Iluminación

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Una vez que terminaron de brindar dieron comienzo a degustar los deliciosos alimentos que se mostraba ante ellos. Cada uno se sentó alrededor de la mesa y aunque estaban un poco apretados, todos se veían contentos.

—¡Esta langosta está deliciosa! Tony ¿tú la preparaste? —preguntó Steve inocentemente dirigiéndose al castaño mientras le dedicaba una sonrisa.

—Jajajaja Steve qué iluso eres, a nuestro capitán hasta el agua se le quema —expresó Loki burlonamente casi ahogándose con la comida de la risa que le había dado la pregunta.

—Nuestro capitán tiene muchas cualidades, sin embargo, la cocina no es una de ellas — explicó Natasha tratando de lucir seria pero siendo traicionada por su propia risa que le impidió mantener su gesto por mucho tiempo.

Tony no dijo nada, se limitó a fruncir marcadamente el ceño mientras miraba a Loki y Natasha con ganas de quererlos matar.

Steve no pudo evitar sonreír enternecido por ello. Ya no le costaba admitirlo, de verdad le agradaba muchísimo pasar el tiempo con los piratas; cada uno con diferente personalidad y carácter, pero al final todos se complementaban, terminaban siendo incluso más unidos y con muchísimo más amor que varias familias que él conocía. Eran personas sin prejuicios, sin máscaras, sin hipocresía, nada que ver con la mayoría de los nobles; los Vengadores eran ellos mismos y sus buenas acciones salían del corazón, no solamente para "quedar bien".

Era por ello que el caballero se sentía verdaderamente alagado por que aquellos a los que una vez llamó "criminales" ahora lo consideran parte de su tripulación y de su familia, lo mejor de todo era que él tampoco ya no tenía que fingir; frente a ellos no tenía que ser el "perfecto caballero de la Familia Rogers", sólo era Steve.

—Steve ¿conoces el juego de las sillas? — preguntó el joven Peter cambiando de conversación.

El caballero formó una cara de no saber a qué se refería el adolescente por lo que el chico continuó hablando.

—Es un juego que aprendimos en uno de nuestros viajes, es bastante simple y divertido —dijo mostrando su típica emoción.

—¡Buena idea pequeño Pete! Cuando acabemos de comer jugaremos — expresó el capitán contagiado de aquel entusiasmo, comenzando a dar bocados más grandes y así terminar antes su plato.

Toda la tripulación sonrió con el gesto, incluyendo Steve. A veces su capitán sacaba a relucir el niño interior que llevaba dentro y eso era algo digno de apreciar para todos.

Cuando acabaron Thor fue en busca de la guitarra que normalmente se encontraba junto con otras cosas que no usaban a diario, los demás se centraron en mover la gran mesa de madera y hacer espacio suficiente para acomodar las sillas y cajas de madera.

Bruce en cierto momento se acercó hacia Steve para explicarle las reglas de juego, las cuales eran bastante sencillas: Thor comenzaría a tocar música, a la par de Loki que comenzaría a cantar, ellos tendrían que dar vueltas alrededor de las sillas y cuando la música parara tenían que sentarse. Serían descalificados si no conseguían asiento y el último que quedaría sería el ganador.

Steve asintió, parecía divertido y a pesar de nunca haber jugado, la idea le emocionaba.

Después de unos minutos todos se posicionaron en sus respectivos lugares, los únicos que no jugarían serían Thor y Loki al estar encargados de la música, pero para ello decidieron que en cada juego se turnarían.

Así comenzó el juego, Steve notó como todos comenzaban a bailar y cantar mientras caminaban alrededor de los asientos y a pesar de que en un principio le dio pena el seguir los pasos de baile, también no pasó mucho tiempo para que dejara de cohibirse y siguiera el ritmo a su manera.

Forbidden heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora