sixteen.

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Jade.

–Mamá, yo puedo cuidarme sola, por favor.–Supliqué.

–Dije que no, Jade, El vendrá a cuidarte.–Dijo seriamente, notablemente obstinada de mis suplicas.

Solté un suspiro de frustración.

–El es demasiado sobre protector.–Me quejé.

–Y eso esta perfecto. –Dijo burlona.

La idea de que Zayn me cuidara mientras mamá estaba en un reencuentro de el colegio donde estudiaba, no me convencía del todo. Dejar que el me cuidara era no poder ni mover una hebra de mi cabello.

–Llegarás tarde, deberías irte ya.–Le digo.

–No me iré hasta que Zayn llegue, en solo un pequeño momento eres capaz de hacer muchas cosas, y eso va en contra de tu reposo.

Ruedo los ojos como por enésima vez en este día.

–Mamá, eres una total exagerada, claro que no sería capaz de hacer "desastres en la casa", te repito, sé cuidarme sola.

–Igual no te tengo confianza, prefiero esperar a que llegue.

Es una maldita testaruda.

–Zayn siempre llega tarde, y no quiero que por ende tu también lo hagas.

–Por Favor, Jade. Te estas comportando como una pequeña niña berrinchuda, ¡No sigas insistiendo, No me iré hasta que Zayn llegue!.

Bajé la mirada hasta mi vientre. Me sentía como eso, una niña. A pesar de que tenga 20 años y un bebé en mi vientre, todavía estoy bajo el techo de mi madre, por lo tanto todavía debo aceptar regaños y reclamos de su parte.

Preferí callar y no insistir en el tema, ella siempre se salía con la suya y no había nada ni nadie que la hiciera cambiar de opinión. Terca. Eso la describía.

–Está aparcando su auto, ¿No puedes aprender a ser un poco más paciente?. Esto es por tu salud, Amelie.

Rodé los ojos.–Cosa que se volvió habitual el día de hoy.–Ella esta molesta u obstinada por mi insistencia y Replicamientos. Lo sé porque me llamó por mi segundo nombre.

–Iré a abrirle la puerta.–Dijo para salir rápidamente de mi habitación y bajar las cortas escaleras hasta la puerta principal.

Me sentía inútil, no podía ni siquiera abir una puerta. Lo más que he hecho por mi cuenta es acearme, y solo porque me avergüenza que mi madre haga eso, no quería que viera ciertas partes que han cambiado desde que era una pequeña niña, cuando ella lo hacia cuando no podía hacerlo por mi cuenta. Y extrañamente, ella aceptó.

Escuché la varonil voz de Zayn y sentí un poco mas de alivio, al menos ya no escucharé la tormentosa voz de mi madre que hoy no ha parado de taladrearme la cabeza. En otras circunstancias amaría su voz, tan suave, cálida y dulce. Pero en este punto, lo que más deseas es que cierre la boca.

–Hey, Jade.–Saluda Zayn entrando por la puerta de mi habitación.

–Hey.–Le respondo suavemente, recostando mi cabeza en el espaldar de mi cama.

–Voy saliendo, Estoy tarde. ¡Zayn cuidala buen por favor, que no se levante!. –Grita Johanna desde abajo.

–¡Tranquila, lo haré!.–Responde Zayn en un grito.

Dad. » z.m Donde viven las historias. Descúbrelo ahora