Capítulo 14

4K 205 185
                                    


Aragorn se puso enseguida en acción. Ya estaba manos a la obra cuando ordenó:

"¡Gimli! ¡Coge paños frescos de mi paquete! Boromir, sostén a Legolas mientras le pongo el vendaje. Y ustedes, hobbits, retrocedan un poco. Déjenle espacio a Legolas para respirar."

Todos observaron con temor cómo el montaraz desabrochaba la túnica del príncipe y la abría, revelando su torso vendado. Incluso antes de quitar las vendas, Aragorn sabía que su mayor temor se había cumplido.

"Te has perforado un pulmón, Legolas."

Legolas se encogió de hombros ligeramente.

"Me lo... imaginaba..."

Todos permanecieron en silencio mientras Aragorn inspeccionaba la zona hinchada. El elfo gimió de dolor cuando lo tocó.

"Perdóname, amigo –susurró Aragorn, vendándolo otra vez y haciendo que Legolas emitiera un suspiro de dolor-. El vendaje aguantará hasta Lothlorien. Los elfos sabrán tratar esto mejor que yo."

"Estoy de acuerdo" –dijo una voz, de repente.

Sobresaltado, Aragorn dio un respingo y se giró para mirar. Estaba tan concentrado en su tarea que no se había percatado de los extraños que se acercaban. Enseguida se le alegró el rostro al ver una cara conocida.

"¡Haldir!"

El Capitán de Lothlorien sonrió mientras que la comunidad observaba a los elfos que los rodeaban, intranquilos. Se habían acercado con tanto sigilo que nadie se había percatado de su presencia hasta que Haldir había hablado. Tras arrodillarse al lado del elfo herido, Haldir dijo:

"Legolas, ¿hay algo en tus genes que diga que cada vez que te veo tienes que estar herido o muriéndote?"

Legolas hizo una mueca.

"No... tiene gracia... Haldir..."

El elfo de Lothlorien sonrió.

"Yo también me alegro de verte, elfling –entonces se giró hacia Aragorn-. Tiene mala pinta."

"Sí. Costillas rotas, pulmón perforado; y todo por su testarudez."

"Sí que lo es. ¡Desde el momento en que nació hace ya 2600 años!"

"Ey... sigo... aquí..." –jadeó Legolas, molesto por que hablaran de él como si no estuviera.

Mirando a Frodo y los demás, Haldir continuó:

"El señor Celeborn y la señora Galadriel saben de su llegada. Estábamos esperando."

"Nos alegramos de oír eso –contestó Aragorn-. Estamos en gran necesidad de un descanso para poder continuar con el viaje."

Haldir tocó la frente de Legolas.

"Tiene fiebre alta y está temblando."

Sin decir nada, Aragorn sacó una manta de su paquete. Entre él y Haldir, cubrieron a Legolas con ella y usaron un par de paños húmedos para limpiar la sangre de sus labios y su mano.

Legolas protestó cuando Haldir lo cogió en brazos con suavidad y se puso en pie.

"¡Puedo andar!"

"¡Silencio, elfling! Descansa" –dijo Haldir, comenzando a andar hacia Lothlorien.

Aragorn se echó a reír. ¡Legolas sí que era un principito mimado!

 ¡Legolas sí que era un principito mimado!

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
ConfianzaOnde histórias criam vida. Descubra agora