CAPITULO 53

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Una vez aplacada su vergüenza a Leticia le vino a la mente el dulce recuerdo de haber dormido con él, rodeada por su brazos.  No podía remediar sentirse infinitamente feliz. Su placer no cabía en su pecho y su sonrisa dibujada en su cara no era capaz de disimular su alegría. 

Hoy, Leticia Padilla podía proclamar que en la noche, bajo las sábanas,  Fernando  había invadido y dominado un cachito más de su corazón. 

Aunque había algo que la inquietaba.  Había demasiados silencios mientras  desayunaban,  ella de una forma u otra esperaba que Fernando mencionase ese abrazo, pero no fue así, y tampoco se mostró mas cariñoso de lo usual. La piropeó por lo del baño, fue tierno en la manera de hablarle para apaciguar su vergüenza y  atento preparándole el desayuno;  fue divino;  pero no más a lo esperado por Leticia que conocía el lado más encantador de su persona. 

Leticia necesitó romper el silencio  para no ser corrompida más por sus pensamientos.

 L: Muchas gracias por el desayuno todo estaba muy bueno.

Fernando había preparado café, zumo de naranja y tostadas con mantequilla y mermelada.

F: Por nada doña. Me gusta cuidarla.

A Leticia el 'doña', cada vez le retumbaba más en los oídos, después de haber dormido abrazados, le dolía escucharlo. Pero se antepuso a su fragilidad y divagaciones, y se recordó a sí misma que no podía ilusionarse al pensar en un amor verdadero con él.  Ni podía flaquear ante los hechizos de un encantador de serpientes. Fernando era el hombre mas engatusador de mujeres que jamas había conocido. Era un maestro en el arte de la seducción. Y no debía caer , no podía permitirse ser presa a sus encantos, no podía volver a condicionar su felicidad a una mirada, a una caricia, a una palabra. Juró no sufrir más y así debía de ser. Por consiguiente se repitió , se obligó a aceptar;  que el 'doña' estaba bien;  que el 'doña' reflejaba la relación que debía existir;  ni más ni menos.   Leticia reforzada nuevamente cargó sus armaduras y aflojó sus ilusiones. 

Ambos dispuestos para empezar la jornada laboral, en autos separados, llegaron a CONCEPTOS. 

Leticia nada más entrar le pidió a Paula María que llamase a Aldo, y que si fuese necesario no dejara de insistir durante todo el día. Necesitaba que asistiera a la junta del viernes, ya disponían de todo el dinero y también necesitaba hablar con él lo antes posible, cada vez con más urgencia, cada vez le pesaba más ese lazo ya roto pero aún pendiente de aclarar con palabras. 

El día trascurrió muy deprisa, y a la hora de salida  Leticia se acercó al escritorio de Paula María y le preguntó si había logrado hablar con él.

L: Paula María, ¿Aldo te cogió el celular?

P.M: No amiga, pero después llamó a mi extensión y me dijo que el viernes estaría aquí sin falta para asistir a la Junta.

L: Y... ─dijo nerviosa y con miedo a la respuesta─. ¿No te preguntó por mí?

P.M: No amiga ─negó y sorprendida al ver la decepción en sus ojos, le preguntó─. ¿Por qué Lety?

L: No, por nada. Todo está muy bien. Gracias Paula María. Hasta mañana.

Leticia le entristeció que Aldo no hubiese querido hablar con ella. No quería perderlo como amigo, era un ser humano excepcional. Había sido tan especial y bueno con ella que le dolía terriblemente haberlo decepcionado. El no llamarlo durante tantos días después de haberle pedido que la llevara a su casa debió de haberle roto el corazón. Leticia se maldijo por no haber plantado cara a la situación desde un principio, debió haber hablado con él para aclararlo, pero fue cobarde y prefirió que pasase el tiempo, y el tiempo en esta ocasión solo había corrido en su contra y quizás, ahora,  ya era tarde y habría perdido su amistad para siempre.

FANFIC: BÉSAME EN LA BOCA CON TU LÁGRIMA DE RISA.Where stories live. Discover now