—Pero es que Colin y yo no estamos saliendo —Dijo Harry con fastidio. —Solo iremos juntos al baile. Así como tú y Pansy.

La castaña se sonrojó ligeramente pero no dejó de avanzar.

—Bueno, pues ese ya es un paso, deberías darle una oportunidad, parece un buen chico —Lo miró y sonrió.

Inconscientemente, Harry dio un vistazo rápido a la mesa de las serpientes que Hermione notó, pero no dijo nada.

Al llegar a la mesa, Colin hablaba con Neville y Ginny, quién no parecía muy contenta de tener a su rival amoroso tan cerca.

—Y le dije al idiota de Malfoy que era un egoísta, un embustero y mentiroso, que todos lo creíamos incluso Harry —Potter, que estaba sirviéndose una ración de pavo se detuvo en seco. —Hola Harry, buenos días ¿Te gustó tu regalo?

—¿Hablaste con Malfoy? —Le preguntó, ignorando completamente su saludo y su pregunta.

—Si, en los baños del tercer piso, hace unos días, me vio haciendo algo vergonzoso y amenazó con írselo a contar a todos, le dije todo lo que tu decías sobre él porque es en general lo que todos pensamos sobre esa sucia serpiente, parecía muy afectado, la verdad, pasó de burlarse de mi a mirarme con verdadero rencor, creo que lo ofendí de verdad —Sonrió orgulloso. —Al final me tiró al piso y me lanzó un encantamiento que me pegó las piernas.

—Oh si... —Dijo Neville. —Yo lo conozco. Es su favorito.

—No conocía el contrahechizo, Luna Lovegood de Ravenclaw se equivocó de puerta y me encontró, si no hubiera sido por ella, hubiera dormido en aquel frio baño.

Harry podría ser torpe, y bastante lento para algunas cosas, pero no era un completo imbécil y rápidamente dedujo que aquel encuentro entre Creevey y Malfoy había sido el origen del enojo del rubio. Aquel que lo llevó a pedirle a Chang que fuera su pareja de baile, aquel que lo llevó a coquetear con Diggory por días, aquel por el que le había dado alas a Ginny y por el que Creevey ahora era su pareja para el baile.

Mierda. Pensó. Soy un idiota. Se regañó.

—¿Qué fue exactamente lo que le dijiste a Malfoy que yo decía de él? —Le preguntó a Colin, intentando sonar calmado e indiferente. Lográndolo.

—No lo recuerdo muy bien, tal vez dije egoísta, narcisista, idiota, —miró su plato de comida con concentración —rastrero, embustero, mentiroso —Movió una mano restándole importancia. —No lo sé, tal vez un poco más, un poco menos. Nada que no sea verdad. —Luego miró a Harry que mantenía el ceño fruncido. —¿Por qué? ¿Te metí en problemas? ¿Te reclamó, te hizo algo?

Harry negó con la cabeza y miró hacia la mesa de las serpientes, Draco estaba ahí, dándole la espalda, Krum intentaba tocar su cabello, pero un manotazo por parte del rubio lo impidió.

Por la tarde salieron del castillo: la nieve se hallaba tal cual había caído, salvo por los caminos abiertos por los estudiantes de Durmstrang y Beauxbatons desde sus moradas al castillo. En lugar de participar en la pelea de bolas de nieve entre los Weasley, Hermione y Harry prefirieron contemplarla, sentados uno junto al otro.

—¿Me vas a decir que te pasa? —Le dijo la chica con aquel tono maternal que siempre usaba cuando sabía que se sentía afligido.

—Nada. —Respondió encogiéndose de hombros.

—A mí no puedes mentirme, Harry —Le sonrió. —A diferencia de Ronald, yo me doy cuenta de las cosas. —Se hizo un pequeño silencio, luego continuó hablando. —¿Es sobre la cicatriz? ¿Otro sueño extraño? —Harry negó con la cabeza. —¿Extrañas a Sirius?

—Siempre, pero no. —Sonrió. —Me alegró saber que él y Lupin están viviendo juntos. Yo no sabía que ellos...

—Harry, por favor, no me cambies el tema. —Le interrumpió.

Harry se quedó callado y miró sus pies, se enterraban en la nieve con facilidad.

—Es por Draco —Dijo al fin, consciente de que aquella sería la primera vez que admitiría que lo quería, al menos, en voz alta.

—Oh... Bueno, supongo que lo sabía. —Sonrió. —Está bien si te gusta.

—Estoy enamorado de él, Hermione. —Escondió su rostro entre sus piernas, haciéndose ovillo. —Los celos me están matando, no quiero verlo junto a Krum, ni hoy ni nunca.

Hubo silencio, bastante largo para el gusto de Harry quién no podía ver la reacción de su amiga escondido entre sus piernas. ¿Estaría enojada? ¿Decepcionada?

—¿Y ya se lo dijiste? —Preguntó finalmente.

Harry sacó la cabeza de donde la tenía y la miró con incredulidad, como si hubiera dicho una blasfemia o algo por el estilo.

—Por supuesto que no, eso arruinaría nuestra amistad. Además solo tengo catorce y no estoy seguro de si...

—Ese es un pretexto y lo sabes —Le interrumpió. —Mi madre se enamoró de mi papá a los ocho años, y desde entonces no ha dejado de amarlo, era joven sí, pero lo sabía —Miró el rostro de su amigo, parecía realmente afligido. —Escucha, Harry, aunque algunos magos si pueden leer la mente, dudo que Malfoy sepa cómo hacerlo, y mientras no tenga idea sobre tus sentimientos, va a seguir haciendo cosas que te van a lastimar. Salir con Krum o Astoria Greengrass. —Sonrió y le acarició el cabello. —Al menos si le dices puede ser que te elija a ti, y si no lo hace, al menos te quitarás ese peso de encima y podrás seguir adelante.

—No quiero que me rechace...

—Lo sé, nadie quiere que su amor no sea correspondido, pero el que no arriesga no gana. ¿No crees? —Harry asintió. —Además, ya te enfrentaste a Voldemort, un basilisco, a los dementores y a un dragón, tranquilamente puedes ir hasta Draco Malfoy y confesarle que lo amas desde...

—Desde segundo año o primero, no sé, me di cuenta en tercero.

—¿Tanto tiempo? —Él se encogió de hombros. —Bueno, pues confió en que lo harás, así que ponte muy guapo esta noche y róbatelo.

—¿¡Qué, hoy?! —Dijo con pánico.

—Claro que sí, ya esperaste suficiente. Además, un baile siempre es una oportunidad única y romántica.

Hermione se puso de pie y él la imitó, ansioso.

—No puedo hacerlo, Mione... Además va a estar ahí todo el mundo y no queremos que se enteren de...

—Ya lo sé, tonto. Tranquilo, nos aseguraremos de echarles una mano para que puedas escapar.

—¿Qué? ¿Quiénes? No puedes decírselo a Ron... —Ella soltó una carcajada.

—No hablaba de Ronald, vamos a contar con la ayuda de Parkinson.

Luego se marchó aunque faltaban tres horas para el baile, alegando que necesitaba ese tiempo para arreglarse.

Draco Malfoy y el príncipe de GryffindorTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang