Capítulo 5: La casa de la locura (Última parte)

207 7 8
                                    

- ¿Aún no has decidido terminar tu vida? ¿No es suficiente el dolor que sientes?

- Tú eres Remor, ¿verdad? –Dije un tanto fastidiada.

- Todavía no he tenido la oportunidad de presentarme adecuadamente. Por desgracia, no puedo ser visto en la Tercera Realidad durante largos periodos de tiempo. Soy Remor. Hijo de las tinieblas, príncipe de la oscuridad.

- ¡Sé que eres tú! ¡No intentes actuar como si no hubiera pasado nada! ¿Mataste a mis padres? ¿Dónde está mi gato? ¿Qué has hecho con el Dr. Deern? –Le abordé con preguntas.

- Disfruto inmensamente el sufrimiento que gotea por tus ojos. ¡Me alimento de ello! – Contestó ignorando mis preguntas.- Eres la manifestación de mis deseos. Puedo usarte para lo que quiera. ¡Estas bajo mi poder!

- Eso no es verdad. ¡Ya no más! No permitiré que vuelvas a engañarme. Dime, ¿por qué mataste a mis padres? ¡¿Por qué?!

- ¿Estás asumiendo que fui yo quien hizo algo tan terrible?

- ¡Te vi aquella noche por fuera de mi ventana! ¡Tú debes ser el que lo hizo!

- Confías en tus ojos demasiado. ¿No has aprendido ya que los sentidos humanos son débiles? Tu cuerpo de frágil, fácil de corromper...

De pronto la habitación comenzó a temblar, y me transporté a mi cuarto, en donde se encontraban los cuerpos desmembrados de mis padres y me veía a mí misma con un cuchillo en la mano, índice de que yo había matado a mis propios padres...

- ¡Noooo! No puede ser... ¡Para! –Grité.- ¡Yo no lo hice, yo no lo hice! No fui yo... ¡Para, por favor!

Aquella copia de mí no decía nada, tan solo seguía enterrando el cuchillo en el cuerpo de mi padre cada vez que le decía algo. Caí sobre mis rodillas derramando lágrimas mientras veía esa sombría escena; entonces Remor apareció por mi espalda...

- ¿Quién fue, querida mía? ¿Quién mató a tus padres? –Me decía.- El pequeño y patético insecto debe sufrir y morir antes de convertirse en una estrella.

Después de eso volví a transportarme a la habitación de aquel extraño hospital, me encontraba desmayada en el suelo. Yo no había matado a mis padres, Remor trataba de engañarme, lo sabía... Tenía que encontrar a mi gatito y largarme de ahí.

Entré a una de las habitacionesy dentro estaba el Dr. Deern amarrado a una silla y en medio de la sala se encontraba Sr. Medianoche en una jaula.

- ¡Gatito, querido! Aquí estoy para ti. ¿Estás bien? –Sin respuesta.- ¿Gatito? ¡Contéstame! ¿Qué pasa contigo?

- Miaaaau, miau...

- ¿Por qué no me hablas, Sr. Medianoche? Por favor, ¡no me hagas esto!

- Purrrrrrr...

- Dime algo, Sr. Medianoche. ¡No es divertido! Es este sitio, ¿verdad? Tienes que salir de aquí para poder hablarme otra vez. Te llevaré a Ithersta, querido mío. ¡Palontras puede ayudarnos! ¡Te prometo que nada volverá a separarnos!

- Mmmiiiaau.

- Oh, gatito. ¡Vuelvo ahora mismo! Debo ayudar al doctor Deern, ¿vale? Parece en apuros.

Me acerqué al doctor, tenía una cosa extraña en la cabeza.

- ¿Dr. Deern? ¿Se encuentra bien, señor? –Nada.- ¿Señor? ¡Despierte! Por favor, Dr. Deern, despierte... ¿Está vivo? ¡¿Señor?! –Parecía inconsciente.- ¡Aaah! ¡¿Qué puedo hacer para despertarle?!

Fran BowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora