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Aquella noche, como solía suceder casi siempre, Maki no podía conciliar el sueño. Cuando comenzaba a quedarse profundamente, siempre había algo que la distraía.

"Tú y yo siempre estaremos juntas, Maki-chan. No importa cuánto tiempo pase, siempre te voy a querer"

Voces en sus sueños...

[Doctora Nishikino, se le solicita en la sala de emergencias. Repito, doctora Nishikino, se le solicita en emergencias]

O su buscapersonas del hospital privado de la familia Nishikino, del que ahora era accionista, cada vez que sucedía un accidente que requiriera un neurocirujano experto.

En ambos casos, la reacción de Maki era la misma, por lo que no se podría definir si se sentía feliz o estresada.

-Agh.

Un simple gruñido antes de levantarse a beber agua y, en el caso que fuera un sueño, volver a tratar de dormir. En el caso de una llamada del hospital, se apresuraría en cambiarse a un atuendo chic que la abrigara, se amarraría su cabello rojo en una coleta, cogería las llaves de su auto y saldría disparada al hospital.

Si bien era una época en la que no conseguía dormir demasiado por las noches, no podía quejarse. Ese trabajo le había dado un carro deportivo del año, un departamento amplio cerca al hospital y, lo más importante, la aprobación de sus padres y familiares. Todo lo demás, actualmente, quedaba en segundo plano.

Sin embargo, había una "molestia" constante en sus sueños.

Una muy pequeña, terca, engreída e irritante molestia.

Sin embargo, procuraba no verse afectada de forma muy personal por ello. O al menos lo intentaba.

Y uno de sus pasatiempos para distraerse de ello, cuando estaba manejando, era prender la radio y escoger emisoras al azar. Si bien su favorita era la de música clásica, le provocaba curiosidad saber qué clase de música escuchaba la gente en la actualidad.

Y, día tras día, notaba más la brecha generacional. Ya no era la chica soñadora de 15 años.

Aquella noche, sin embargo, terminó sintonizando una emisora que solo pasaba canciones antiguas y populares, que actualmente tenía bastante pegada a nivel nacional. Quizás fuera la falta de talento actual lo que provocaba que la juventud se volcara hacia los clásicos. Aunque aquello le resultaba bastante triste, pues los "clásicos" eran música de su juventud.

"Sin embargo, sigo siendo joven, ¿verdad?", pensaba, suspirando. Después de todo, ya no era esa chica que disfrutaba cantando y bailando con sus amigas. Y con una en especial...

Entonces, Maki aceleró y subió el volumen de la radio, no tenía tiempo para distraerse con tonterías cuando tenía una operación de urgencia que realizar.

Sin embargo, al instante deseó no haber hecho esas últimas dos acciones porque, al instante, la radio comenzó a hablar sobre un legendario grupo de idols escolares, y justo aquella noche harían un especial de duetos.

Comenzando por "Zurui yo Magnetic Today".

En ese momento, Maki sintió que le iba a dar un tic nervioso. En realidad, fue un milagro que, durante el resto del camino hasta el hospital, no provocara ningún accidente de tráfico. O, más que un milagro, la suerte de vivir realmente cerca de ahí y que a esa hora no circularan demasiados autos.

Finalmente, derrapando hasta su estacionamiento privado, Maki se apresuró en entrar al hospital. "Mi hospital", como debía acostumbrarse a llamarlo, pues sus padres no serían la cabeza del lugar por mucho tiempo más. Y, naturalmente, la responsabilidad pasaría a ser de Maki, la joya de la familia Nishikino. Era el paso esperado y lógico, después de todo.

Nuestro mejor momento [NicoMaki] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora