Capítulo 4: Parte II La prescripción del doctor

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Al chocar la nave, Sr. Medianoche y yo caímos en el bosque desmayados. Antes que despertáramos, había un lindo ciervo echándonos un vistazo y oliéndonos; pero al escuchar un ruido, se marchó. Abrí mis ojos tendida en el suelo preguntándome dónde estaba Itward.

- ¿Itward? – Dije haciendo que mi gatito también despertara. - ¡Oooh... gatito, estamos vivos! ¡Hemos sobrevivido al accidente!

- ¡Oh querida... sí! ¡Estamos vivos! – Dijo, y luego me puse de pie.

- Mmmm... ¡Pero Itward no está!

- ¡Pero nos trajo a casa! ¡Estamos fuera de la ciudad! ¡Puedo olerlo!

- ¿Estás seguro gatito? ¿Estamos ya en casa? – Dije triste y dudosa al mismo tiempo.

- Pensaba que estarías más feliz en cuanto a eso... ¿Qué pasa?

- Solo es que... ¡me pregunto dónde estará Itward! Ojalá pudiera decirle adiós.

- ¡A lo mejor puedes tomarte tu medicina para volver a verle!

- Sí, gatito, pero ya me tomé todas las pastillas, ¿ves? ¡La botella está vacía! – Le dije. - Sea como sea, ¡vamos a casa! A lo mejor Itward viene a ver, algún día...

Caminamos a través del bosque en dirección a la ciudad, hasta divisar una familiar calle.

- ¡Oh, cielos! ¡Esta es nuestra calle, gatito! ¡Calle Haze! – Dije totalmente entusiasmada.

- ¡Sí, así es!

Seguimos caminando por el vecindario, hasta llegar al fin a la que solía ser mi casa... Una linda casa blanca de dos pisos, con puerta y ventanas rojas, rodeada por una cerca de madera y adornada con pequeñas plantas a los costados.

- Y aquí estamos. Esto se ve mucho más gris de lo que yo recordaba... - Destaqué. – Bueno... Espero que tía Grace se ponga feliz de verme... - Me acerqué a la puerta, pero esta estaba cerrada. – Tía Grace..., ¿¡hola!?

- A lo mejor no está en casa, querida. ¿Tienes la llave para poder entrar? – Preguntó Sr. Medianoche.

- No, no la tengo, gatito... ¡pero sé que hay una llave escondida en alguna parte! ¡Solo necesito recordar dónde! Mmm... ¡Vamos a encontrarla!

Me dirigí hacia unas macetas con flores que había a un lado de la casa, levantando una de las macetas, la cual tenía una nota debajo: "¡He cogido la llave!," y estaba firmada por... ¿mí?

Noté que la ventana de mi habitación en el segundo piso estaba abierta, así que no se me ocurrió mejor idea que hacer que Sr. Medianoche trepara.

- ¡Ven aquí, gatito! ¡Debes trepar y entrar por esa ventana! – Le ordené. No he podido encontrar la llave... ¡Parece que ya la he cogido!

- ¿Ya cogiste la llave pero no la tienes? ¡Eso suena muy extraño!

- ¡Sí! ¡Es muy extraño! ¡Solo encontré una nota que no recuerdo haber escrito! Pero ahora, para poder entrar... debes trepar y abrirme la puerta.

- ¡Argh! ¡Entonces vale! ¡Deséame suerte!

- ¡Puedes hacerlo, gatito! ¡Ten cuidado!

Dicho esto, gatito trepó por las plantas para luego subir al techo y entrar por la ventana, al mismo tiempo me acerqué a la puerta otra vez.

- Sr. Medianoche, ¿puedes oírme? ¿Gatito? ¡Abre la puerta!

Justo en ese momento, aparece un auto azul por la calle, dentro estaba aquel doctor...

Fran BowWhere stories live. Discover now