Capitulo 19

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🎀Leer abajo, aviso importante.🎀

Estaba acostada, Agustín estaba duchándose y yo miraba hacia el techo. Sonreí al recordar la cara furiosa de Malena al salir de la habitación, yo tuve que disimular que recién iba a entrar a la habitación y ella me fulminó con la mirada, esos ojos marrones realmente intimidaban. Entré a la habitación de Agustín y él estaba con el ceño fruncido, me acerqué a él y pasé mi dedo por su frente. "No, que te vas a arrugar" le dije y él me respondió "¿Y así arrugado no me veo bien?" Eso me causó gracia, "No se, supongo. Ahora te ves bien estirado." Luego de eso me fui a bañar y él me dio una nalgada, me reí interiormente.

-Hoy es... ¿viernes? ¿Jueves? -Sacudió la cabeza.- ¿Miércoles...? Bueno, no importa. -Me reí de él.- Hey, no te rías de mí.

-Trataré. -Golpeé al lado mío de la cama y él se acercó, tenía el pelo mojado y unas gotitas caían en su pecho desnudo. Mordí mi labio al tenerlo tan cerca.

-¿Te gusta lo que ves? -Me pilló mirándolo, yo me sonrojé y lo miré a los ojos para apartar mi mirada de su pecho.

-Si. -Le respondí descarada y mordí mi labio inferior.- Me encanta lo que veo.

Me besó los labios y acarició mi cintura.

-Te haría el amor toda la noche, pero mañana tengo que levantarme a las cinco.

-¿A las cinco?

-Tengo que ir fuera de la ciudad, es un viaje de dos horas. -Asentí.

-Descansa. -Él me besó los labios y al terminar mordió mi labio inferior.

-Tú también. -Agustín se iba a acomodar y se quejó.

-¿Qué pasa?

-Mi espalda.

-Date la vuelta. -Me miró confundido.- Ponte boca abajo, te haré un masaje. -Él me hizo caso y me senté en su trasero, su lindo trasero. Comencé a masajearle los hombros.- Estás muy tenso. -Agustín gimió.

-Hace mucho que no me hacían un masaje. -Besé sus hombros.- Me gustas.

-¿Te gusto yo o te gusta el masaje? -Él se rió.

-Captas bien las indirectas. -Me reí.- Las dos cosas, aunque tú más. -Seguí masajeándole y se me ocurrió una idea para liberar totalmente su tensión.

-Date la vuelta.

-¿Para?

-Solo hazlo. -Me coloqué a su lado para que él pudiera moverse y se puso mirando hacia arriba. Me senté en sus muslos, cerca de las rodillas.

-¿Qué harás, pequeña traviesa? -Le sonreí ante el apodo.

-Tu relajate, ya podrás dormir.

Me acomodé y con mis manos bajé su bóxer, él levantó sus caderas para que pudiera bajarlo bien, él me sonrió cuando liberé su miembro. Lo tomé con una mano y comencé a masajearlo, arriba, abajo, arriba, abajo. Él gimió y echo su cabeza hacia atrás. Con mi mano libre tomé sus pelotas y las masajeé, sentí como se tensaba y luego relajaba. Bajé mi boca hasta su entrepierna y besé su punta, una mano afirmándolo y otra apoyada en un costado de la cama. Mordí su punta y un líquido salió de él. Comencé a chuparlo lentamente mientras con mi mano le seguía masajeando. Agustín no paraba de gemir, y yo sonreía para mis adentros. Pase mi lengua a travez de su longitud ahora más grande y dura, levantada y apuntando hacia arriba. Metí todo lo que pude en mi boca, hasta que sentí que su punta tocaba el final de mi boca, me debería haber dado arcada, pero no. Lo lamí unos minutos mientras él gemía y jadeaba. Él comenzó a tensarse, decía palabras que realmente no entendía, estaba perdido en el placer y eso me hacía sentir brillante y erótica. Con sus manos él no paraba de empujarme hacia él, y más de una vez levanto sus caderas a mi boca, queriendo follármela, pero aquí era yo la que mandaba en el proceso. Sentí un flujo en mi boca, se estaba corriendo, comencé a succionarlo más rápido y él empujaba mi cabeza más hacia él. Estoy segura que si él estuviese de pie y yo arrodillada ante él, me estaría follando la boca a más no poder. Tragué todo, él se relajo de nuevo y supe que ya había terminado. Besé su punta y luego me lamí mis labios para que no quedará rastro en mi boca. Me senté más arriba de él así podría llegar hasta sus labios. Lo besé y él movió sus caderas y apretó mi trasero, sentía su miembro en mi entrada y gemí.

En su cama • Aguslina. Where stories live. Discover now