Bruce sonrió al escuchar las palabras de Steve, pero sus ojos reflejaban pena. No sabían si podrían salvarla completamente.



...



Eddie caminó por los pasillos de la torre tratando de verse normal, su pulso era rápido y las palmas de sus manos sudaban. Giró su cabeza en busca de alguien que luciera importante para conseguir su ubicación.

–Disculpa, mi nombre es Eeeh Harry Diamon, soy uno de los nuevos doctores del área de tejidos artificiales con tecnología molecular, –sacó su identificación falsa– estoy un poco perdido por todos los pisos y eh cuartos. ¿Dónde se encuentra la paciente?

–¿Nuevo doctor? –Preguntó el hombre.

–Sí. Uh, usted debe ser Bruce Banner... –dijo bajo Eddie mirándolo. Él lo admiraba muchísimo. Solía tener fotos de Hulk en su escritorio.

–Sí, eh, quizás Cho olvidó decirme, claro. Ella está en el piso 15 en unidad restringida.

–Gracias. –Fue lo último que dijo antes de girar y caminar hacia el elevador. Tan inteligente pero tan tonto, pensó.

–Piso 15. –Dijo al entrar al elevador.

–Entendido.



... 



Natasha movió sus piernas estirándolas tratando de quitar la incomodidad, sus párpados eran pesados y le costó abrirlos pero tan pronto como lo hizo los cerró. La luz le daba directo en la cara molestándola y tuvo que esperar unos segundos para acostumbrarse. Quiso tomar su cabeza entre sus manos para quitar el dolor pero no pudo, había algo sujetándola.

–¿Nat? –Sintió una voz varonil hablar a su lado y una mano tomar la de ella delicadamente.

–Basta, –murmuró pidiendo por el dolor que sentía en su cabeza.

–Está bien linda, todo va a estar bien. –Steve pasó su mano libre por la frente de ella quitando unos cabellos. Sus ojos analizaban todas la fracciones de su rostro. Era tan irreal tenerla otra vez tan cerca que temía que todo fuera un sueño. –Te extrañé tanto... –murmuró despacio.

Natasha abrió sus ojos y giró su cabeza un poco para mirarlo. Era bello, no lo negaba. Pero no lo conocía. Tenía miedo. ¿Quién era él? ¿Qué querían de ella? ¿La van a lastimar? Preguntas inundaban su cabeza prolongando el dolor que sentía.

Su mano trató de salir de las suyas pero él hizo más fuerte el agarre.

–No te haré daño, –dijo como si pudiera leer sus pensamientos–, jamás lo haría.

Sus palabras sonaban sinceras, tan sinceras que Natasha le creyó.

–¿Qué hago aquí? ¿Qué me harán? –Preguntó nerviosa mirando a su alrededor.

–Están cuidándote, están analizándote...

Analizándote.

¿Estaban experimentando con ella? ¿Querían inyectarle más sueros?

Su pulso se elevó y se puso alerta. No podía permitir que sigan haciendo eso con ella.

–No... –su voz era tensa y sus pupilas estaban dilatadas–. No lo harán... ¡No experimentarán conmigo! ¡No lo harán! –Gritó.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 10, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

RUBY STORM | ROMANOGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora