LA PROPUESTA

206 15 3
                                    

  CAPITULO 8

LA PROPUESTA

--Diga? – volvió a repetir Jan Di. Nadie contestó. La llamada se mantenía aún abierta, sin embargo, nadie contestaba. Jan Di observó el teléfono nuevamente y optó por colgar.

--¡Gu Jun Pyo! – alguien le llamaba. Gu Jun Pyo sostenía aún el celular al oído y había alcanzado a escuchar una voz de mujer, pero no tuvo tiempo de analizar ni reaccionar. Vio acercarse a él a Tae In, con una maleta. Gu Jun Pyo optó por cerrar el celular. Ya luego llamaría. Tae In llegó hacia él con una sonrisa, informándole que se iría con él para acompañarlo. Gu Jun Pyo no reaccionó hacia la noticia. Simplemente la miró con desagrado y continuó su camino para conseguir su pase de abordar.

En el otro extremo del pasillo, Ji Hoo se acercó a Jan Di con una sonrisa, la tomó del brazo y empezaron a caminar juntos hacia la sala de abordaje. Jan Di no pudo evitar mirar hacia atrás, tenía la certeza de estar dejando algo, pero no sabía qué.

Gu Jun Pyo y Jan Di, tan lejos y tan cerca nuevamente. El destino nuevamente les hacía una broma pesada. Ambos viajaban a la misma hora, pero hacia distintos lugares.
TRANSCURRE UN AÑO

NUEVA YORK

Ji Hoo era un hombre relativamente feliz. Dedicaba su vida a su profesión. Trabajaba en un hospital y al mismo tiempo tenía un consultorio. La vida al lado de Jan Di había sido agridulce. Sabía que tarde o temprano tenía que decirle la verdad a la muchacha y eso le atormentaba. Cada día ponía mil pretextos para aplazar el momento de decirle. Llegaba incluso a desear que recuperara la memoria por ella misma, para así evitar el trago amargo de decirle y ver el odio en sus ojos.

Por otro lado, al principio tenía cierta preocupación por Gu Jun Pyo, pero a lo largo del tiempo y gracias a la televisión y revistas, notó que Jun Pyo se recuperó rápido de la muerte de Jan Di. Eso le daba cierta paz en su corazón, ya que pensaba que Jun Pyo quizá no la había amado tanto como decía. Ji Hoo ignoraba todo lo que Jun Pyo pasó y continuaba pasando. No tenía idea.

JanDi por otro lado, vivía una vida tranquila al lado de Ji Hoo. Cuando recién llegaron a Nueva York, Ji Hoo la llevó a varios hospitales para que la revisaran y descartaran un problema mayor. Finalmente, los doctores llegaron a la conclusión que Jan Di únicamente padecía una pérdida de memoria parcial, ocasionada principalmente por el shock del accidente. Lo único que quedaba por hacer era esperar, así como podía recuperar la memoria mañana, podía no recuperarla. Jan Di finalmente aceptó ese diagnóstico y dejó de preocuparse por no recordar. Aunque aún, en sus sueños, podía sentir y oír a esa persona que la llamaba y abrazaba con tanto cariño al principio de su convalecencia. Después de soñarlo tantas veces, estaba segura que no era Ji Hoo. Era otra persona, pero había optado por no comentarle nada al doctor. No quería causarle más dolor.

JanDi había demostrado interés en la pintura desde que estaba reciente el accidente, por lo que en Nueva York, optó por inscribirse en una escuela de Arte con resultados sobresalientes. Sus pinturas eran principalmente paisajes y debido a la calidad de ellas, la escuela de Arte había decidido exponerlas en la pequeña Galería de Arte de la cual eran ellos dueños en el céntrico Nueva York. Jan Di había decidido firmar sus obras con un seudónimo, el cual era su nombre al revés: DiJan. Le parecía gracioso y algo misterioso el tener un seudónimo. Sus obras serían expuestas en un par de semanas, por lo que estaba dedicada a pintar y a visitar galerías de arte para ir tomando ideas.

En lo que respecta a su relación con Ji Hoo, era consciente de que era su esposa, y le agradecía enormemente que en todo ese tiempo éste mantuviera su distancia con ella. No había intentado tocarla, salvo de la mano cuando salían o abrazos. No estaba segura de amarlo, pero lo quería a su manera. Le gustaba mucho cocinar para él, conversar con él, verlo vestido de blanco cuando se iba para trabajar... si eso era estar enamorada, entonces lo estaba. Ji Hoo ya le había contado algo de su pasado, de cómo se habían conocido. Obvio que el papel de Gu Jun Pyo lo había minimizado. Únicamente había hablado un poco acerca del líder de los F4, el cual le había hecho la vida imposible. Pero hasta ahí. Ji Hoo ni siquiera mencionó el nombre de Gu Jun Pyo ni Jan Di se interesó en saber de él. JanDi solo preguntaba acerca de ellos dos, como se conocieron, como se enamoraron y como se casaron. La parte del matrimonio, Ji Hoo no abundaba mucho, solo le decía que una tarde decidieron casarse y así lo hicieron. Después él se negaba a hablar de lo demás, argumentando que poco a poco le iría contando las cosas. Jan Di también había tenido curiosidad acerca del accidente. Ji iHoo le había explicado que ella se encontraba estudiando medicina mientras él hacía sus prácticas en el poblado. No estaba él muy seguro de que había pasado, pero lo único que podía decirle es que ella había ido a visitarlo cuando el auto tuvo el accidente. Jan Di se esforzaba en recordar sin éxito. Pero se conformaba con la explicación del doctor.

