Capítulo 9

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- Dígame por favor que dentro de una de esas cajas está Scarlett Johansson.

- De hecho, yo también me sorprendí por la cantidad de la cuenta, pero su novia es una mujer muy especial. Sus exigencias salen caras.

Edward no podía creer la cantidad que aparecía en su factura. Estaba pasmado en el jardín, con papel en mano, mientras introducían las cajas de Katrina a su casa.

- ¡Katrina! ¡Katrina, ven acá! 

- ¿Qué sucede, querido? -salio Katrina con voz falsamente melosa. Tenía puestos unos vaqueros ajustados, una blusa de tirantes y el pelo cayendo por su cara. - No seas tan escandaloso. Estaba dando una vuelta para la casa para ver que remodelaciones podemos hacer.

- ¡¿Remodelaciones?! ¡¿Estás loca?! 

"Vestida así y con esa actitud que está tomando, me volverá loco en una semana"  pensó Edward, pero no no lo dijo.

- Esta casa tiene una decoración muy masculina. No quiero ver la casa así si es que viviré aquí.

Edward suspiro, dándose por vencido. Él fue quien hizo la propuesta de que se quedara a vivir en su casa, él fue quién se puso a los pies de esa mujer por que la quería de vuelta en su vida. Si el precio que tenía que pagar por tenerla, era volverse loco, pagar cantidades exageradas por consentir sus caprichos e incluso dejar ir la decoración que con tanto esfuerzo logró, lo haría

- Si no te amará, no estaría soportando tantas cosas. 

A Katrina, esas palabras la tomaron por sorpresa. Ella lo hacía para que Edward sufriera. Aún así sentía cosas por él, cosas que escondía tras una pared de hielo, que en ocasiones se derretía con ese tipo de palabras. 

Se acerco a él, lo tomo de las pretinas del pantalón, y lo beso con suma sensualidad.

- Sigue diciendo ese tipo de cosas, y te juro que no saldrás de la habitación en una semana.

- Definitivamente me quieres matar de un orgasmo intenso. Aún no nos casamos, ¿Y ya quieres matarme? 

Por unos segundos estuvieron abrazados, tocandose y acariciendose sin importarles nada ni nadie. Sólo se veían a los ojos mientras reían de las ocurrencias de cada uno. 

- No pienso volver a caer por ti. O al menos no quiero.

Ella apoyo su cabeza en el pecho de Edward, inhalando el perfume masculino.

- Yo no te voy a pedir eso. No pido que te enamores de mi. Solo pido tenerte conmigo, aún sin que sientas algo de verdad por mi

Un nudo en crecio en su garganta por semejante confesión.

- Intenté olvidarte, intenté dejarte libre y no pude... Prefiero tenerte a mi lado aún sabiendo que no me amas, que compartirte y que me duela cada hueso del cuerpo por tu ausencia.

- Edward...

- No, no digas nada guida por el momento. Eso me dolería más.

Tomo sus mejillas delicadamente entre sus manos. La miro directo a los ojos.

Estaban brillosos, acuosos por tantas lagrimas retenidas. Él deseaba pensar que ella aún le guardaba un lugar en su pecho. En su corazón. En ese organo tan frágil pero tan fuerte al mismo tiempo.

- ¿Sabes? Siempre me ha gustado tu corazón. El nunca me miente sobre lo que sientes... Y espero que su acelerado latido, signifique una esperanza.

Le beso la mejilla, tan tierno, tan lento. Un roce de mariposa sobre piel caliente. Ambos cerraron los ojos, guardandose sus palabras pero hablabdo con sus cuerpos.

Lo que me cuesteWhere stories live. Discover now