Capítulo 24

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Maratón 5/5

Estaba en la habitación de Valentina, salí en busca de agua y cuando subí las escaleras nuevamente, escuché los gemidos que provenían de la habitación de Agustín. Sentí un nudo apretarse en mi interior, en mi garganta, en mi estómago, en mi pecho. Malena no gemía, gritaba y Agustín gemía de vez en cuando. Mi lado masoquista salió a la vista y me obligué a acercarme a oir más. Malena decía cosas incoherentes y decía lo increíble que Agustín era en la cama. Los gemidos y los gritos se apagaron. Malena habló.

-Eres increíble. De seguro es el mejor polvo que has tenido.

-No. -La voz de Agustín era apagada.

-Bueno, ¿seguiremos juntos en esto cierto?

-No estamos juntos, ya vete.

-¿Irme? ¿Estás solo aquí por sexo?

-Sí. -Le respondió rápido.

-Pero te quiero.

-Y yo no. Ya vete.

-¿Es por Carolina, cierto?

-Sí, es por ella. La quiero a ella y contigo esto solo fue un error, ya vete.

-Si ella te quisiera no estarían separados entonces.

-No es su culpa, es la mía y eso a ti no te importa.

-¿Entonces? Claro, tú no la quieres. -Dijo ella como una arpía.- Si la quisieras no estarías revolcándote conmigo, Agustín. Nos vemos mañana.

-No, escucha. Esto se acabó.

-¿Seguro? Porque no pretendo que acabe.

-Entonces puedes ir haciendo tus maletas e irte. -Se oían pasos en la habitación y cosas levantarse y tirarse.- No te acerques.

-No decías eso recién.

-Sale. Mañana te vas, eres otro estorbo más.

Los pasos se acercaban a la puerta así que me alejé lo más rápido que pude, simulé que bajaría las escaleras e iría por más agua. Se oyeron puertas abrise y cerrarse, luego subí y fui a donde Valentina. Ella terminaba de en cremar su cuerpo, me acosté y lloré, lloré como una Magdalena contra la almohada, Valentina se acercó y sobó mi espalda, pero eso ya no era consuelo. Agustín se había revolcado con Malena y mi orgullo cada día se iba más por el suelo.

•••

Las semanas pasaban, y ya hacía un mes que Agustín no me hablaba. Malena se había ido y en su reemplazo ahora estaba una mujer de cuarenta años bajita y gordita, buena elección Agustín, contando el hecho que todas quieren estar en su cama. Clarisse había dejado de venir porque le habían conseguido una nueva niñera y yo seguía yendo a la universidad.

-Y entonces le dije: Hermano no puedes ir y decirle que la amas así borracho, ¿Dónde estaba tu cerebro? -Sol me hablaba mientras caminabamos por el campus directo a la cafetería.- Es ridículo, esas cosas se dicen sobrios. ¿Tú qué opinas Ana?

-Que era un imbécil. -Comentó una chica que se juntaba con nosotras.

-Y me dijo: Mira chica ruda. -Se detuvó y se quedó mirando hacia el frente con cara de boba.- Dios mío, viene un Dios perfecto.

-¿Quién? -Comenzaron a voltearse y ahí venia él, caminando de lo mas normal hacia nosotras. Con sus jeans y su camisa, sus zapatillas y su cabello despeinado, pareciendo de lo más juvenil, para nada empresario.

-Carolina. -Dijo y todas se voltearon a verme sorprendidas.- ¿Puedes venir un momento?

-No. -Dije.

-Yo si, bombón. -Le dijo Chiara que estaba a mi lado, las chicas rieron, pero Agustín no apartó la vista de mí.

-Carolina...

-¿Qué quieres ahora, Agustín?

-Estar contigo. -Oí risitas a mis costados.

-¿Quién es él, Carolina? -Me preguntó Sol que estaba a mi lado.

-Él es... Am... Agustín, él es...

-Su novio.

-No diría que novio. -Le repliqué.

-Aún no hemos terminado. -Me dijo sin apartar un segundo la mirada de mí.- Vamos.

-¿A dónde? -Gruñó.

-Por favor. -Me puse de pie y él dejo caer sus hombros que estaban rígidos, caminó y yo le seguí. Nos quedamos bajo un árbol detrás de las canchas de football, él se sentó y yo me senté frente a él.

-¿Y bien?

-Perdóname, ¿Sí?

-Agustín...

-No, dejame hablar. -Asentí.- Se qué fui un imbécil y que no te merezco, que soy un insensible y que no hago lo que debería hacer, que digo una cosa pero hago algo completamente distinto. Que te dije te quiero y luego me comporté como si no lo hiciera y que nunca debí involucrarte en lo de Nicolás. Pero... -Tomó aire.- Estoy enamorado de ti y eso no me deja pensar, solo quiero tenerte conmigo y cuando veo que cada día te alejas más ya no sé que más hacer, Caro... ¿Perdóname?

-Sí. -Le sonreí.- Estaba esperando por esto.

-¿Si lo hubiese hecho hace un mes atrás me hubieras perdonado? -Frunció el ceño.

-No. -Él rodeo sus ojos.- ¿En serio éstas enamorado de mí?

-Sí. ¿Tú crees que si no lo estuviera hubiese venido hasta aquí y soltar uno de mis más grandes campañas solo por ti?

-¡¿Soltaste una de tus más grandes campañas por mí?!

-Sí, pero fue porque esa campaña me abrió los ojos. Te quiero, Carolina. -Lo miré por un momento.- ¿No me quieres?

-Sí, te quiero Agus. -Se acercó a mí y cuando estábamos a apenas milímetros de besarnos habló.

-¿Puedo?

Le sonreí y lo besé, como extrañaba estos besos, tan... Tenían de todo, eran dulces y duros, eran... Eran los besos de Agustín y a mí me encantaban.

-¿Te puedes ir o...?

-Tengo mi última clase ahora, hay un examen. -Hice una mueca y él asintió.- ¿En qué negocio estabas?

-Eh... -Miró a otro lado.- Era una campaña contra el maltrato entre parejas.

-Oh. -Él acarició mi mejilla.

-Me di cuenta que... Por algo como eso podía perderte completamente y...

-Ya... -Le besé los labios.- Eso ya paso, te perdono. -Me sonrió.

-Creo que tengo buenas noticias.

-¿Cuáles?

-En este mes conocí más a Nicolás.

-¿Es en serio?

-Sí, como no podía estar contigo me fui a casa de Martina a arreglar las cosas.

-¿Y...?

-Él es increíble.

Acabo el maratón.🎉 Espero que les haya gustado angelitos. Gracias por todo las quiero muchísimo💛
Quedan exactamente 7 capítulos & el epílogo.🙌

- A.A.M. -💟🔥

Capitulo dedicado a IsaKopelioff 💛💛

En su cama • Aguslina. Where stories live. Discover now