Magia de un amor fugaz

C

aminando sola hacia mi liceo voy pensando en que si mi vida cambiara algún día o siquiera si hoy me sucederá algo emocionante, pero hasta el momento nada, ya voy a medio camino y nada, asique supongo que nada fuera de lo normal sucederá hoy, solo me queda esperar a que un golpe de suerte caerá un día sobre mí, un día que jamás llegará.

Desde niña siempre he sido la más ingenua, la más calladita, la más pensativa, madura y soñadora. Me gustaban cosas que a los niños de 6 años desagradaban totalmente; leer, escribir, cantar (bueno eso es más común), pero sobre todo estar sola. Soy de aquellas que sueñan en con que un día llegara un príncipe azul a rescatarme de las horribles garras del estrés y me llevara a un mundo de fantasías....fantasía.... esa palabra me identifica, aunque lo he tratado de cambiar no he podido. Por alguna razón algo en mi cabeza me impide dejar de soñar, aterrizar completamente en este mundo frío y desalmado en el que me ha tocado nacer, un mundo en que todo gira en torno al dinero y también un mundo que tiene convencidos a todos sus habitantes que sin dinero no hay felicidad. Son pocas las personas que han logrado separar estos dos factores: dinero y felicidad, y ya la encontraron.

Ya estoy demasiado atrasada y para colmo un hermoso espectáculo me retrasa más; el sol de amanecida. Corro y por fin en mi liceo y lo primero que hace el inspector, como para alegrarme el día, es criticar mi peinado. La verdad jamás he sido lo bastante preocupada por mi misma como para que alguien se fije en mí. Lo acepto no me preocupo para nada de mi apariencia. Hay quienes me dicen que tengo un rostro muy bonito y privilegiado; con los parpados naturalmente sombreados con un tono café claro, tez blanca, cabello castaño obscuro, ojos alargados (pero no chinescos) labios delgados y mi nariz; no tan perfecta pero no es horrible como otras que he visto por lo menos y mis anteojos. Me dijo que me fuera a peinar al baño y que solo así podría ingresar a clases y que no me enojara porque era por mi bien. Si tú, como no, como si fuera por mi bien que obstruyan mi forma de ser mía de mí. L.

Estoy en baño frente al espejo y lo primero que hago es mirarme unos pelos locos que están naciendo en las cejas; donde no debería haber cejas. Prosigo a hacerme un moño cola de caballo, como siempre (me sienta muy bien el pelo tomado), y entonces toco ese terrible lunar que hace como 3 años me apareció en la cabeza. De repente duele pero mi mamá dice que no es nada y que es solo un simple lunar. Sea lo que sea, además de asqueroso, molesta y bastante. Mi mamá dice que soy..........mmm......... ¡¿Cómo era que se llamaba?!.....mmm...hipo....hipo.... ¡hipocondriaca!

Esto de ser estudiante aquí en Chile no es nada fácil. No es como lo he visto en la televisión en donde la gente es súper genial en la secundaria.....no aquí son mega híper dependientes o sea más que eso diferentes, muuuuuy diferentes......siempre he dicho que nací en el lugar equivocado del planeta, yo debería vivir en Corea del Sur con Gun.....Sonó el timbre. Sera mejor que corra porque esta profesora sí que se toma en serio su profesión; llega como 5 minutos antes que nosotros y siempre nos anota por llegar tarde.

Corro por el pasillo.....aish que suerte, está recién saliendo del salón de los profesores. Subo las escaleras corro nuevamente hasta que llego a mi salón, muy agitada, y anuncio que viene la profesora. De inmediato todos se colocan en perfecto orden. Mmm...que extraño aún no llegan mis amigas. Bueno tendré que esperar.

Entra la profesora:

-Buenos días chicos.

-buenos días profesora.

-tomen asiento.

-Gracias profesora- Siempre lo mismo.

Saco mi cuaderno y el libro de historia y......no puede ser; ¡deje mi libro en casa!.....solo espero que hoy no se le ocurra revisar aunque lo dudo siempre lo hace. Tocan la puerta son Giselle y Elizabeth mis amigas gemelas que ya llegaron; que alivio.