Venciendo la obesidad.

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La lluvia se asoma desde el oriente al igual que una marca en mi cuerpo gracias a la ropa interior ajustada. Con gran esfuerzo logro levantarme de la cama y poner mis pies en frío y fresco suelo. Al igual que mis músculos aparecen mis antojos por un sándwich con jalapeño se hacen presente y un dolor punzante en mi ombligo me da la sorpresa de que ya es final de mes. 

Me resigno a mi dolor y a maldecir cualquier cosa superior a mi por hacerme mujer y tener que pasar por dolencias como estas. 

No importa cuanto trate de hacer ejercicios, comer menos o inventarme un itinerario para la ansiedad. E intentado perder calorías tanto como el que inventó hacer por primera vez las bombillas.

Desde muy niña peleé con la cuchara, el plato, el cuchillo y el tenedor, no me malentiendan, pero es cierto, siempre trataba de buscar el plato más hondo  o más amplio para comer y llenarme lo suficiente como para no pedir comida por unas cuantas horas.

No se trata aquí de sólo gordura, no es sólo lo que comemos, no, es la forma en como lo hacemos y por un corto tiempo sentimos satisfacción, sentimos que está bien, pero luego pasa un corto periodo y volvemos a caer, solos de nuevo en un gran agujero que ni siquiera sabemos si tendrá o no fin, eso es, honestamente creo que necesitamos romper con con tanta basura de la que nuestra mente se ha llenado, con todo lo que callamos y no decimos.

Vencer la obesidad no va ser de la noche a la mañana, lleva sacrificios, y no importa si caemos, está bien hacerlo, está bien parar y descansar tomar un gran suspiro y seguir adelante.

No se es gordo porque sí, ni porque no, todos tenemos una razón por la cual subimos de peso, que no la digamos, es distinto.


Venciendo la obesidad.Where stories live. Discover now