COSA •||• JINKOOK

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Estaba asomado por una pequeña abertura de la puerta, mi esposo se encontraba allí dentro abrazando sus piernas contra el pecho y lloraba desconsolado. Ni siquiera sé porqué.

Hacía casi dos semanas que no me hablaba, siempre que lo llamaba, él me ignoraba y yo no lograba comprender lo que le sucedía. Día tras día, noche tras noche, y cuando el sol al fin alumbró la casa, él salió de la habitación luego de haberse aislado por largo tiempo. Finalmente era momento de aclarar las cosas.


-Jin, ¿A caso estás molesto conmigo? ¿Qué hice?- pregunté algo triste mientras caminaba detrás de él.

-¿Por qué Jungkook?- respondió y se sujeto de la pared mientras sus ojos rojos e hinchados me miraban y parecía como si me atravesaran igual que filosas dagas.

-Te la has pasado ignorandome, y quiero saber que sucede para que podamos arreglarlo.

Él negó con la cabeza y volvió a llorar mientras apretaba sus puños y miraba la pared como si en ese momento no hubiera otro sitio al cual mirar.

-No puedo más con esto.

Su respuesta me dejó helado, ¿Qué quería decir con eso? ¿Pensaba abandonarme a caso? ¿Qué fue lo que hice? Habíamos tenido discusiones antes, pero todo tiene solución.

-Jin, por favor dime qué....

Pero Seokjin se dió la vuelta sin dejarme hablar y volvió de nuevo a la habitación; yo no me atreví a preguntar nada de nuevo.

La noche cayó otra vez, cubriendo con su obscuro velo la casa, dejando escuchar los crujidos de las maderas del piso, el sonido de las tuberías viejas y esos susurros que escuchó desde que Jin entró en ese estado.

Corrí hacia la habitación de huéspedes, no me atrevía a acercarme a Jin por miedo a lo que me fuera a decir.

"Jungkook"

Me llamó de nuevo esa voz espeluznante, cerré la puerta de un azoton y me subí a la cama, abracé mis piernas y observé detenidamente. La puerta hizo un rechinido y se abrió lentamente, no veía nada, todo estaba obscuro afuera, pero pronto el frío se coló a la habitación y parecía como si esa oscuridad se hiciera más profunda, consumiendo todo a su paso y entonces las cobijas se movieron, era como si las estuvieran jalando.


Un frío infernal recorrió mi cuerpo, el ambiente se tornó pesado, pronto no podía moverme, tenía demasiado frío, las ventanas se empañaron y un vapor salía por mi boca, mi respiración se volvió pesada, me costaba respirar; miré a los pies de la cama y ví esos ojos grandes y obscuros que me observaban sin parpadear. Unos ojos totalmente negros, como dos huecos vacíos. Su mano larga y huesuda se asomó tomando la cobija, jalandola bruscamente, tirándola por completo al piso.


Quería gritar, pero no salía nada de mi boca, quería llorar, pero mis ojos estaban secos.

Esa cosa de pronto desapareció, mi cuerpo recuperó la movilidad, mi respiración volvió a la normalidad, así que inmediatamente bajé de la cama y la busqué, pero no había nada.

El frío lentamente se fue quitando entonces miré el piso y decidí observar bajo la cama; me hinque en el piso, miré debajo y no había nada. Suspiré aliviado, pero cuando me levanté, su rostro lleno de carne colgando se me apareció justo enfrente.

Historias De TerrorWhere stories live. Discover now