17. let's meet again

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―¿Crees que tenía mente para hacer un puto café, Honey? ―preguntó retóricamente con ese tono arrastrado que lo caracteriza cuando anda modo letárgico― No sé ni como logré ponerme los dos zapatos en el pie correcto.

―Ni siquiera te bañaste.

―Si lo hice. Y usé tu toalla. ―puse cara de disgusto.

―La voy a quemar. ―negó con la cabeza, entre risas algo suaves. Diría que, hasta melancólicas, hecho que me hizo sentirme aun más curiosa por saber qué diablos le ocurría.

―¿Tienes algo más que decir o ya te puedes retirar? ―alcé las cejas al escucharlo. Sintiéndome inmensamente sorprendida por esa descarada forma de pedirme que me fuera al infierno, además de algo ofendida, pues después del trato de ayer me venía a hablar así...de mal agradecidos está lleno el mundo.

―Vaya, y pensar que ayer me querías dedicar una serenata. ―me crucé de brazos frente a él― Ahora andas modo odioso.

―Hay días buenos y hay días malos. Hoy es un día muy, pero muy malo. No lo hagas peor. ―lo miré por un par de segundos, cayendo en seguida en la conclusión de que no tenía sentido ni mucho menos valía la pena estar en un lugar donde no quieren que estes. Por más que en el fondo si que me había descojonado un poco, así como también me había hecho sentir como una estúpida, quise justificarlo con el hecho de que las resacas son una mierda, y en la mayoría de los casos nos pone el humor hasta más allá del núcleo de la tierra.

―Como quieras. ―alcé las manos en señal de paz― ¿Quieres un café o algo? Yo qué sé, una inyección letal de casualidad.

―Quiero que no lo hagas más difícil, eso quiero. ―okey. Fue allí cuando caí en cuenta de que algo pasaba con él y no era la puta resaca.

Fruncí el ceño, sacando a relucir mi mejor expresión de incredulidad a través de este gesto. Algo me decía que tenía que ver con algo referente a los dos, es por ello, que sentí enseguida la necesidad de ir más a fondo, el problema es que estábamos en el lugar y en la hora menos indicada, no obstante, no sabía cuándo ni como volvería a verlo. Me han dicho que para luego es tarde, tal vez esa ley en este momento sea la indicada.

―Vale, vas a tener que especificar si quieres que me vaya. No me iré hasta no entender qué diablos te pasa. ―suspiró con desesperanza, parecía tan derrotado que es hasta sorprendente. Era la primera vez que lo veía tan... ¿Mal? Emocionalmente hablando. Por un momento creí que era algo más grave, fue así hasta que segundos después, respondió:

―Sabes a qué me refiero. ―negué con la cabeza.

―No, no sé. Sé directo.

―No tenemos suficiente tiempo ahora, Heeyeon...

―Yoongi...

―Suga, Heeyeon, joder. ―me corrigió― ¿Cuántas veces tengo que decírtelo?

―Suga. ―añadí mirando el reloj en mi muñeca― Quedan ocho minutos aún. Creo que tiempo nos sobra, no nos moriremos mañana...creo. Eso espero.

―Quiero evitarte. ―respondió finalmente, diciendo aquello que me dejó algo perdida. ¿Evitarme ha dicho?

―Evitarme... ―repetí, como si quisiera corroborar que había escuchado bien.

Evitarme...

Quiere evitarme...

Hacerme a un lado, pretender que mi presencia no es trascendente, pasar de largo ante mi persona... evitarme ha dicho. No escuché mal. Ha dicho que quiere evitarme. Joder... ¿Es en serio?

Sugar and Honey ↔ MYG ff. ✔️(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora