Capitulo 24

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Hayley…

Abrí lentamente los ojos parpadeando para enfocar la vista, cuando vi unos ojos azules mirarme y quise volver a desmayarme ¿que hacia Cody aquí? me levante lentamente solo para ver que me encontraba en mi habitación ¿cuando llegue aquí? recostándome contra las almohadas pude ver como Cody se movió hasta llegar a mi lado, alargo su mano para acariciar mi mejilla pero moví violentamente el rostro alejándome de el.

–¿Donde esta Ted? –siseé.

–Abajo con el doctor.

–¿Que doctor? –gruñí molesta.

–Cuando te desmayaste te trajimos hasta aquí y Maxwell llamo a un doctor, dijo que te habías desmayado por el estrés y por el hecho de no haber comido nada –me reprocho.

–Si, lamento no haber comido en las últimas horas, mi padre murió y tenía un funeral que planear.

–No es necesario que seas hostil conmigo Hayley, lamento lo de tu padre.

–Yo igual, sabes me arrepiento…

–¡No! –Gritó interrumpiéndome y sinceramente ese arrebato de furia me dio miedo– no te atrevas a decir que te arrepientes de lo nuestro Hayley, no te atrevas a decir que lamentas haber huido conmigo hace casi 8 años, por favor –murmuró y vi unas cuantas lagrimas correr por su mejilla.

Instintivamente me acerque a él y seque sus lagrimas, puso su mano sobre la mía que estaba en su mejilla, mire sus ojos que se veían tristes y vacíos. A la mierda todo lo sensato, termine de acercarme y uní nuestros labios devorándonos el uno al otro desesperadamente, me tire hacia atrás y lo atraje hacia mi quedando el encima, sus manos rodearon mi cintura al mismo tiempo que presionaba su erección sobre mi, oh santos domadores de monos, sus labios bajaron al hueco de mi cuello.

–Como se sien… ¡Oh Dios! ¡Mis ojos! –Cody se aparto de mi rápidamente para ambos ver a Ted tapándose los ojos como si le hubiera caído acido, abrió los dedos lentamente y al ver que nos habíamos separado se quito las manos de la cara– bien, que demonios pasa aquí.

–Mierda… –murmure y no supe que decir, era verdad ¿¡que diablos había pasado!? No podía ir por la vida besándome con Cody si tenía a Adam esperándome en casa, lo que en muy poco tiempo se convirtió en un pequeño hogar– sal de aquí –le dije a Ted, el se cruzo de brazos pero cuando vio que no jugaba salió rápidamente de la habitación.

–Sigue teniendo miedo a tu mirada –dijo Cody riendo.

–Vete –farfulle con las manos sujetando mi cabeza­– vete y no regreses a mi vida Cody.

–Sabes que no lo hare, no hasta que te recupere.

–¿Recuperarme? ¿En serio? ¿Tan siquiera dejaste a Alex? –escupí el nombre de ella y lo mire fijamente, solo desvió su mirada y supe que no– ¿Que le dijiste al venir aquí? ¿Voy a comprar unos chocolates a Atlanta ya vuelvo? ¿¡Eh!? ¡Dime que excusa usaste ahora! “solo fui a hacer unas compras, vamos Alex no te molestes, llegare en media hora, te quiero” –le recordé sus platicas mientras yo estaba en coma– ¿¡Cual Cody!?

–¿Escuchaste eso?

–¡Por supuesto que lo hice idiota! –grite enojada y me levante de la cama arrojando las sabanas a un lado– ¿como crees que es estar en coma? ¿Mi cerebro sintonizaba todo el día el canal de tele marketing? No, escuchaba TODO –hice énfasis en la palabra– los llantos de Ted cada que iba a verme, tu respiración pesada cuando te quedabas dormido, como leías a veces el periódico o un libro, el sonido de tu teléfono cuando Ella llamaba, tus excusas cuando estabas conmigo pero en verdad tenias que estar con ella, las palabras de amor que Adam me decía, la poesía que el me leía, ese te quiero que le dijiste a Ella que me causo un paro cardiaco, todo Cody, absolutamente todo –musite y deje salir el aire que retenía, las lagrimas picaban mis ojos y el nudo que tenia en la garganta era como ningún otro, me dolía verlo frente a mi, me dolía estar cerca de el.

–Yo… yo no se que decir –susurro y se dejo caer en la cama, me reí sarcástica y recogí mi bolsa asegurándome que mis cosas estuvieran ahí.

–No sabes cuanto odiaba que la llamaras, cuanto odiaba que planearas cosas con ella, cuanto odiaba que me abandonaras ¿pero sabes que odiaba más? Que a pesar de todo hacías que siguiera amándote.

Me fui, baje las escaleras y Ted estaba con las maletas en la puerta, solo le llore porque nos fuéramos, ni siquiera regrese a decirle a Cody que saliera de casa de mi padre, simplemente corrí al auto y nos llevaron hasta el aeropuerto, no esperamos mucho afortunadamente, una vez estabilizado el avión Ted reunió el valor para enfrentarme.

–¿Me contaras lo que paso?

–Nada Ted, simplemente fue el adiós definitivo.

–Se preocupo mucho cuando te desmayaste –me aseguró.

–Lastima que no lo hizo cuando estuve en coma –sabia que con ese comentario no diría nada mas y así fue, todo el vuelo de regreso a New York fue incomodo, trataba de recuperar mi compostura cuando estuviera frente a Adam que estaría esperándome, al parecer Paul lo dejo venir a buscarme– Ted –lo llame antes de salir de la zona de abordaje– no digas que Cody estuvo ahí, absolutamente nada.

Ted solo me miro con lastima y asintió, si, la lastima se veía reflejada en sus ojos, tal vez se sentía mal porque Cody y yo no estábamos juntos, porque a pesar de todo parecía que seguíamos amándonos, aunque quisiera a Adam, quería a Adam, estaba segura pero no estaba enamorada de el, no podía engañarme a mi misma, escuche decir mi nombre y levante la vista para encontrarme con el, deje mis maletas y corrí al encuentro, sus brazos me estrecharon fuerte y los sollozos se hicieron presente, me dolía no poder amarlo.

–Tranquila amor, estoy contigo –murmuro Adam cerca de mi oído y llore aun mas fuerte, el no entendía mis lagrimas, tal vez pensaba que eran de duelo pero no, lloraba por no poder amarlo como el me amaba.

–Te quiero Adam.

Vi una pequeña sonrisa formase en su rostro, tomo mi cara entre sus manos y me dijo: –también te quiero Hayley.

My Criminal LoveWhere stories live. Discover now