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Volver a ver a Kim JinHwan luego de lo que le hice, ya no era lo mismo; desde el momento en el que sentí su ausencia el lunes, sabía que ya nada sería igual que antes, estaba preparado para su mirada de odio, pero la realidad fue incluso más fría.

Si ese era el castigo por haber traicionado la confianza de mi inocente y dulce Ah-Ri, estaba dispuesto a soportarlo.

Él ni siquiera pasó a mi lado en la fila del comedor, no hubo roce alguno de su piel con la mía. Al subir solo por las escaleras del delgado pasillo acaricié la pared con la yema de mis dedos deteniéndome en el punto exacto en el que días antes nos habíamos besado, él no estaba allí esperándome, observé la pared llena de grietas y con pedazos de pintura caídos, inhalé profundo haciendo que un sutil aroma se adueñara de mi sentido del olfato antes de expulsarlo todo en un suspiro melancólico.

Cuando abrí la puerta crucé la mirada con él por milésimas de segundos antes de que le devolviera su total atención a los primos Kim, quienes parecían estar haciendo trampa en su juego de cartas con el menor de los Song tras HanBin y el mayor tras JiWon, cada uno haciendo sutiles señas al oponente para ayudarlo a ganar.

Ah-Ri se encontraba ensimismada pintándose las uñas mientras yo bajé la vista hasta la colilla aún encendida cerca de mis pies, lo aplasté con el zapato, era la primera vez que JinHwan me mostraba esa faceta suya.

El humo del cigarrillo que reposaba entre sus dedos era disipado por la brisa, de vez en cuando le echaba una calada ignorándome aún cuando me senté al lado de Ah-Ri quien, obviamente se sentaba al lado de su novio.

Alguien tocó la puerta desconcertándonos, automáticamente me puse de pie cuando la puerta de metal se abrió, no sabía por qué lo hacía, sólo quería interponerme en el caso de que fueran a descubrir que JinHwan estaba fumando.

El chico me resultó familiar, relajé los hombros y de repente el pobre lució tan intimidado y no lo culpaba, tenía la completa atención del grupo de abusadores más temidos de todo YG Academy, la mirada de los chicos no lucía para nada amistosa con esa expresión facial congelada como si el tímido chico fuera un intruso en medio de un grupo mafioso.

- Oh - habló el mayor de los Song - eres tú - Agregó con tono despreocupado, ¿Acaso ellos se conocían? - ¿Qué te trae por aquí?

- Lamento interrumpir... - ni siquiera podía hablar claramente, sus piernas temblaban mientras se abrazaba a un cuaderno - yo sólo...

Una mano desde atrás me apartó, había olvidado por completo que había ocultado a JinHwan con mi cuerpo. Él sonrió ladeando la cabeza y tiró la colilla sin dejar de mirar al chico.

- ¿Eres el que recibe tutoría de Yun? -. Interrogó con tono apacible, completamente distinto al que normalmente empleaba con el resto de alumnos de YG.

Percepción erranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora