Eddie caminó por la vereda alborotada de gente con una capucha cubriendo su cabeza y parte de su rostro. Una vez que estuvo dentro del lugar sacó su identificación falsa y se dirigió hacia recepción dónde no había nadie.
–Eh... ¿hola? –miró hacia ambos lados buscando a alguna persona que pueda ayudarlo.
–Bienvenido a la Torre Stark, soy FRIDAY, ¿en qué puedo ayudarlo? –Se escuchó una voz femenina.
–Yo... mi nombre es Harry Diamon y vengo a trabajar aquí. Soy nuevo. –Habló nerviosamente. –Aquí tengo mi identificación. –La sostuvo en el aire y de pronto una luz roja la iluminó escaneándola.
–Bienvenido señor Diamon. Estamos muy encantados de trabajar con usted.
–Ya lo creo... –murmuró.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Habían pasado dos días y Natasha seguía en revisión bajo el cuidado de los mejores doctores y científicos que Stark pudo traer. De alguna manera eso lograba calmar los nervios de Steve un poco. Sólo un poco.
–Todo estará bien. –Steve giró su cabeza para ver a Banner quién lo miraba atentamente–. Ella despertará en unos minutos, –informó colocándose a su lado mirando por el gran cristal el cuerpo de Natasha dormido acostado en una cama blanca conectada a cientos de aparatos.
–Eso espero... –murmuró quedándose en silencio.
Sus ojos se fijaron en ella analizándola. Sus ojos estaban cerrados y su respiración era tranquila. Por un momento deseó con todas sus fuerzas que ella abriera sus ojos así el pudiera ver esos orbes verdes que lo encantaron desde el primer momento.
–Cuando la conocí por primera vez ella me pareció una mujer muy terca pero magníficamente cautivante. Ella me trataba mal pero siempre lo hacía parecer respetuoso. Era como si alguien te mandara a la mierda con palabras delicadas las cuales no sabes que significan pero sabes que su significado no es bonito. –Rió recordando–. Tuvimos una misión, nuestra primera juntos, como un equipo. A ella no le gusta seguir órdenes y me lo hizo saber desde el primer momento. Ambos competíamos para ver quién tenía la mejor idea y mejor plan, incluso cuando sabíamos que quizás estropearíamos todo el operativo. Y en un momento lo hicimos así que quedamos atrapados en un cuarto escondiéndonos de quienes nos buscaban porque no teníamos una salida, fue ahí donde nos conocimos mejor. –Sonrió nostálgico–. Ella me contó de su vida y yo de la mía... o bueno, de lo que fue. Ambos creímos que nos iban a encontrar y matar así que nos contamos nuestros secretos. Fue ahí cuando me dí cuenta que ella no era todo lo que aparentaba ser, me dí cuenta que ella era... es una mujer fuerte, amable, sincera, justa, divertida, honesta... una mujer que se merece todo el bien en el mundo pero la vida sólo le sigue dando mier... cosas malas. Cuando salimos de ahí hicimos un pacto de mantener todo lo que nos dijimos en secreto, después nada fue lo mismo. Todo cambió. Ella era mas abierta conmigo, se reía y entonces fue cuando realicé que quizás me había enamorado, así que le pedí una cita y para mi sorpresa, ella aceptó. Mi vida no fue lo mismo desde que la tuve a mi lado, nunca fue mejor.
