Capitulo 32

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Permanecí así durante minutos, horas y no voy a decir días; seria exagerar.

-Este es un buen lugar para pensar-oí una voz familiar.

Volví mi rostro lentamente hasta lograr identificar el origen de la voz; Dak Ho.

-¿Cómo me encontraste?-intrigada, frunciendo el ceño.

-No lo sé-mirando el paisaje-coincidencia. Quise mirar un momento y al girar la vista reconocí un par de anteojos-me explicó tiernamente.

-Aigo-reclamé con un puchero.

-¿Puedo?-pidiendo mi consentimiento para ubicarse a mi lado.

-Claro-asentí con una sonrisa.

-Te traje algo-dijo sacando un paquete y ubicándose a mi lado.

-¿Qué es?-ansiosa.

-Ábrelo-me animó.

Abrí con cuidado el paquete y miré dentro.

-¡Eres el peor!-bromeé sonriente.

-¿Por qué?-sonrió.

-¿No me veo bien calvita?-pregunté con un puchero.

-Digamos que mejorarías un poco con esto-tomando el regalo, se trataba de una peluca.

-¿Cómo se pone?-pregunté mirándola por todos lados.

-Ven acércate-Acomodándola en mi cabeza.

-¿Cómo me veo?-moviendo mi nueva cabellera.

-Juzga tú misma-sacando su teléfono-¡Sonríe!-me ordenó.-Listo, mira-me mostró su teléfono.

-¡Omo me encanta!, pero, ¿De verdad no sabías que estaba aquí?, ¿Cómo fue que justo trajiste esto para mí?-incrédula.

-Te digo que es casualidad, de hecho esto te lo entregaría mañana-me explicó.

-Está bien, te creo.

-Vamos, te dejo en casa, se está haciendo tarde y el rio comenzara a subir, nos inundaremos-bromeó.

-Tonto-sonreí-El río está más abajo, pero está bien, vamos a casa-accedí.

(**Relata Iara**)

Ya pasó Enero y nada. Mi investigador súper secreto, no tan secreto, que es Marcelo, me mantiene informada de todo movimiento en la casa de Matilde pero cada vez que llamo es solo para enterarme que aún no llega. Estamos terminando Febrero y tía Soledad inscribió a Araceli Zombie en una universidad en la carrera de sus sueños; literatura. Aún así, ella continua sin reacción alguna. La desesperación me está ganando, cuando de pronto un llamado alentador.

-Unno, soy yo, Marcelo.

-¡Que es unnie!, dime que pasa-exigí ansiosa.

-Hoy llegó acaba de llegar, está muy bronceada, yo creo que fue a la playa o al Caribe tal vez-comenzó a hablar cosas sin sentido.

-¿Y eso a mí que me importa?-le dije indignada-Tu solo avísame si vuelve a salir, ¿Está bien?-le ordené.

-Está bien-resignado-¡Espera!-me asustó-Está saliendo.

-Ok y ¿A dónde va?-intrigada.

-No, solo Salió a la plaza de enfrente, está leyendo-me explicó.

-Está bien, voy para allá-anuncié.

-Nos vemos unno-se despidió.

-¡Unnie!-grité antes que me cortara-Y encima corta él reclamé ofendida.

Magia de un amor fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora