#5: "Las cosas cambiarán"

324 27 45
                                    

Al día siguiente, estaba durmiendo en el pasillo, al costado de la puerta de la habitación que se nos había asignado, cuando Nikolai abrió la puerta.

─Me mandaron a preguntar si dormiste bien. ─ soltó luego de despertarme bruscamente

─Claro que sí...─contesté con sarcasmo. ─...si omites el hecho de que me echaron a la madrugada, hacía frío y sólo me dieron unos guantes, unos chicos me acosaron, y terminé durmiendo en el suelo a pesar de mis problemas en la columna. Sí, muy bien.

─ ¡Durmió bien! ─gritó Niko hacía adentro.

Me levanté rápidamente y antes de que se dirija hacía adentro, lo interrumpí con una consulta, sobre un tema que me había quitado el sueño; claro, el piso helado ayudó mucho.

─Nikolai... ¿Tú sabes quién es la amiga de Julian?

─Bueno, no quiero hacerte sentir mal. Pero es una persona, no lo sé, simpática y bonita.

─ ¿Por qué me haría sentir mal a mí una amiga de Julian?

Su cara cambió por completo y se metió inmediatamente adentro. Me quedé allí unos segundos ¿Por qué me haría daño? ¿Por qué Nikolai había reaccionado de esa manera?

Al cabo de una hora nos encontrábamos en una furgoneta, a punto de viajar unos kilómetros más para encontrarnos con Noa.

─ ¿Recuerdan esa vez que quedamos fuera?─rio Albert. ─ Sí que quedamos fuera.

En ese instante, mi mente comenzó a trabajar, todas mis neuronas estuvieron de acuerdo, y encontré la manera perfecta para vengarme de The Strokes.

Todas las ventanas estaban cerradas, claro, después de una "mala noche" todos queríamos cerrar los ojos por un momento y lamentablemente, ese día el sol ardía en el medio de la abundancia azul. En ese momento, extrañé un poco los días grises. Y fue algo casi simbólico, porque Julian le había devuelto la luz a mi vida. Y todo parecía raro, como el universo conspiraba a su favor, y como su sonrisa conspiraba en mi contra.

Volviendo a lo más importante, a la maldita venganza, contaré todo tal y como sucedió, aunque ello me haga quedar como una idiota...Después de todo, es lo que siempre seré. Es en lo que siempre él me convertía.

En fin, tomé las llaves de la furgoneta y me dirigí decida hacía la puerta, la cual fue cerrada por mí y por la misma llave que le arrebaté a Fabrizio cuándo se distrajo mirando una mosca, luego de haber jurado que cuidaría las llaves y el dinero con toda responsabilidad. Y no iba a quitarle los ojos de encima, al menos de que algo tan extraordinario pasara, como un bicho extremadamente normal volando a su alrededor.

En el momento en el que cerré las puertas, fui directo hacía el pequeño baño, y lancé las llaves por el retrete. Sabía que había copias, por eso lo hice. Y no me juzguen, porque lo siguiente, también lo hice con razones de mi inconsciente enamorado. Como bien dicen, el corazón tiene razones que la propia razón nunca entenderá. Aunque en ese momento, sólo pude parecer una estúpida.

─ ¿¡Qué has hecho!?─gritó Nick entrando al baño y mirando por el retrete. ─ ¡Era un retrete tan bello!

─Tú y tu maldita costumbre de arruinar los retretes. ─ se burló Nikolai, sin preocuparle tanto la perdida de las llaves.

─Bueno, creo que se te olvido algo, genio. Uno: Estás adentro. ─ advirtió Julian. ─ Y dos, pero no menos importante: ¿Hiciste del baño antes de tirar las llaves? Si es así, olvidaste perfumar aquí.

─Lo siento. ─ murmuró Fabrizio.

─ ¡Mierda!─exclamó Albert─ ¿Pueden dejar estás tonterías?

Heart in a cage: Segunda temporada [Julian Casablancas]Where stories live. Discover now