Tierra y mar

7.3K 505 152
                                    


Quiero aclarar que este texto es literario y esta creado exclusivamente para entretenimiento de ustedes. Este texto no es histórico, informativo ni mucho menos para crear conocimientos culturales, pido una disculpa por los errores que pueda llegar a cometer con el tiempo en el que está desarrollada la historia, he estado informándome acerca del tema y espero no cometer errores al respecto. Sin más que decir los dejo leer y espero ansiosamente su opinión :)


Él lo prefería así, siempre lo prefería así. A pesar de que tenía la gran oportunidad de recorrer todo el trayecto en aquella hermosa carrosa decorada con colores blancos y azules, en la que este momento se encontraban su padre y su madre, él prefería ir montado en su corcel. Su majestuoso, sangre pura, y distinguido corcel completamente blanco como la nieve.

No por nada él ya era reconocido como uno de los caballeros más distinguidos en la nobleza al haber conseguido su título, dándole así, más poder a su apellido de lo que ya tenían los honorables Rogers.

Él recordaba a la perfección el momento en que recibió a su pequeño potrillo. Todavía era un crio aprendiendo un sinfín de reglas, estatutos, códigos y leyes que seguían los de una familia noble, como él. Era su cumpleaños número 10 y era el momento de salir y ver la sorpresa que le tenían preparada sus padres. Desde el momento en el que miró a la creatura supo que aquel ser viviente iba a ser el mejor regalo que sus padres pudieron haberle dado y al instante estableció un enorme vínculo afectivo que con el paso de los días se fue haciendo cada vez más grande.

Recordaba como estuvo carcomiéndose la cabeza una semana entera pensando en el nombre que le podría al nuevo integrante de la familia, porque para Steve en eso se había convertido aquel hermoso corcel, un miembro más de la familia.

Finalmente después de ver todas las cosas que podía relacionar con el brilloso y claro color del corcel fue que se decidió por el nombre de "Snow".

Steve consideraba que Snow era el corcel más fiel que podía existir, y a pesar de que el animal no hablara, Steve estaba más que seguro que aquel caballo le quería de igual forma y le seguiría hasta el fin del mundo de ser necesario.

Era cierto que él amaba montar a su adorado corcel y que cualquier oportunidad de viaje que se presentara la utilizaría para estar acompañado de Snow, pero esa no era la única razón por la cual había rechazado ir en carruaje. Steve también amaba ver el camino que recorrían, amaba ver el paisaje pasar a través de sus ojos azulados y sentir el fresco aire rozando su rostro. Amaba ver a las aves pasar sobre él y sentir como se acoplaba a la naturaleza y las bellezas que esta podía ofrecer.

Era un hombre al que le encantaba apreciar, descubrir, contemplar y curiosear acerca de la infinidad de cosas que el mundo le ofrecía para después, cuando tenía un poco de tiempo libre y estaba en completa soledad, poder plasmar en papel y carboncillo las maravillas que sus ojos habían visto.

La brisa de un nuevo porvenir le pegó en el rostro y pudo divisar a lo lejos como ya en poco tiempo iban a llegar a su destino. La capital. Hace tanto tiempo que él y su familia no visitaban la capital, probablemente unos 8 años, cuando él todavía era alguien bastante joven e ingenuo para saber que en esta vida no siempre se obtiene lo que uno quiere.

Ahora, con 26 años de edad, regresaba al lugar en el que tenía toda clase de historias y experiencias con sus antiguos amigos. Regresaba convertido en un hombre, en un caballero, en un orgullo para Joseph Rogers y Sarah Rogers.

A pesar de que su corazón latía desbocado al apreciar el lugar que aun yacía en su memoria, al recordar toda clase de lugares y personas que vivían ahí mismo con las cuales convivió e hizo grandiosas amistades, no podía estar del todo complacido y feliz por su llegada.

Forbidden heartWhere stories live. Discover now