Capítulo II: Maldita.

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Una joven chica de trece años estaba al frente de lo que parecía ser un gigantesco bosque, su rostro era inexpresivo. Aunque en su mente estaba hecho un lío, preguntándose muchas veces si era capaz de entrar.

《 Calma... tu puedes... sabes que ese maldito monstruo no debe seguir viviendo... Piensa bien, White...》 —pensaba serenamente.

Aunque ésta vez, no iba a entrar para iniciar su venganza, era sólo por curiosidad. Ya que ella era conciente que ese monstruo podía ser más fuerte que ella.

Salió de sus pensamientos de golpe, al oír una rama crujir.

Dirigió su vista de inmediato al bosque, movía sus ojos a todas partes tratando de localizar dicho ruido. Su mano temblaba levemente, pero debía ser fuerte. Además, no importa si moría, ¿quién la extrañaría? Ella no tenía a nadie más, su madre murió al darle a luz y su padre murió por la maldición de éste bosque; por sí, no importaba si ella desaparecía o perece ahí mismo.

— ¿Hay alguien ahí? —preguntó lo mejor que le llegó a su mente— 《Claro White, lo que sea que haya sido, te dirá que está ahí, y en especial en éste bosque》

Se reprochaba a sí misma, y cuando ya creía que era un simple animal, vio una silueta detrás de un árbol lejano.

Se paralizó se inmediato. Pero poco después, ya se encontraba caminando hacia dicha silueta, sin saber en que momento inició.

Cuando iba a decir algo, la silueta salió corriendo. Y sin saber el porqué, comenzó a seguirle.

Tal vez esa cosa que éste siguiendo, sea la repuesta de muchas preguntas, victorias, pero también derrotas.

Se detuvo en el medio de unos árboles, la luz se podía filtra fácilmente y estaba en el centro de eso, provocando sombras a su alrededor. Había perdido de vista a la silueta que seguía, y su respiración estaba agitada; había tanto silencio, que podía oír sus propios gemidos que pedían aire.

— ¿Hola? —habló mirando a los lados.

Su repuesta fue el movimiento de unos arbustos. Se acercó a pasos rápidos hacia dónde provino el ruido.

(--Pink--)

Escuché sus pasos acercarse, tengo miedo.

Estoy detrás de un arbol que estaba cerca del arbusto que moví.

Mald*ta curiosidad, eso fue lo que me causo este problema.

Resulta y acontece, que me iba a dirigir hacia el pueblo en busca de comida; ya tenía mi capa puesta y todo, pensando en lo mucho que quisiera unos guantes, todo sería más fácil con ellos, pero no tengo tiempo para encontrar unos.

Pero el punto es qué, apenas llegué a la entrada, encuentro parada en ella una chica, se veía más alta que yo, su cabello era blanco, su piel era muy pálida y tenía unos irreales y hermosos ojos grises. Me pareció linda, pero lamentablemente, no tengo tiempo para ver quién lo era y quién no.

Cuando me iba a retirar, distraídamente pisé una rama... Y sí, la chica comenzó a buscarme con la mirada, rápidamente me escondí tras un árbol.

— ¿Hay alguien ahí? —preguntó; su voz era rara, pero linda, me encantaba.

Moví lentamente a los lados mi cabeza, en un intento de desaparecer esos pensamientos. No quiero amar a nadie, y que alguien me ame. Aunque solo dije que es linda, no que la amo...
Y el resto se cuenta por sí solo.

Estaba asustada, volteo para tratar de huir, pero como la torpe y estúpida que soy, choco con otro árbol; suelto un gemido de dolor y caigo al suelo de trasero.

El color de la Muerte... |·Whink Diamond·|Where stories live. Discover now