Ji Hoo también le explicó acerca de su familia, sus papás y hermano que vivían en Seúl. Ji Hoo se arriesgó a preguntarle a Jan Di si quería verlos y hablar con ellos, pero Jan Di se negó. Sabía que la consideraban muerta la mayoría de sus conocidos, por lo que decidió mantenerlo así. Mientras ella no recuperara la memoria, era como si lo estuviera. Pensaba que sería más doloroso para ellos verla y que ella fuera indiferente a todos. Por el momento, no quería hacerse notar.

Ese día, se cumplían 2 años del accidente. Jan Di se sentía particularmente vulnerable y Ji Hoo decidió pasarlo con ella en casa. El aspecto de Jan Di había cambiado. Su cabello lo mantenía largo, siempre arreglado. Sus atuendos ahora eran juveniles e informales. Sus modales se habían refinado también. Es una Jan Di muy diferente a la niña de preparatoria que Ji Hoo conoció.

Después de cenar, el doctor tomó la mano de JanDi y la llevó al jardín, en donde se sentaron a observar las estrellas. La muchacha siente haber vivido antes esta escena, pero no la puede recordar claramente. Ahí, Ji Hoo la miró y no pudo evitar acariciarle la mejilla. Lentamente, se acercó a ella y posó sus labios sobre los de ella. Jan Di cerró los ojos y se quedó inmóvil, sin rechazarlo. Ji iHoo presiona más sus labios hacia los de ella y ella acepta el beso. En su mente empieza a preguntarse si no se suponía que debía sentir mariposas en el estómago. ¿No se suponía que su corazón debía latir a mil? Y justo en ese momento, en su mente apareció un hombre de cabello oscuro, que se acerca hacia ella y la besa. Jan Di abre sus ojos y aleja suavemente a Ji Hoo. Su corazón ahora sí latía a mil, pero no por Ji Hoo, sino por el hombre que se había acercado a ella en sueños.
El doctor esbozó una sonrisa. Jan Di no había rechazado su beso y eso era algo muy bueno. Decidió que era el momento. De su bolsillo, sacó una pequeña caja y la puso en manos de Jan Di. Ella lo miró con asombro y curiosidad. Abrió la caja y encontró un anillo de compromiso (el mismo que Jan Di había rechazado cuando se lo dio por primera vez en el pueblo pesquero). Ji Hoo tomó el anillo y le dijo que lo había guardado para ella. La chica no preguntó razones. Ji Hoo tomó su mano y le colocó el anillo. Ella no lo rechazó. Este, con una sonrisa, le pregunta – ¿quieres casarte nuevamente conmigo? – JanDi observa el anillo y Ji Hoo continúa. – Quisiera empezar a crear recuerdos bonitos contigo. Nuestra boda sería uno de ellos. Jan Di continúa callada. – Finalmente lo mira a los ojos y contesta – Acepto.-
PARIS

A esa misma hora, Jun Pyo llega a sus oficinas en Grupo Shinhwa Europa. Está consciente que ese día se cumplen 2 años de la muerte de Jan Di y siente un dolor inexplicablemente fuerte en el corazón. Decide llegar temprano a trabajar y mantenerse lo más ocupado posible. Ese mismo día había tomado una decisión que cambiaría el resto de su vida. Estaba consciente, pero sabía que era inevitable. La presión por casarse pronto era demasiado fuerte, realmente no estaba interesado en ninguna mujer, y sabía, que jamás lo estaría. Reemplazar a Jan Di era algo muy difícil. Odiaba sentirse así. Se preguntaba por qué no podía seguir adelante ,ya que para él Jan Di seguía viva. No la podía imaginar muerta, y era por eso que su corazón le dolía periódicamente. Cansado ya de tanto dolor, decidió tomar la decisión.

Tae In entró al despacho de Jun Pyo vistiendo un traje de diseñador. Su cabello había sido cortado a la última moda francesa, quienes lo lucían corto y con flequillo. Cuando Jun Pyo la ve entrar, le recuerda a JanDi. Jun Pyo se voltea hacia la gran ventana de su oficina, para que no vea sus ojos, los cuales se humedecen. Tae In sabe que se parece a Jan Di en ese momento y es por ello mismo que sonríe. Le duele causarle dolor, pero al mismo tiempo sabe que Jun Pyo se aferrará a ella. Tae In está dispuesta a todo ya, con tal de conseguir al gran Gu Jun Pyo.

--Te mandé llamar – le dice Jun Pyo, porque quiero hacerte una propuesta. – Un poco más repuesto, Jun Pyo voltea y la observa. Continúa. – la presión por casarme es alta, y la verdad en estos momentos no tengo interés en ninguna mujer. – La cara de Tae In muestra desilusión. – Por lo mismo, - continúa – debido a tu cercanía, que me eres de gran ayuda y que considero que harás un buen papel como esposa – Jun Pyo se detiene un momento – te propongo comprometernos.--

Tae In no puede creer lo que escucha. Jun Pyo la observa, y antes de que ella hable le aclara. – No te amo, no creo poder hacerlo nunca, si te soy honesto. Pero pienso que podemos tener una buena relación de negocios. Entiendo si te niegas a esto, pero creo que es mi única alternativa. Te pido disculpas de antemano si te ofendo –

Tae In no lo piensa más. Acepta sin dudar. Ella está más que consciente que los sentimientos de Jun Pyo pueden cambiar hacia ella. Y ella trabajará sin descanso para lograrlo.  

Destino InevitableWhere stories live. Discover now