― Capitulo doce: Un nuevo comienzo ―

2.3K 187 72
                                    

Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

Prohibido copiar, transcribir, alterar, almacenar o publicar esta historia en cualquier plataforma o grupo, sin mi autorización previa y por escrito.

.

.

Serena parpadeo un par de veces intentando comprender, simplemente no podía seguir el hilo de las palabras del sacerdote, estaba demasiado aturdida por las miradas furtivas llenas de ansiedad que Yaten le estaba dedicando.

De pronto todo era demasiado extraño, todo lo que la rodeaba era chocante, para nada familiar, a pesar de que por lo menos sus amigas estaban presentes. Y rápidamente comprendió porque, todo aquello lo había planeado con extremo cuidado Neherenia, ella misma se había mantenido al margen de los preparativos, ¿Por qué? No estaba segura, pero tal vez se debiera a que realmente no le había interesado demasiado.

Intento concentrarse en algo más, en un intento de no pensar en lo extraña que se sentía estando en aquel lugar, se concentró en la luz mortecina que se colaba por uno de los vitrales de la iglesia, que le daba un toque sagrado y místico a todo el lugar, pero aquello lo único que hizo fue que se sintiera peor, estaba frente a Dios, a punto de jurar amor eterno a un hombre al que no amaba, definitivamente no podía...

.

.

.

El aire fresco de la tarde, hacía que el perfume de las flores que adornaban la iglesia aromatizara todo el lugar. Rei se mordió el labio sin dejar de mirar a su rubia amiga, Serena parecía nerviosa, pero estaba quieta, perdida en su mundo, mirando con atención a Yaten, el que pronto seria su esposo.

De pronto una horrible sensación de angustia se apodero de ella y se abrazó a ella misma intentando confortarse, de nada sirvió, deseaba con todas sus fuerzas ser más valiente, tanto como para levantarse de donde se encontraba, tomar a Serena y correr lejos, donde nadie encontrara a su amiga hasta que la hiciera entrar en razón.

Rei se encontraba sentada en primer lugar en la primera fila de la iglesia, era la más próxima a Serena, de ahí estaba Ami, después Mina y por ultimo Lita. Rei miro de reojo a sus amigas, no muy segura de lo que se toparía al mirarlas, pero realmente se sorprendió con lo que sus ojos se toparon, Ami estaba a punto de llorar, hacia un enorme esfuerzo para no hacerlo y ni que decir de Minako, parecía que le acababan de romper el corazón, y finalmente Lita, quien estaba mirando al frente sin ninguna expresión en su rostro.

De pronto un pequeño sollozo salió de los labios de Ami, llamando la atención de la pelinegra.

―¿Estas bien? ―preguntó en un susurro mientras el cura seguía con su monserga, aquello era una farsa, definitivamente no tenía que estar pasando.

―No ―dijo Ami con un suave sollozo.

―Tranquilízate ―dijo con dulzura, tomando su mano en un intento de confortarla.

―No puedo, soy una pésima amiga ―

―No, hicimos lo que pudimos ―dijo Rei con poca convicción, pues ella misma hubiera deseado poder hacer más, mucho más, hasta hacer que Serena entrara en razón y lo que estaba pasando en aquellos momentos no hubiera ocurrido.

―No, no... ¡tú no entiendes! ―dijo con un gruñido.

―Eh... yo... ―Rei se quedó callada al no comprender lo que ocurría, el porqué de la repentina actitud de su amiga cuando ya nada podían hacer al respecto.

Siempre túNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