― Capitulo dos: Fiesta de compromiso ―

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Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

Prohibido copiar, transcribir, alterar, almacenar o publicar esta historia en cualquier plataforma o grupo, sin mi autorización previa y por escrito.

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Lita Kino, se miró al espejo por segunda vez y a pesar de que la imagen que le devolvía el espejo era una aceptable, no se sentía cómoda, el vestido elegante y sinuoso de un hermoso color esmeralda, su rostro radiante y ligeramente sonrojado. Si, estaba aceptable.

La luz que se filtraba por la ventana le dijo que el tiempo se le había acabado, que en cualquier momento la puerta de su pequeño departamento se abriría y su amado novio entraría por ella para que ambos se marcharan.

Con un pequeño resoplido se alejó del espejo y entonces callo en la cuenta del porqué de su incomodidad. No era su ropa lo que la estaba con fluctuando, ni siquiera el maquillaje que aquel día estaba usando, aquella inquietud era más bien debido al lugar al que se dirigían ese día en especial.

Frunció el ceño cuando comprendió que era una mala amiga, pero su corazón no podía aceptarlo, a pesar de que había intentado con todas sus fuerzas. La cosa era que el joven le caía bien, de hecho los tres hermanos Kou le agradaban considerablemente, en especial Taiki quien se desvivía por Ami, pero no por eso creía que él fuera la persona adecuada para su rubia amiga.

Si, un buen hombre, un poco difícil para su gusto, pero a simple vista se podía observar el gran cariño y afecto que le tenía a Serena ¿entonces por qué no terminaba de agradarle aquella relación?

No quería responder esa pregunta.

Porque no estaba muy segura de estar de acuerdo con la respuesta. Además de todo, lo importante era que su amiga lo quería y que muy pronto se casaría con aquel hombre... y si se iba a casar con él era porque lo amaba... ¿no?

Pero si era honesta el problema no radicaba en él, el problema más bien era en el cambio que había generado en Serena. Seguía siendo una chica linda y encantadora, era solo que ya no vivía la vida con aquella pasión con la que solía hacerlo.

Rodo los ojos, a quien demonios engañaba, el responsable no era su futuro esposo, el responsable de ello era... bueno, una par de sucesos que habían provocado el cambio. Y a ella solo le quedaba rezar para aquel cambio no fuera permanente.

Pero también estaba el hecho de que la gente cambiaba con él tiempo, la prueba de ello era Ami, quien a pesar de seguir siendo la misma de antes, ahora estaba perdidamente enamorada de su esposo y, bueno, quien hubiera imaginado a Ami loca de amor. La verdad es que a veces aun le constaba trabajo creerlo.

Aunque también había algo que la inquietaba un poco y, era el regreso de Darien, no sabía cómo tomaría aquello Serena, a pesar de que aseguraba que había dejado el pasado en el pasado, aquello podría traerle viejos recuerdos y no estaba segura de cómo lo tomaría la rubia. No quería que recayera en viejas rutinas, no, definitivamente no quería aquello.

Llego a la conclusión de que tenía que hablarlo con las chicas y juntas, decirle a Serena de aquello. Si, era mejor que Serena supiera antes de que por casualidad se lo encontrara por la calle, completamente desprevenida.

―Cariño ―la voz de Andrew la saco de sus pensamientos con brusquedad. Giro el rostro y se encontró de frente con él, ni siquiera había escuchado al rubio entrar en el departamento.

―Hola, cariño ―dijo Lita desterrando aquellos pensamientos y dibujando una sonrisa en los labios. A fin de cuentas las personas cambian con el tiempo, se dijo. Si, la madurez llega de diferentes maneras y en Serena había llegado de aquella manera. No significaba nada malo que su amiga hubiera cambiado de aquella forma, era parte de ir creciendo como persona.

Siempre túWhere stories live. Discover now