My First & Last (Parte 1)

Magsimula sa umpisa
                                    

—Buenos días, Mark —le dio la bienvenida aquella delgada mujer, sentada a la mesa junto a Jaemin, Haechan, Chenle, Jeno, Renjun, y Jisung.

La rectangular mesa estaba poblada de platillos con guarniciones, arroz, e incluso una montaña de esponjosos hot cakes, el jugo de naranja y los vasos con leche no podían faltar. Se mantuvo de pie por unos momentos, observando la inusual escena frente a él; nunca había visto tanta comida puesta sobre la mesa, es más, la mayoría de lo que estaba ahí era desconocido para él pues nunca había tenido la oportunidad de probarlo.

—¿Qué esperas?, vamos, toma asiento, la comida se enfría —la mujer palmó la silla cercana a ella, y Mark no pudo más que hacer lo que le pedían.

Veía a sus amigos atragantarse con el alimento, comentando de vez en cuando lo bueno que estaba, riendo y molestándose entre sí, y la mujer reía enternecida ante las acciones de los menores, pero Mark no sabía qué hacer, parecía petrificado en su asiento, haciendo nada más que observar. Y es que nunca había sentido aquella sensación, ¿qué era?, no era tan eufórico como la alegría, pero tampoco tan apagado como la indiferencia; Mark no lo podía descifrar, pero eso que sentía era calidez, cariño; algo que no sentía desde la muerte de Taeil, desde que su familia se había hundido en el fango de la pérdida y la soledad; todo por culpa de un padre y una madre a los que el dolor de perder a un hijo les había hecho olvidarse de su hijo pequeño, ignorándolo como si nunca hubiera existido, no yendo a sus festivales escolares, no ayudándole con la tarea de matemáticas, no haciéndole algo tan simple como el desayuno, y terminar abandonándolo a su suerte en un reclusorio con pinta de un neo culture technology; sí, por todo eso y más, Mark había olvidado lo que era sentirse querido en un ambiente hogareño, y sea quien sea la mujer sentada a su lado, quien ahora le servía en su plato un poco de todo con una cálida sonrisa en el rostro, estaba sumamente agradecido con ella, y sin necesidad de decir nada, probó bocado de aquellos hot cakes bañados en miel, y probó cada uno de los platillos que se cruzaban en su camino, y sonrió y bromeó y disfrutó de cada segundo de aquel desayuno con las personas más importantes para él, a quienes ahora se atrevía llamar familia.




—No puedo creer semejante atrocidad, ¿quién en el mundo se atrevería a tener reclusos a miles de pequeñitos en tales condiciones? —un par de lágrimas habían rodado por la pálidas mejillas de Yerin, como se había presentado la mujer durante el desayuno.

—¿Comprenden que esto que nos están contando se trata de una violación a los derechos de menores?, puede ser sancionado hasta por 60 años de cárcel tomando en cuenta la cantidad de estudiantes sometidos —Myungho, el esposo de Yerin, también se encontraba durante la charla, de hecho, habían esperado por petición de Yerin a que su marido llegara de regreso del trabajo para que les explicaran a ambos lo que les había ocurrido antes de que los rescataran.

—¿Pero qué hay de los demás niños?, ¿qué pasó con ellos?, ¿también habrán escapado? —Yerin intentaba retener las lágrimas, pero estas eran resistentes en su intento por caer.

—No lo sabemos tampoco nosotros, cuando menos nos dimos cuenta, nosotros ya estábamos a kilómetros del instituto cuando la explosión sucedió —añadió por lo bajo Jaemin, preguntándose lo que habrá sido de sus demás amigos ahí dentro.

—Puede que esa cosa viscosa haya asfixiado a todos dentro del edificio —suspiró Jeno, dolido ante aquella idea; no le preocupaban los maestros ni el director, mucho menos el Rector Gu, pero el resto de los estudiantes no tenían por qué sufrir el mismo destino que los empleados.

—Está decidido, cariño, no podemos dejar que esto se quede así.

—Lo sé, le presentaré los hechos al juez del bufet en el que trabajo, y comenzaremos el caso de inmediato —le dedicó una mirada firme a los chicos—. Esto será pan comido, presentando todas las pruebas y con el testimonio de ustedes ganaremos el caso en menos de un mes, no se preocupen, todo saldrá bien.

Myungho, con sus 187 metros de alto y su fino traje azul marino de abogado, podía parecer el hombre más frívolo y con estilo de todos, pero en cuanto miraba a Yerin se podía notar un cambio, un brillo diferente y su rostro se mostraba un poco más cálido, además de que te proporcionaba cierta sensación de seguridad estando cerca de él una vez que pasaba la fase de hombre serio. Por otra parte, Yerin era todo lo contrario a su marido, siendo una mujer bajita y delgada, llegando a parecer una niña en cuerpo de mujer, y su cabello negro corto arriba de los hombros resaltaba sus finos y pálidos rasgos asiáticos; le encantaba cuidar de la gente y era sumamente amable, carismática y cariñosa, no por nada era maestra de secundaria, la combinación perfecta, justo lo que necesitaban unos indefensos pequeños a la deriva en el mundo real, peligroso y sin piedad.




Tal y como dijo Myungho, el bufete donde trabajaba se hizo cargo de la denuncia ante NCT Industries, la cual tenía desde centros de desarrollo científico y tecnológico, inmobiliarias, hasta el instituto, todo ello distribuido a lo largo del país, y se presentaban ante el público como una industria dedicada al desarrollo de la ciencia enfocada hacia la sociedad. Todas las pruebas presentadas por aquellos siete chicos dieron inicio a una de la investigaciones que resultó ser una de las más escalofriantes del siglo XXI en Corea del Sur, arrojando resultados que nadie en el jurado lograba comprender el por qué, tales como que la empresa NCT se dedicaba en secreto, y claro está, ilegalmente, a desarrollar planes químico-científicos y ponerlos a prueba con menores de edad en estado de desamparo, tanto del sexo masculino como femenino, bajo la fachada de un par de institutos a puertas cerradas que prometían una educación enfocada al desarrollo en la vida tecnológica para así preparar a la juventud y que estuvieran "listos para el futuro", cuando en realidad los estudiantes no eran más que unos conejillos de indias sin saberlo, y sin el consentimiento de los padres ni de las autoridades gubernamentales, por que claro está que aquello iba totalmente en contra de los derechos de los seres vivos, de los seres humanos, de los niños, e incluso del planeta, porque a su vez contaminaban con desechos químicos y gases tóxicos; así fue como se explicó, ante el jurado y ante la sociedad, la repentina explosión de desechos rosas viscosos en ambos institutos aquella noche; y así fue como todo lo que tuviera que ver con NCT Institue fue suspendido permanentemente, destruido, y el CEO de la ahora inexistente y fraudulenta empresa fue, además de encarcelado, obligado a mantener económicamente de por vida a los únicos siete sobrevivientes de aquella catástrofe, como muestra de arrepentimiento y disculpa, tanto para los chicos como para la sociedad que quedó horrorizada ante la situación.



~⚜~

Se supone que ya sería el final, pero me salió demasiado largo, 

y siento que quedó un tanto pesado de información

así que lo dividí en dos e.e 

<3

Come into my Dream [Mark & Jisung]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon