Capítulo 38: Noticias.

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Me levanto abruptamente del asiento cuando escucho a Hailey llorar.

Todos en la mesa me observan mientras trato de calmarla.

Mi estómago se revuelve de angustia cuando me responde entrecortada que está asustada.

Me disculpo con los cinco pares de ojos observándome y salgo corriendo de la habitación.

-Voy en camino, tranquila todo está bien. Ya voy, nena. Ya voy.

Me subo a la camioneta y salgo patinando del estacionamiento.

Algo definitivamente no está bien.

-No me cuelgues. Todo estará bien, nena. ¿Qué sientes? ¿Qué pasa?-continúo preguntándole pero dejo de oír su respiración.

Como si hubiera soltado el celular y eso solo hace que me ponga más nervioso.

-Mierda.

Arrojo el mío al asiento del copiloto y conduzco lo más rápido que puedo. Pero no es hasta veinte minutos después que llego a casa.

Empujo a algunos camarógrafos que se meten en mi camino y corro a la entrada principal.

-¿Hailey?-pregunto cuando entro.

Vuelvo a gritar su nombre cuando no la veo en la cocina o en el jardín.

Arriba. Debe estar arriba.

Voy hacia las escaleras y mi corazón se detiene cuando la veo tirada debajo de estas, sus piernas manchadas de sangre formando un pequeño círculo bajo ella.

Corro inmediatamente hacia ella y la tomo entre brazos.

-¿Nena? ¿Nena?-las lágrimas me pican en los ojos.

Tomo mi celular temblando y marco 911, pidiendo urgentemente una ambulancia.

Esto no puede estar pasando.

-Todo estará bien.-acaricio su cabello y al no sentir ninguna clase de respuesta la aprieto más a mi cuerpo.

¿Como pudo pasar esto? Estaba bien cuando me fui de casa.

Mi mirada se dirige a su vientre y lo acaricio suavemente.

Por favor, señor, que todo esté bien.
Que Hailey este bien.
Que Laia este bien.
Te lo suplico.

Escucho las torretas de la ambulancia llegar diez minutos más tarde. En ese tiempo no he parado de acariciar a Hailey susurrándole que todo estará bien.
Pero hay tanta sangre...

Aparto el sudor de mi frente.

Con mi prisa deje la puerta abierta por lo que sin tocar entran cuatro paramédicos rodeando una camilla.

Me apartan a un lado y cuando la colocan sobre esta no dejo de tomar su mano.

Sigo susurrándole que todo estará bien.

Al subir a la ambulancia un paramédico comienza a revisar sus signos a vitales mientras me hace preguntas.

-¿Qué es lo que ha pasado?

Aturdido le contesto.

-Yo... no lo sé. Estaba en una reunión cuando ella me llamo. No... no paraba de llorar y... no me dijo qué pasaba. Inmediatamente fui al coche y llegué lo más rápido que pude pero... ella, ella ya estaba en el piso cuando lo hice.-las lágrimas vuelven a picar mis ojos-estaba al pie de las escaleras, no sé qué pasó.

ɢᴇᴛ ᴜꜱᴇᴅ ᴛᴏ ᴍᴇ ↠ ᴊᴀɪʟᴇʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora