EL COMPROMISO

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  CAPITULO 10

EL COMPROMISO

-¿Quién eres? – volvió a preguntar Jun Pyo. Aún la tenía abrazada muy pegada a él. No podía ver su rostro, pero podía ver que estaba tan turbada como él.

Jan Di no podía contestar, sentía que inclusive la respiración le hacía falta. Cuando finalmente se decidió a hacerlo, las luces se encendieron y Gu Jun Pyo y Jan Di se quedaron inmóviles.

Como en cámara lenta, poco a poco fueron despegándose, sin embargo no hubo tiempo de reaccionar. Tae In tomó a Gu Jun Pyo de la mano haciéndolo girar de repente hacia ella y Jan Di fue tomada con fuerza también de su propia mano y sacada de la pista de baile con autoridad. Ji Hoo había ido por ella y grande fue su sorpresa cuando vio con quien bailaba. Su corazón estaba a punto de estallar. Si no hubiera sido porque revisó la invitación y vio quienes eran los invitados, entre ellos el heredero del Grupo Shinhwa, probablemente no hubiera ido. Pero viendo la situación, se apresuró a salir del hospital y esperaba haber llegado a tiempo.

Jan Di se encontraba desorientada. ¿Qué estaba pasando? Ji Hoo estaba con ella. Lo hizo detenerse y le preguntó qué era lo que pasaba. Ji Hoo, tratando de mantener la calma, le dijo lo primero que se le vino a la mente, que había ido por ella y que cuando la vio bailando le dieron muchos celos y quiso sacarla de ahí. La muchacha se encontraba algo molesta. Le dijo a Ji Hoo que no se podía ir de esa manera, que el evento aún no terminaba y que la subasta aún se llevaría a cabo. Ji Hoo se encontraba desesperado, no tuvo más remedio que decirle a Jan Di que por las prisas se sentía un poco mal, lo que hizo que Jan Di se preocupara y accediera a retirarse con él. Siguieron caminando hacia la puerta de salida, ella aún algo agitada después de bailar con ese hombre, del cual ni siquiera tuvo oportunidad de saber quién era.

Jun Pyo enfurecido, le pide a Tae In que lo deje. El maestro de ceremonias le había pedido a los invitados que se quitaran las máscaras, lo cual había hecho con furia. Empezó a buscar entre los invitados, tratando de encontrar a la misteriosa mujer. Abriéndose paso entre la gente, trató de seguir el rastro hasta llegar a la puerta principal del local. Preguntó por ella pero nadie le supo decir. En realidad, era difícil describirla, al no haberla podido ver bien en la oscuridad en que bailaban. Jun Pyo se sentía desesperado y ansioso. Quería volver a verla y confirmar que no había sido un sueño. Quería también confirmar, que no era, no podía ser Jan Di. Su Jan Di. Finalmente llegó hasta la calle, en donde un taxi acababa de recoger a una pareja que se iba de prisa. Le pareció conocido el hombre, pero no lo identificó. Ji Hoo acababa de marcharse junto con Jan Di y él sin saberlo. Con frustración, Jun Pyo tira al suelo la máscara y la pisa.

Mientras tanto, Tae In se quedó extrañada de la conducta de Jun Pyo y aunque quiso seguirlo, optó por no hacerlo ya que la subasta estaba por comenzar. El primer cuadro era un retrato al óleo de un anciano que fue vendido inmediatamente. El segundo, una pintura de una figura de corazón que parecía estar formada naturalmente entre rocas, le llamó la atención. Subastó Tae In en nombre de Grupo Shinwha por ella y finalmente la obtuvo. Pensó que sería una buena adquisición para la casa que habitaría con Jun Pyo. Sonrío para sí misma. Había hecho una buena compra.

****

En los días siguientes, Jun Pyo empezó a averiguar todo acerca del evento. Obsesionado con encontrar a esa mujer, había solicitado toda la información de los invitados, los cuales revisaba junto con el director Jung. Sin embargo, Jun Pyo únicamente se enfocaba en los invitados. Jamás pensó que la persona que estaba buscando era expositora. El Director Jung observaba como el joven Jun Pyo que había vivido esos últimos años sin vivir, ahora tenía fuego en los ojos. Tenía un objetivo, y aunque ese objetivo era infructuoso, pensaba, le había dado vida al joven y lo agradecía.
Entre todos los invitados había muchas mujeres, tendría que visitar a cada una de ellas y estaba dispuesto a hacerlo para encontrarla. Cortó su tiempo en la oficina y en las tardes averiguaba.

Destino InevitableOn viuen les histories. Descobreix ara