#18: "Lolla Pelusa"

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Y después de tanto esperar, qué bien se sintió cuando al fin, mi amor era correspondido. Tantas veces escuché sus te amo con la boca llena de mentiras y ahora, todo marchaba bien para mí, él ya no mentía y lo podía ver en sus dulces ojos hechos de miel.

Volvía a viajar con The Strokes, "Los Salvadores del Rock", aquellos que habían hecho palpitar de nuevo el corazón de una generación sin identidad. Y me sentía especial, tomándole la mano y siendo elegida por él, para pasar el resto de los días y yo, también lo eligiría cada mañana. Mi corazón gozaba de alegría, me di cuenta de que estaba viva, cuando me besaba y comenzaba a latir aceleradamente, hasta chocar con mi pecho descansando en la superficie del suyo.

Que lo quería, deseaba grirarle. Que esta vez no se vaya nunca, quería implorarle. Que me ame como yo a él, podía rogarle. Que me emparche un poco porque estaba rota, que limpiara mi cabeza, y que pudiera colgar mi mente de una soga hasta que se secara de problemas. Que estuviera en mi cama Viernes y Domingo, para que yo estuviera en su alma todos los demás días de mi vida. Que me quisiera cuando esté, a punto de irme y cuando me vaya. Y que no le importara mi ropa, si total me iba a desvestir, para amarlo. Todo eso, se lo dije, en un beso. Y él, en un lenguaje que sólo nuestras lenguas cruzadas hablaban, me susurró que me amaba.

Fueron días complicados, y todos necesitabamos descansar, aunque sea un miserable día. Y sucedió. Sí, así como leen, ninguno de los cinco chicos pudo recordar con exactitud en qué fecha salían y resulta que, aún faltaban un par de días.

Me encontraba descansando en la habitación de Julian, ese mismo día en el que fuimos a sacar a Fabrizio de prisión. El resto de los muchachos se dirigió a casa de Nick a buscar a las chicas, que anteriormente se habían quedado allí y se encargaron de darle la triste noticia, de que no se irían aún. Y junto con ellos, había ido Julian, quién casi se muere al descubrir que había olvidado una de sus camperas favoritas en casa de Nick. Claro, que si vamos a el caso, todas eran sus favoritas.

Me encontraba sola, al fin en silencio, con lo que yo amaba la soledad y el silencio y estos chicos que no podían proporcionarmelos ni por un misero segundo. En fin, estaba en paz, me sentía en una especia de paraíso.

No pude evitarlo y comencé a recorrer la casa ¿Qué clase de misterios escondían esas paredes? ¿Qué se ocultaba detrás de la puerta de la habitación? ¿Julian habría puesto una heladera en el baño? ¿Habría una cama de bronceado que explicara porque cada año Julian Casablancas tenía un tono de piel más oscuro? ¿Tendría una biblioteca enorme con sus libros favoritos? De hecho, no me asombró para nada ver una pila de libros a el costado de su cama, el siempre había amado la lectura ¿Qué tal si en su biblioteca se hallaban libros de mi autoría?

Comencé a caminar y, buscando la biblioteca, me encontré con la habitación contigua y me llamó la atención. La recorrí y fue obvio, era la habitación de su ex-esposa ¿Cuánto tiempo habrían llevado durmiendo en habitaciones separadas? ¿Tan insoportables eran los gases de Julian? Solté una risa interna, supuse que estaba demente, en un momento que tendría que desilusionarme, comenzaba a reírme por las supisiciones sobre el por qué de su relación disfuncional ¿O podría ser acaso que Julian utilizaba mucho papel higiénico y el dinero nunca les alcanzaba?

Tuve una hipótesis ciertamente casi comprobada por mi mente; supuse, conociendo a Julian, que pasaba mucho tiempo entre libros y creando diferentes cosas para expresarse artísticamente o tal vez, en su discográfica tratando de cumplir sueños ajenos (Generalmente, se compadecía mucho de aquellos de gran talento y pocas posibilidades y cuando veía eso, su mano nunca faltaba actuando allí) Y en ese momento, me asusté. No tendría a Julian todo el tiempo para mí, recobré la razón al darme cuenta de que estaba siendo egoísta ¿No era yo la famosa escritora conocida por publicar libros año tras año y usar seudónimos para no saturar el mercado? Entonces, seríamos una pareja de artístas que al llegar a casa se preguntarían《¿Qué tal tu día?》Y a pesar de haber hecho mil cosas, nos contestaríamos algo como《Nada interesante, ¿Vamos a la cama, cariño?》Porque así somos los artístas por naturaleza, perfeccionistas y reservados en nuestro trabajo que casi siempre, es sólo de nosotros y nadie puede arrebatarnoslo. Sería lindo, estar con alguien que me comprenda y sepa ser igual que yo. Y al final, en la oscura noche besarnos, y que la unión de nuestros labios, fuera la mejor creación del día.

Heart in a cage: Segunda temporada [Julian Casablancas]Where stories live. Discover now