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Amordazada en el maletero de un Audi R8, Maki se preguntó qué pecados estaría pagando esas últimas semanas. El espacio era pequeño, y le sorprendía que entre dos chicas menudas pudieran meterla ahí con comodidad. Quizás el hecho de que Maki fuera realmente flexible ayudara, pues aun después de sus épocas como idol, había mantenido un régimen físico bastante fuerte. Suspiró, recordando los eventos que la habían mandado a ese pequeño espacio.

Todo comenzó cuando llegó a ayudar a la pobre chica que estaba "asfixiándose" en el suelo, y viéndolo en retrospectiva, debió darse cuenta en ese momento que algo iría mal.

Primero, la acompañante de la asfixiada no parecía demasiado preocupada por la situación y más bien miraba a Maki con curiosidad. Segundo, aunque a simple vista estaba al borde del colapso, ahora que estaba más cerca, Maki pudo notar que sus movimientos eran demasiado rítmicos y no tenían una pizca de desesperación. Era más probable que despertara al día siguiente con fuertes dolores musculares a que se asfixiara.

-Esto.. Disculpa, ¿qué sucedió?

-¡Oh! No fue nada, de verdad. Mi tonta hermana mayor se atoró con su comida - De pronto, las convulsiones de la aparente asfixiada derivaron en una patada a la espalda de la hermana menor - ¡Oye! Como sea, ¿puedes ayudarla? Creo que hay que llevarla al hospital.

-Le practicaré la maniobra de Heimlich y eso debería bastar. Con permiso.

A pesar de sus dudas, Maki no quería arriesgarse. Tomó por los brazos a la chica que estaba tirada en el suelo y la levantó, y antes de que su acompañante pudiera reaccionar, apretó con fuerza su abdomen con ambas manos.

Para sorpresa de Maki y de la hermana menor también, tras un par de compresiones de su abdomen, la asfixiada mandó volando un pedazo de pollo frito a través del restaurante. Como por obra de magia, ambas sintieron en cámara lenta cómo el pollo frito recorría un arco perfecto hacia la mesa de Maki y caía con solemnidad dentro de la copa que Jung Hong sostenía aun en alto y empapándolo en vino, igual de sorprendido que el resto de personas en el local. 

-¡Tres puntos! - Exclamó la hermana menor, apretando el puño en señal de victoria.

-¿Qué? - Maki, aun con la ex-asfixiada en sus brazos, no podía terminar de procesar lo que sucedía.

-Nada, nada. Entonces.. ¿Vamos al hospital?

-Solo necesita descansar un rato y...

-¡No! - Nerviosa, interrumpió a Maki y, antes de que pudiera decir algo más, añadió - ¡Mira, creo que le está dando un infarto!

-No va a darle un... Eh, algo le pasa.

En sus brazos, la ex-asfixiada temblaba con fuerza, tenía el rostro totalmente rojo y comenzaba a lagrimear mientras susurraba algo.

-¿Qué dices hermanita? No te escucho - Entonces acercó su oído al rostro de su hermana - Habla más fuer...

De pronto, un grito sacó a todo el restaurante de su parálisis. La ex-asfixiada había destrozado el tímpano de su hermana, quien cayó al suelo y se quedó inmóvil. Luego, jadeando y aun roja, miró a Maki.

-Por favor, acompáñanos al hospital. Creo que mi hermana se ha desmayado.

Maki se sorprendió ante la calma que demostraba ahora aquella chica, y no pudo hacer otra cosa que acceder ante su formalidad. En ese instante no pensaría en su familia que veía con la boca abierta cómo salía rápido del restaurante cargando a una muchacha aparentemente desmayada, ni en que no tenía idea de sus nombres. Para cuando estuvieron fuera del local y seguía indicaciones hacia su auto, pensó en todo eso.

Nuestro mejor momento [NicoMaki] COMPLETAWhere stories live. Discover now