capitulo cuatro

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Todo el camino fui mirando por todos lados, era nueva en la ciudad y era normal que me sorprendiera hasta con el más mínimo detalle de la ciudad. Bon se reía, pero no me importaba en lo absoluto. Llegamos a casa bajé mis cosas del portaequipaje y me fui con mi cargamento hasta el departamento, siempre detrás de Bon. Subimos el ascensor y llegamos. Yo me saqué lo tacones que me traían muerta y me puse las pantuflas que Bon dejó en la entrada de la casa para mí y llevé mis cosas a mi cuarto cuando de pronto mi estómago comenzó a sonar y esta vez no era hambre.

-¡Aa!, mi estómago -dije en voz baja para que Bon no me escuchara lo que era imposible ya que lo auriculares estaban sincronizados y podía oír todo. De pronto golpeó mi puerta y dijo

-¿Pasa algo?

-No nad…..- no alcancé a terminar la frase cuando tuve que salir corriendo al baño de mi habitación, me quité el auricular y mi estómago no aguantó más. Cuando terminé de devolver todo dije-¡Qué asco por Dios!-dije lamentándome.

-¿Estás bien?-volvió a preguntar Bon.

-Sí, creo que mejor me acuesto, me duele mucho el estómago.

-¿Puedo pasar?-dijo con un tono preocupado.

-Si quieres.-le contesté desanimada-espera un poco me lavaré los dientes.

-Bueno.-Me contestó. Me lavé rápidamente los dientes muy bien lavados y Salí del baño.

-¿Cómo te sientes? -me preguntó con semblante preocupado-ven acuéstate-. Me quité las pantuflas y entré en la cama, previamente abierta por Bon, muy cansada. Entonces, él se sentó a mi lado y me tocó la frente y luego puso su mano derecha en mi abdomen y le dio unos golpecitos con la izquierda. Sonaba hueco. Yo estaba hecha un manojo de nervios pero no se me notaba con lo agotada que estaba –Creo que te cayó mal todo lo que comiste-dijo un poco serio-por lo menos ya vomitaste. Mañana te sentirás mejor. Buenas noches- dijo apagándome la luz.

-¡Espera!-le grité. Él se volteó y me miró-muchas gracias-dije con una sonrisa tímida.

-No hay de qué. Que sueñes lindo-dijo y luego cerró la puerta.

El dolor aún estaba pero en menor intensidad y de repente no me di cuenta y ya me estaba quedando dormida pero aún no me quedaba completamente dormida, incluso ni siquiera me había quitado el auricular cuando de pronto sentí que abrieron mi puerta. Mis oídos lo escucharon pero no quise abrir los ojos, preferí hacer como que dormía para que Bon no se preocupara, entonces, sentí que se sentó a mi lado me acarició la frente y luego dijo

-Eres todo un misterio chica rara y descocida-susurró-yo simulé un movimiento como si me hubiese molestado el sueño-quizá sueñas con migo-lo escuché hacer un ruido algo así como una risa-pero primero…-me movió un poco. Hice como que despertaba.

-Bon, ¿Qué pasa?-dije limpiándome los ojos.

-Nada, te traje este té para que te sientas mejor-dijo parándose a traer la bandeja -también te ayudará a dormir.

-“Aww que tierno…” -pensé-Gracias- y luego sonreí-¿Sabes?-dije llamando su atención- Tu eres una combinación perfecta entre tus papeles. Tan perfecta que siempre eres ambos pero es complicado distinguirlos. Eso te hace diferente y especial para mí. Por eso cuando mis amigas decían que tú eras feo y tu rival era lo mejor yo te defendía. Siempre fuiste el más lindo, no importaba si me decían que eras gay u otras cosas peores yo te defendía-Bon sonrió con mayor intensidad esta vez. Yo también sonreí y de repente otro retorcijón más fuerte vino, dejé el té en la bandeja y me recogí- ¡¡Aigo… me duele!!

-No, no te recojas. Estírate- dijo empujándome suavemente hacia atrás- A ver-Dijo colocando nuevamente su mano en mi abdomen y repitiendo el ejercicio de hace un rato- Ya está más deshinchado. Creo que tendrás que medirte para comer de ahora en adelante-

Magia de un amor fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora