CAPITULO 06

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L: Buenas noches Aldo, ¡que alegría escucharte por el amor de Dios!, necesitamos hablar, necesito que me expliques muchas cosas. ¿Cuando?...¿Cuando podemos vernos?

Al: Tranquila Lety, perdóname por haber salido de tu oficina de esa forma, corriendo. Necesitaba pensar, no podía digerir lo que estaba pasando.

L: No te preocupes, te entiendo... pero, necesito que nos veamos.

Al:  ¿Desayunamos mañana?

L: Perfecto Aldo. Mañana a las 7:30 nos vemos en mi casa...

F: Un momento, un momento ─interrumpió acelerado, y le cogió el móvil de sus manos─. ¡Aldo , Aldo! Soy Fernando necesito hablar contigo. ¿Cómo has podido hacer eso, hombre? ¿En qué estabas pensando? Necesitamos saber tus condiciones para devolvértelo ─Fijó su mirada en Leticia que se deshacía mirándolo─. Y, otra cosa... lo que vistes esta mañana, es cierto, que no es lo que parecía. Aunque parezca mentira, así es. Entre Lety y yo no hay nada, ni nunca lo habrá. Te lo aseguro. Todo fue un mal entendido. Te lo digo de bien. Hablamos pronto, muy pronto. Espero tu llamada Aldo. 

Leticia no podía creer lo que escuchaban sus oídos, sus palabras, cada una de ellas, le estaban partiendo el corazón, ¿sería verdad que había renunciado a ella definitivamente?

Fernando le paso el teléfono.

L: Aldo, estoy con don Fernando y venimos de visitar a unos posibles clientes ─Se esforzaba por mantener su voz completa y no manifestar las recientes  grietas─. Mañana nos vemos para desayunar, Chao Aldo.

Leticia, ahora,  mas que nunca,  necesitaba mirar a la ventanilla. Las lágrimas se agolpaban en el precipicio de sus ojos, luchando por deslizarse por sus mejillas. No pudo contenerlas y resbalaron hasta sus labios hasta saborear su salino. Las mantuvo todo el camino por miedo a que se diera cuenta como se las secaba. No le iba a dar el gusto de salirse con la suya, de verle roto el corazón.

F: Lleguemos Leticia, que pase buena noche.

Leticia sin mirarlo, sin girar su rostro hacia atrás,  abrió la puerta.

L: Igualmente ─Desvío con levedad su perfil─. Hasta mañana don Fernando.

Y sin mirarlo salió del auto.

Fernando reconoció el dolor en sus palabras, reconoció su sufrimiento al no poder mirarlo a los ojos en la despedida y,  en un impulso,  mientras ella caminaba hacia su vehículo, aceleró y rebasó a sus pasos hasta cortar su camino en un frenazo en seco.

  
Bajó del auto y la detuvo frente a él a menos de dos pasos. 

Con levedad Fernando giró su rostro buscando el dolor de sus ojos, lo encontró, estaban rojos y brillantes. Sus manos buscaron su cintura en una caricia y continuó perdido en su mirada. Se acercó, poco a poco, despacio, muy despacio  con el beneplácito de sus ojos hasta rozar su nariz y apoyar su frente en la suya. 

F: No quiero verla triste. Me rompe el corazón verla triste. ¿De acuerdo?

Inmóviles con el corazón contenido por la a proximidad de sus suspiros. Fernando buscó su mejilla para besarla, y Leticia interceptó su recorrido y lo besó en la boca. Comenzaron una leve danza de acaricias en los labios que se acentuó cuando Fernando  colocó su mano en su espalda y apretó su cuerpo hacia él.  Sin embargo, el furor de sus labios se interrumpió por las manos de ella, empujando su pecho, y obligándolo a retrocecer un paso. 

L: Perdóneme, perdóneme, yo no debí... ─dijo sorprendida y avergonzada por la  incoherencia de sus propósitos y de su deseo; y,  huyendo de sus ansias y anhelos corrió hacia su auto.

FANFIC: BÉSAME EN LA BOCA CON TU LÁGRIMA DE RISA.Where stories live. Discover now