Capítulo 14

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El vuelo duro una hora y media. Durante ese transcurso Katrina durmió. No se despertó más que esporádicas ocasiones en las que comió o fue al baño. Edward, por otro lado, estaba impaciente desde que paso la euforia del viaje y con detenimiento se puso a analizar las palabras de Katrina.

¿Quién era Tay? ¿Porque jamás lo había mencionado? ¿Sus papás sabían que la engaño?

Esas y más preguntas rondaban por su cabeza. Quería respuestas y las quería lo más pronto posible, así que giro su mirada de manera decidida, dispuesto a conseguir las respuestas de aquello que lo atormentaba.

No pudo más que contemplarla por un largo rato, ya que de nuevo, se quedo dormida, y pensó que fuese quien fuese ese hombre, no se la robaría. En este viaje debía demostrar que era el hombre digno de pasar el resto de su vida con Katrina. Cuando estuvieran de regreso eso no se volvería a cuestionar.

Durante el resto del trayecto planeo cada movimiento a detalle, cada posible escenario y como salir victorioso ante los ojos de su chica, y la familia de esta.

-¡Oye! Te estoy hablado -dijo Katrina mientras agitaba su mano frente a él.

- ¿Qué?... Lo siento, estaba pensando y creo que me perdi.

- Pues debio ser un pensamiento demasiado profundo. Estabas muy concentrado, e incluso pareciese que determinado, como leona en caceria.

-¿Leona? Más bien león.

- Olvídalo cariño, creo que la verdad rompería tu corazón y ego. -dijo con sonrisa traviesa

Con esas palabras terminaron la conversación hasta llegar al aeropuerto, donde cada pasajero tomaba sus maletas para descender del avión, excepto que a Katrina no se lo permitieron. Unas manos masculinas rodearon las suyas, unos labios besaron sus nudillos y poco después Edward tenía todas las maletas como si fuese un experto botones.

Ya que la visita fue organizada de una manera muy espontanea, la pareja tuvo que alquilar un auto. Colocaron las maletas en la parte de atrás de una gran y nueva camioneta, y se pusieron en marcha

-¿Qué deseas escuchar? ¿Subo las ventanas o así esta bien? El clima es un poco caluroso aquí, por ello las deje abajo, pero si te molesta el viento no hay problema por mi. Aunque si me preguntas, me encanta como tu cabello vuela de esa manera, es tan rebelde y libre que... -decía tan rápido que unas palabras no se entendían muy bien

- ¡Oye, detente ahora! -dijo exasperada

Edward freno bruscamente, provocando que Katrina golpeara su cabeza con el tablero.

- ¡Eres un idiota! -grito ella mientras frotaba su cabeza

- ¡Me pediste que me detuviera!

- ¡Quería que detuvieras tu parloteo, no el auto!

- Lo siento, lo siento, lo siento - decía mientras tomaba su cabeza entre sus manos intentando buscar alguna herida en su cabeza, o algún otro daño que pudiese tener. -Soy un idiota

- ¿Qué diablos te pasa? Desde que bajamos del avión te has comportado caballeroso, lindo, tierno; te estás comportando como el chico perfecto.

Él sonrió y beso tiernamente su cabeza, donde se golpeo. Tomo su barbilla entre dos dedos y la beso nuevamente. Ambos se perdieron el uno en el otro, poco a poco con cada roce, tan lento y profundo que no se dieron cuenta de que una camioneta se había detenido detrás de ellos.

un hombre salió del vehículo y camino con paso seguro a la camioneta. A pesar de ser temprano la carretera se encontraba sola, con dos autos y tres personas en ella. el desconocido asomo su cabeza por la ventanilla y aprecio a dos personas, una cerca de la otra, y que pese a estar a menos de un metro de ellos, no notaron su presencia.

Lo que me cuesteWhere stories live. Discover now