SuperZodiaco [Yaoi/Gay]

»Problemas en el Instituto«

— Bien, ahora.... -.Tomás rebuscaba en unas cuantas hojas — Harás este ejercicio -.mostró la hoja poniéndola sobre el cuaderno de Sebastián.

— Tom, ya he estado haciendo de estos ejercicios por más de hora y media, me duele el cerebro, ¿podemos descansar un poco? -.le dijo de forma lastimera.

— ¿Y qué quieres hacer? -.se cruzó a brazos.

Su mirada era como siempre, profunda y misteriosa para Sebastián, tanto así que, eso mismo era lo que le atraía.

Pero, era imposible si quiera pensar en quererlo.

— No lo sé... ¿Unas partidas?, tú tía aún no va a volver... Sale en una hora... -.mencionó guardando sus útiles, sin tratar de cruzar su mirada.

Le era imposible mantenerla. Si le veía, empezaba a actuar como un completo bobo, hablando como algún tartaletas* y sonrojándose peor que un tomate. No lograría verlo a la cara a menos que, ese sentimiento que le carcomía interiormente se fuera.

— Que aburrido... -.suspiró mientras negaba, movió la vista al rubio — Hagamos otra cosa -.

— ¿Qué? -.le miró confundido.

— No sé, dímelo tu... ¿Qué quieres hacer conmigo? -.el tono que usó no era algo usual en el castaño.

— ¿Qu...qué? -.le miró sorprendido.

El de ojos azules se acercó un poco para susurrarle.

— ¿Qué quieres hacer conmigo?, hoy ando de buenas, aceptaré cualquier cosa... -.sonrió de medio lado.

Había un extraño brillo peligroso en esos pozos azules, un brillo de lujuria.

— ¿Hah? -.se separó un poco aunque era casi imposible.

A como retrocedía, Tomás avanzaba con la intensión de no alejarse sino, acortar distancia.

— ¿Me dirás que no quieres? -.mencionó en un puchero.

— ¡Pe..Pero, si somos primos! -.mencionó exaltado.

La escapatoria se puso en fin al acabarse el pasadizo, la pared se había puesto en medio de su huida.

— Ambos somos adoptados, no compartimos sangre, técnicamente sigue siendo legal... -.

Tomás acercó su cara para rozar sus labios contra los del contrario, escapando de ellos un leve suspiro parecido a un gemido suave.

— To..Tomás, no... -.

— No sabes cuanto me he aguantado... No podrás pararme -.sin decir nada más ni esperar a que el contrario se escapara, le beso con frenesí, exponiendo su experiencia.

Sebastián olvidó por un momento el parentesco para seguir el beso, de manera tímida.

Aunque, de un segundo a otro, la imagen de su madre pasó por su mente, borrando el blanco. Mordió inconscientemente al contrario, le apartó con fuerza y salió corriendo a la segunda planta, cerrando con el pestillo para que Tomás no entrara.

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— Hey, Vincent -.

— ¿Estephen? -.le miró confundido — ¿No ibas a quedarte como siempre en el parque? -.

— Sí, pero pasó algo raro... Por eso estoy aquí... Echa un vistazo -.le tendió la bolsa pequeña.

— ¿Es lo que te aparté? -.lo tomó para abrirlo.

— Sí, solo quiero asegurarme... -.se encogió a hombros — Ya que somos vecinos... -.recibió el golpe del chico devolviéndole la bolsa.

— No puedo creerlo... -.mencionó enojado, el golpe le había dolido — ¡De todo lo que había, elegí lo más fácil para ti pero, aún así, traes lo incorrecto! -.