Cuando te vi (#2 de LLA) PAUSADA

Capitulo 6: Sina

Cuando le dije a papá que teniamos que hablar, yo sabia que él entendia perfectamente bien que queria hablar con él a solas. Asi que camine hacia Alice que seguia en el suelo, con la esponja llena de jabon y agua entre sus manos, mientras daba algunos movimientos para limpiar bien el suelo, claro, lo hacia de mala gana. La levante tomandola del codo sin su permiso, dejo caer la esponja y me observo fijamente sorprendida. Intentaba safarse de mi agarre pero no lo lograba.

—Oye, lobo desgraciado, odio que hagas eso.

Ni siquiera la miré, no necesitaba que me dijera que hacer, además, le estaba haciendo un favor al no dejarla sola en el bosque  con vampiros alrededor de ella  mordiendola todo el tiempo. La lleve al despacho de mi padre, hice que tomara asiento y que esperará.

—¿Qué estamos haciendo aqui?— miro a alrededor, pasando sus ojos por los muebles llenos de libros y polvo, aqui todo era de madera, la verdad es que era muy bonito. Al ver que no le contestaba siguio insistiendo tratando de molestarme.

—¿Podrias callarte? Tu voz me estresa.— me puso sus ojos en blanco, cruzo sus bonitas piernas en ese uniforme y despues sus brazos.

Despues la puerta se abrio y papá entro al despacho, me observo con seriedad y cuando noto la presencia de alguien mas, giro su rostro y miro a Alice con sorpresa.

—¿Qué es esto?

Alice me miro con sorpresa, mas bien asustada.

—Pense que no le dirias a nadie, ¿le vas a decir verdad?— se puso de pie enojada y trato de irse. ¿Qué le pasaba a esta mujer que siempre queria alejarse de mi? La tome del codo, como me estaba acostumbrando a hacer.

—Papá ella es Alice, su sangre es poderosa para los vampiros, les da fuerza y velocidad, aunque no se que nos haria nosotros los lobos si tomaramos su sangre.

Alice me empujo con sus pequeños brazos y me miro traicionada.

La mire con mis ojos entrecerrados.

—¿Y esto como involucra a Satur?— papá tomo asiento detras de su escritorio mientras tomaba un trago de un liquido que no reconocía.

—Satur tiene a sus padres, como rehenes, pero no podemos dejar que la tengan si eso los hace mas fuerte. Si ella los hace mas  fuerte— papá se quedó pensando unos minutos me di cuenta que seguía teniendo a Alice tomada del codo, así que la solté.

—¿Como la encontraste? — me impresiono la pregunta, de tantas preguntas habia escogido esa.

—Unos vampiros la estaban mordiendo en nuestro territorio.

Mi padre se quedó pensando lo que me pareció una eternidad.

—¿Donde está Sina? No la he visto desde que llegué.

Papá siempre se desviaba del tema, ¿Por qué ahora me preguntaba por ella?.

—Papá, no lo sé, podríamos hablar después de ese tema estoy tratando...

—Te hice una pregunta.— ordenó con su voz ruda y dejó con fuerza su caso en su escritorio.

—Nos enojamos y quiso irse con sus padres. Pero ese no es el tema. Papá necesito tu ayuda ¿Qué vamos a hacer?— Papá se puso de pie y alzó su voz para que lo escuchará con claridad.

—¿Qué "vamos" hacer? Lo que a mí concierne tú la salvaste, ella es tu problema, no el mio, además serás el próximo alfa intenta resolver este problema tu solo. Y reconciliate con Sina.

Tocaron la puerta de la oficina y Ben entro con seriedad en su rostro como siempre.

—Joven Tom tiene visitas.

—¿Quienes son?— pregunté con curiosidad.

La puerta detrás de Ben se abrió sola dejando pasar a el padre de Sina que estaba muy enojado, su gesto estaba fruncido y sus ojos solo alcanzaban a verme con odio.

—Señor Hunt, ¿Qué hace aquí?— en serio me lo preguntaba, casi nunca venía a nuestra aldea, pero siempre venía a visitar a su hija Sina. Creo que ya sabia porque estaba enojado.

—¿Cómo qué qué hago aquí? ¿Donde está Sina?— miro la habitación a su alrededor como si quisiera que Sina saliera de repente.

Intenté calmarme, Sina se había ido a casa de sus padres, pero ¿Por qué sí padre estaba aquí gritándome? Tal vez no habría llegado.

Comencé a preocuparme.

—¿No llego a su casa?— pregunté confundido y me pase la mano por el cabello.

—Encontramos su caballo solo, pensé que estaba contigo ¿Qué pasó?— dijo su padre, bajo su tono de voz como si comenzará entender que yo no tenía idea de dónde estaba, o donde se había metido.

—Señor Hunt, Ayer tuvimos una pelea, quiso irse con su familia y...

—¿No la detuviste?— está vez no fue la voz de Hunt quien me interrumpió, fue mi padre que me veía como si fuese un estupido, pero tenía razón no la detuve y debí hacerlo.

No conteste, pero el supuso por mi rostro y por como me tense que sin duda, no la detuve.

—¿SABES LO PELIGROSO QUE ES ALLA AFUERA?— mi papá le dió vuelta a su escritorio y quedó delante de mi— ¿En que estabas pensando? — entonces miro a Alice, su cabeza se inclinó al ver la mirada de mi padre.

Mi padre tenía razón, solo pensé en mis problemas, los vampiros, Alice y su sangre, y en cierta manera en mi mismo.

Sina no había llegado a su casa, y no estaba aquí. ¿Y si los vampiros la habían agarrado? ¿Y si estaba herida?

Incline mi cabeza intentando no sentir las miradas de mi padre y del señor Hunt.

Mi padre me saco de su oficina junto con Alice para hablar a solas con Hunt. Me recargue en la pared esperando a saber que iba a suceder después, mientras tanto observé a Alice.

Alice comenzó a caminar de un lado a otro parecía nerviosa.

—Deja de caminar me pones nervioso.

Alice dejó de caminar al instante se giró hacia a mí, me miraba con sus ojos penetrantes, su cabello recogido dejaba ver perfectamente sus cicatrices. Comenzó a caminar lentamente hacia a mi.

—¿No entiendes nada verdad?—  me pregunto y me miraba como si fuera un estupido o algo parecido.

—Comienzo a odiar tu forma de hacerte la interesante— puso sus ojos en blanco y se alejó un poco de mi— Dime qué pasa.

—Sina es tu prometida ¿Cierto?— asentí Cruze mis brazos intentando saber a dónde quería llegar con eso.

Se pasó un mechón de su cabello detrás de su oreja.

—Lo que intento decir es que, ¿Y si Satur se la llevó?

Comenzaba a entender, Satur tendría muchas razones para llevarse a mi prometida y una de ellas era Alice.

Me reincorpore en la pared, y pase mis manos por mi cabello.

Abrí la puerta de la oficina de mi padre lo miré a los ojos y hablé.

—Creo que sé dónde puede estar.