s e s e n t a y u n o

48K 10.3K 3.4K
                                    

ME ENCANTO TU CASA TOM!!! TIENES MUCHOOOS LIBROOOS!! ES COMO UNA BIBLIOTECA!!! ME ENCANTO TU PISCINA!!

- Eithan

Casi no la usamos, haha

- Tom

Tu papa es muy amable, y tu mama mas!! quiero una mama como la tuya tom :cc

- Eithan

oh :(

- Tom

Y enserio de los enserios puedo ir a tu casa cada que este triste?

- Eithan

Cada que quieras

- Tom

Puedo ir hoy despues de la escuela??? no quiero estar en mi casa!! :(

- Eithan

Claro que si :)

- Tom

ERES EL MEJOR AMIGO DEL UNIVERSO TOMMM!!

- Eithan

no has conocido a todos, eith

- Tom

No necesito conocerlos, eres el mejor!!

- Eithan

Hoy podemos volver juntos a casa, ¿okey? :)

- Tom

Okey c:

- Eith


Las rutinas se forman de un algo que no era pero pronto comenzó a ser, ese algo se repite tantas y tantas veces que se vuelve una rutina, y así sucedió, porque desde ese día Eithan y Tom volvían juntos de la escuela a casa de Tom, todos los días.

 La gente suele mirar a las rutinas como algo pesado, triste y vacío, pero esa, justo esa rutina, era la más hermosa del día. Salir de la escuela, sentarse en el asiento trasero del autobús escolar y bajar para luego competir por quien llegaba primero a la casa del rubio, corriendo entre el pasto el cual, en ese entonces, le parecía a Eithan como el pasto más verde, mojado y largo hasta las rodillas que pudiera haber. Después, ambos comían algo que la madre de Tom preparaba, comenzando así Eithan a tomar un cariño especial por la señora W., la madre de Tom, "su madre sustituta", la que lo cuidaba y le alimentaba cada tarde, la que lo dejaba pasar cuando este tocaba la puerta, con los ojos llorosos y la nariz moqueada, debido a que su madre le regañaba o simplemente le soltaba un golpe en la mano que a su edad, era lo más doloroso que podía haber. La señora W. lo dejaba pasar y a veces Eithan se quedaba a dormir en casa de su amigo, a veces Tom lo tranquilizaba contándole historias que a su vez, la madre de Tom le había contado a él; para Eithan, Tom comenzó a importar demasiado, de formas que no comprendía, era su mejor amigo, el chico que siempre lo ayudo, lo cuido y le hacía sonreír con cada cosa loca que se le ocurría, y aunque los demás niños veían a Tom como un chico egocentrista y pedante, Eithan sabía perfectamente lo que era él, un chico solitario, sin muchos amigos, con ideas locas en la mente y cosas maravillosas en el corazón que a veces, si quería, las expresaba a través de su "universo", a través de su boca.

Ambos chicos crecieron juntos, junto a la rutina, que se había vuelto tan común que a veces dejaban de darle importancia, pero a veces no entendemos el valor de una simple rutina diaria, de un simple entrar por la puerta de madera blanca, de un simple contar cuentos en la noche debajo de una cobija caliente y con una lampara, hasta que las perdemos, hasta que desaparecen, hasta que nuestros ojos no vuelven a recorrer las mismas calles llenas de pasto y a mirar la misma puerta blanca con el letrero "thomas" en ella.

Una de las cosas favoritas de Eithan eran las estrellas, pero no las estrellas del cielo, sino las estrellas del cuarto de Thomas, unas de color plateado pintadas en el techo y en las paredes, unas que cuando la luz se apagaba, comenzaban a brillar por todas partes, a Eithan lo tranquilizaban, le gustaba mirarlas, imaginar que volaba junto con ellas o que les pedía un deseo, siempre el mismo, siempre.

Pero también esas estrellas se desvanecieron, y Eithan no se dio cuenta de lo mucho que significaban, hasta que de alguna forma se esfumaron en el viento cuando la rutina también desapareció y su mejor amigo tuvo que decir adiós.

A veces la rutina que tanto odiamos, es la que más extrañaremos cuando estemos solos, en nuestra alcoba, pensando en ella, en los pasillos de tu escuela primaria o en los letreros de "no comer" colgados en una pared a un lado de la ventana.


Va con b, vurroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora