twenty six.

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Jade.

Recogí mi cabello en una coleta desordenada, mi cara estaba sudada y todo mi cabello se pegaba a mi frente, lo cual era muy molesto.

La casa que me regaló Zayn era totalmente maravillosa y en estos momentos estaba terminando de trasladar mis cosas.

No había un lugar al que miraras y que no hubieran cajas llenas de cosas, aunque esta casa estaba amueblada, yo era algo acumuladora y me negada rotundamente a botar algunas cosas, siempre pensaba que en algún momento de mi vida serviría, por más estúpida cosa que sea.

La habitación de Ethan ya estaba totalmente habilitada y el pequeño dormía plácidamente y era algo que agradecía ya que seria mucho más complicado ordenar este desastre mientras atendías a un niño de dos meses.

Comencé por las cajas donde había ropa y las colocaba por colores en el closet, era algo que mi madre me enseñó de pequeña, era algo exagerado, pero ella era amante del orden.

Pasaron aproximadamente dos horas y llevaba tres cajas vaciadas, esto es como un tiempo récord.

Revisé la hora en mi celular y marcaba las doce y treinta del mediodía, me dirigí a la cocina para preparar algo sencillo para mi almuerzo.

Hace dos semanas comenzaron las investigaciones en contra de Sasha y afortunadamente hemos conseguido las pruebas deseadas y hoy se realizaría un tipo de juicio, aunque era más que evidente que ella iría presa, no había nada que la defendiera.

La mala noticia, es que en ningún lado se consiguió el complice de Sasha, así que tenemos a otro loco suelto que podría seguir algunos planes que ella había dejado.

Estas últimas semanas tenía seguridad en su máxima expresión, no correríamos el riesgo de que ocurra otra desgracia debido a la denuncia.

Comí con gran rapidez apenas saboreando el pollo en salsa con vegetales que preparé para mi almuerzo, los nervios me atacaban provocando que mi estómago se cerrara, y si tardaba más al comer, probablemente no comería nada. Lavé los trastes y le di un vistazo a Ethan que todavía dormía plácidamente,  seguramente despertaría llorando por su biberón dentro de unos minutos.

Entré a la ducha y esperé que el agua se templara un poco, el lugar donde se situaba la casa era fresco y a veces frío a pesar de que Los Angeles era de temperatura caliente.

Después de unos 10 minutos salgo de la ducha y envuelvo mi cuerpo con una toalla, y cepillo mi cabello para dejarlo secar naturalmente.

Me visto un unos pantalones negros, una blusa de tirantes con un poco de escote de color coral, sandalias alta y finalmente una chaqueta negra. Algo semi-formal.

El llanto de un bebé llama mi atención y me voy rápidamente a la habitación de Ethan, este al verme se calma pero hace morritos, absolutamente tiene hambre.

Lo sostengo en mis brazos y le canto alguna canción infantil que recuerde mientras le preparo su biberón, me siento en uno de los pulidos muebles y le doy su comida, inmediatamente se queda tranquilo.

Pasados unos minutos le saco sus gases y le doy un baño, lo visto y termino de ordenar la maleta para llevarlo con mi mamá que lo cuidará mientras estoy en lo del caso.

Cierro todas las puertas con llave y me dirijo a mi auto, quito el seguro con el control y acuesto a Ethan cuidadosamente en el portabebes en el asiento de atrás.

Voy al asiento de piloto y comienzo a manejar, siempre precavidamente. Una de las desventajas de esta casa, era que quedaba algo alejada y mientras vivía sola con el niño, me sentia algo insegura.

Dad. » z.m Donde viven las historias. Descúbrelo ahora