas algo que te interesa... —Se quedó pensativa—. Tienes manías y eso...

Se sorprendió al escucharla.

—Bueno... Cuando... cuando no te interesa algo que estás escuchando —prosiguió ella— te tocas el pelo muy a menudo y cuando te enfadas, lo primero que haces antes de decirlo o demostrarlo es tensar la... la mandíbula y arrugar la nariz en esa forma tan peculiar que da risa.

Yoongi puso cara de asombro. Hyeyeon balanceaba las piernas, que colgaban de la cama, como una niña, mientras sus manos reposaban debajo de sus muslos.

—Ah, y tienes una especie de manía que es muy siniestra, ladeas la cabeza hacia la derecha. Da miedo. Fue lo primero que hiciste cuando, ya sabes... cuando viniste por primera vez a mi trabajo... —Miró al vacío, sin dejar de hablar—. Y... y cuando Taehyung te dice cosas ridículas, parpadeas muchas veces, como si no salieras de tu asombro. —Rió, pero al poco se puso seria—. Son las cosas que veo. —Lo miró—. Pero la verdad es que no sé qué te gusta.

Él permanecía en silencio, con un codo apoyado en el reposabrazos y una mano ante la boca.

—¿Montar en bici...? ¿Ir al cine...? ¿Coleccionar sellos?

Le dio la risa. Se frotó los ojos con los dedos y volvió a reír.

—Madre mía, Hyeyeon... Llevo toda la vida trabajando, no... no tengo aficiones. No he dedicado mucho tiempo a divertirme.

—Bueno, lo entiendo. Olvídalo, no quería incomodarte.

Él hizo un gesto con ambas manos y se golpeó las rodillas.

—Ven —le dijo.

Hyeyeon se sentó en su regazo y Yoongi le apoyó la cabeza en su hombro. La barbilla de Yoongi le rozaba la frente y podía oír el latido de su corazón en aquel pecho que tanto le gustaba, su piel suave y aquel leve olor a perfume que Hyeyeon siempre tenía.

Revenge » Min Yoongi; BTS✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora