6.3K 530 144
                                    

-No puedo creer que esté haciendo esto. Es simplemente humillante.-protestaba Jimin a medida que se sentaba en la mesa de un muy lujoso restaurante junto a sí, Suga.

-Quizás para ti. Pero sólo porque perdiste.-respondió con aires de grandeza mientras le echaba un vistazo al menú.

-¡Por supuesto que perdí! ¡¿Cómo diablos iba a saber yo cómo se llamaba tu abuela?! ¡¿Quién usaría esa pregunta para una estúpida apuesta?!-

-Número uno, probablemente cualquiera que sepa que la otra persona no sabe la respuesta y número dos, no grites. Estamos en un restaurante, Park.-le regañó.

-Ni gritis, istimis in il ristirinti.-le imitó el más bajo haciéndolo reír.

Luego de unos minutos, ambos habían ordenado su comida. Jimin, una sopa de algún vegetal raro y Suga la mitad de todo lo que en el menú dijera "carne" o "arroz". El silencio era realmente incómodo. El peli-verde no quería echarlo todo a perder con chistes perversos o comentarios subidos de tono. Quería tener una verdadera cita. Demostrarle a Park que realmente le importaba.

Sumergido en sus pensamientos, se quedó observando los lindos lunares alrededor del cuello ajeno. Como con gracia estos lo decoraban hasta perderse en su camiseta color azabache. Observó esos bellos labios. Esas extensiones rosadas que se curveaban y podían crear la más encantadora de las sonrisas e iluminar el más nublado de los días.

-¿Qué miras tanto?-interrumpió Jimin ya extrañado de su mirada fija.

-Lo hermoso que eres.-respondió con sinceridad.

-Cierra la boca.- Suga había logrado sonrojar al más bajo- Te van a escuchar.-

- ¿Y?- rió- Aw, estás rojo.-chillo conmovido.

-¡Claro que no!-

-Lo estás. Probablemente hasta el mesero de allá lo notó.-Se burló mientras señalaba a un chico que atendía clientes en la entrada del recinto.

-¡Yoongi!-

-Jimin.-

-Basta.-

-¿Sabes? Creo que es la primera vez que te veo tan avergonzado.-iba a reír pero fue interrumpido.

-Yoongi, ¿por qué a mi?-preguntó con seriedad.

-¿A qué te refieres?-preguntó sin entender al chico.

-Al por qué me quieres a mi. Es decir, hay chicos mucho más atractivos que yo allá afuera, mucho más talentosos y adinerados. ¿Por qué habrías de quererme tanto? ¿Qué tengo yo de especial? Soy sólo un chico..-la verdad era que Jimin no se apreciaba lo suficiente, podía reconocer algunas de sus cualidades pero se consideraba "uno más".

-De verdad eres un tonto por pensar así.-soltó dando una sonrisa-No me interesa que hayan personas mejores que tú. Quiero a Park Jimin. Al chico que sonríe al empezar cada día caminando por el vecindario. Al chico que aunque lo niegue, tiene el corazón más puro de la Tierra. Al chico que ante mis ojos siempre será el más hermoso. Al chico que amo Jimin, y ese eres tú. No eres el mejor y quizás nunca lo seas. Es verdad, pero es a ti a quien quiero. Quizás me veas como un sucio perverso y sí, en parte lo soy. Pero quiero que entiendas...que soy sincero cuando digo que estoy perdidamente enamorado de ti.-

El más bajo había quedado sin habla. Nunca pensó escuchar ese tipo de palabras salir de aquel tipo loco ante sus ojos. Su corazón por alguna extraña razón había comenzado a latir fuertemente. Pensaba que los de la barra de al lado lo escucharian. Se excusó diciendo que tenía que ir al baño pero sólo fue un pretexto para tomar aire. Estaba avergonzado y se sentía algo ¿cautivado?

¤¤¤

La noche pasó rápido. Suga acompañaba a Park hasta la entrada de su casa extendiendo su tiempo junto a él. Como deseaba pasar otra noche teniéndolo entre sus brazos, acurrucado. Sintiendo su tranquila respiración chocando contra su pecho pálido. Y bueno, ya había terminado. Ambos en la entrada se miraron por un instante.

-Oye...gracias, por ya sabes. Me divertí... supongo.-agradecía Jimin entre balbuceos.

-De nada, Park.-sonrió conmovido- Que tengas dulces sueños.-dijo para luego darse una vuelta e irse pero fue detenido por unas pequeñas manos agarrando su brazo.

Seguido, sintió como unos cálidos y gruesos labios dejaban un tierno beso en su mejilla con gentileza.

-Mañana es el cumpleaños de mi hermano, deberías venir.-añadió mirando el suelo para ocultar su rostro rojizo.

-Aquí estaré.-respondió luego de alborotar los cabellos ajenos.

El mayor se había ido mientras que el otro chico rodaba por su cama sin lograr conseguir el sueño....

El amor estaba llegando a su puerta.

YOONMIN | WhatsAppUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum