La familia.

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Capítulo 35.

La familia.

Mauricio no estaba seguro cuanto de la charla había escuchado Julián, pero agradecía que hubiera terminado. El alfa no se mostró sorprendido ante la relación entre Bernardo y Gina, a Mauricio la idea de que ya lo supiera y se lo ocultase le incomodó.

—Agradeceré sean discretos— dijo Julián cuando él, Mauricio y Duncan caminaban, alejándose del lugar donde habían tenido aquél encuentro, —por alguna razón mi hermano ha pedido discreción y Gina lo ha solicitado a través de mí.

Las palabras finales de aquella oración hicieron que el malestar de Mauricio aumentara un poco, pero no se sentía con el derecho a reclamar la aparente buena y funcional comunicación con la chica, él mismo había dicho que no eran nada.

—Tal vez una relación así de seria y formal le asusta al niñato— se mofó Duncan.

Sí, había jerarquías y rangos, tal como Gina había dicho, pero entre el par de hermanos alfa, el beta y ahora también el humano, eso no parecía importar mucho, eran amigos, se reían y burlaban entre ellos.

Cuando notó que ninguno de los dos habló ni siquiera para reprenderlo y, más bien, parecía como si no le hubieran escuchado, Duncan se aclaró la garganta y agregó, —creo que iré a descansar, fueron muchas emociones por hoy. Pero no se preocupen, puedo ir sólo, estoy seguro que ustedes dos tiene mucho de qué hablar— palmeó con suavidad el hombro de ambos y prácticamente desapareció de allí.

Mauricio se sintió algo incómodo, sabía que Duncan tenía razón, ellos debían hablar, pero no sabía qué decir exactamente. ¿Cómo debería iniciar? "Disculpa, no quise decir aquello", o tal vez: "Perdóname, fui un idiota".

Lo cierto era que había lastimado al joven alfa con sus palabras y aún podía notar lo afectado que estaba, porque a pesar de haber llegado a su "rescate" ante Gina, Julián se notaba abatido y rehuía su mirada.

Sorpresivamente fue el mismo Julián quien rompió el silencio.

—Sé que no es justificación, ella mi pidió ser discreto y estaba en un dilema porque sabía que no era correcto ocultarte cosas, siempre es bueno ser sinceros, y decir lo que pensamos.

Y la última parte de ese discurso hizo que Mauricio se sintiera mareado, era claramente una referencia a aquella discusión:

—En cualquier momento puede echarme de aquí.

—Si él hace eso sería lo mismo que desconocerme, me iría también.

—No, Julián; no puedes hacer eso.

—Claro que puedo.

—¿Planeas huir? Además, dijiste que había un tipo de mordida para las parejas, así que tú y yo...

—No somos nada. ¿Eso quieres decir?

—...

—No te entiendo. Te expliqué y te demostré lo que soy, te dije que podías elegir y aceptaste venir conmigo hasta aquí, pensé que eso era suficiente.

—Pensaste mal.

—Mentí— declaró, —en realidad no quise decir eso, estaba asustado.

Julián detuvo su caminar y le miró, porque hasta entonces los dos habían mantenido un paso lento, sin rumbo exacto, parecía que cada vez se alejaban un poco más de la casa, aproximándose al área boscosa de los alrededores, y siempre observando sus propios zapatos como si fuera lo más interesante.

MoonlightWhere stories live. Discover now