Capítulo 9 "Me voy a asegurar de que me obedezcan cuando estoy cerca"

325 30 0
                                    

 Ocho y media de la mañana, marca el reloj de la cocina. El tictac es el único sonido que puede oírse en la abrumadora tensión del departamento. Zóe está preparando un café para Pablo, y separa un analgésico con un vaso de agua que deja en la mesa para que lo tome. Él lo hace, bebiendo un largo trago que vacía el vaso en segundos.

 Sara está sentada frente a su papá, del otro lado de la mesa, clavando sus uñas en diferentes partes de su mano, un extraño hábito que adquirió hace poco tiempo y tiende a hacer cuando está nerviosa. Si bien ella nunca se había percatado de las marcas en forma de medialuna que perduran en su piel los minutos posteriores, Fernando sí lo había notado, haciendo preguntas y siendo exagerado, como si ella hubiese estado ocultándoselo, como si fuese una cuestión importante; hasta el punto en que tuvo que prometerle que no volvería a hacerlo. En este momento, no puede resistirse a romper su promesa, y, de todas formas, no es como si él fuese a regañarla pronto. Puede o no estar presionando más fuerte ante ese pensamiento.

 El café es preparado y puesto sobre la mesa pocos minutos después. Sara prefiere ignorar el pulso tembloroso con el que Pablo toma la taza y la lleva a su boca. Con apenas un sorbo a la bebida humeante, él deja la taza en el elegante apoya vasos que Zóe trajo para él.

—No puedo creer que me hayas hecho esto, Sara.

 "Esto" es la alusión más cercana del tema que hará frente a ella, con el inconsciente afán de que no pronunciar palabras exactas lo vuelva menos real, le afecte en menor medida, no apuñale tanto su corazón, porque si bien el ser traicionado por dos de las personas más importantes de su vida no quiere decir que va a llorar, sí amerita las pocas lágrimas frustradas que están cayendo de sus ojos.

—Después de todo lo que hago por vos, después de lo mucho que me esfuerzo para que tengas todo lo que querés, y todavía más. ¿Es así cómo me agradecés? ¿Es esto lo que crees que merezco?

 Sara suspira, su papá nunca va a entender que, por única vez en la vida, no se trata de él. Jamás comprenderá que en ninguno de ellos estaba la genuina intención de lastimarlo, no se interesará en escuchar la historia detrás de los hechos que el tachará de deslealtad, ingratitud y traición. No sabrá lo mucho que ella ha llorado, preguntándose por qué se siente mal respondiendo al palpitar de su corazón, por qué su corazón late por las razones incorrectas, por qué las razones incorrectas la hacen sentir viva, satisfecha; encontrándose frente al dilema de decidir si renunciar a su felicidad y salir lastimada, o animarse a ser feliz, pero sabiendo que podría lastimar a los demás. Por más egoísta que pueda resultar, Sara pensó que ya había resignado demasiadas cosas para contentar a alguien más, y lo cierto es que no se arrepiente. 

—No entiendo cómo hiciste para esconderlo todo este tiempo, cómo te las ingeniaste para que ni siquiera se me ocurriera sospechar que me estaba perdiendo de algo.

 El hecho de que no esté gritándole habla más sobre su temple que sus propias palabras. La luz de un nuevo día parece haber desterrado la ira irracional que arrancó de su boca los peores insultos dirigidos hacia su hija. En contraste, el parsimonioso tono de su hablar denota una profunda angustia, teñida por las frases que demuestran su amargura en cada palabra, en cada sílaba que pronuncia con pesar.

 El estrepitoso ruido que el acero de la olla provoca al caer al suelo es ensordecedor. Zóe intenta acomodarla con disimulo, pretendiendo que su curiosa presencia pase desapercibida. Sara frunce el ceño, preguntándose qué tanto sabe ella. Juzgando por la forma en que a Pablo no le incomoda que escuche nada de lo que tiene para decir, asume que mucho más de lo que piensa.

—Pero es que ¿cómo podría haberme dado cuenta? Casi no pasabas tiempo casa, apenas te veía una vez por semana, de casualidad podíamos tener una charla juntos.

Para quien quiera abrir los ojosWhere stories live. Discover now