Primera parte de la saga BeMT.
Pueden encontrar la segunda parte llamada "el inicio del final".
... en la vida aparecen personas de alguna parte que te marcan la existencia, es un juego del destino que coloca a gente que, por arte de magia, o sin el...
—Pequeña luciérnaga, no te iban a secuestrar—calma su risa—. Era yo, cuando Aarón te dejo me llamó para seguirte y cuidarte y como te vi perdida quise llevarte pero saliste corriendo.
Yo lo miré anonadada, entonces, ¿pase todo eso por nada?, nunca estuve en peligro, me siento decepcionada porque era una buena historia para contar pero a la vez feliz porque no estuve en peligro.
—¿Aarón te mando?—repito lo que acabo de escuchar.
—Si, te dije que no es tan mierda como aparenta serlo—sonríe— Solo necesitas conocerlo un poco mas, que te tome confianza.
— Si lo conociera mas, te aseguro que convertiría en asesina gracias a el— hago una mueca.
— No digas eso— ríe— Hay personas a las que tienes que encontrar el modo de tratarlas, para así no chocar.
— Bueno en ese caso, que el encuentre el modo de tratarme— lo miro divertida— Cuando lo veas le das el recado, ah y de pasada dile que hay personas teniendo sexo en mi cama.
— Que loco— suelta una risa sonora— Mira de hecho está allá—apuntó a mi constado me doy la vuelta y si, el está sentado en el pequeño bar con la dichosa rubia en sus piernas, rápidamente recuerdo porque lo buscaba y me apresuro a donde está, dejando ahí parado a Connor.
—Aarón, Aarón .- gritó lo suficiente para que el me escuche, alza su vista y me ve frustrado.
—¿Ahora que quieres? hasta cuando vas a obedecerme.- dice, por lo que una chispa de enojo crece en mi.
—Ni que fuera tu perro para seguir tus órdenes—respondo enojada, al parecer mi respuesta no se la esperaba—. Además no puedo entrar a mi habitación porque hay ¡tres!—remarcó el tres—. Personas teniendo sexo en mi cama, ¿sabes lo asqueroso que es eso?, ¡ya no podré dormir ahí!
—Es tu culpa, de seguro no cerraste la puerta, ¿que querías?—le divierte mi situación, claro como no es en donde el duerme, me quedo parada con los brazos cursados y el se me queda mirando.
—¿Que quiere que haga su majestad?—dice en tono de burla.
—Que los saques, córrelos, es tu casa Aarón—me exaltó.
—Déjalos disfrutar, igual que a mi—dice, y voltea con la rubia juntando sus labios con los de ella, yo solo los miro con asco, trató de voltear la cara pero noto que Aarón en ningún momento cierra los ojos, en todo el beso me ve a mi, incomoda con la situación alejo la mirada y carraspeo.
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