La otra cara del amor

Lo siento

Llegue a casa de Flavio y estaba sumamente nerviosa no sabía cómo iba a reaccionar, aunque me esperaba lo peor, suspire tomando valor y toque el timbre.
–Hola –Beatriz me miro con una gran sonrisa.
–Hola cariño –nos saludamos.
–Necesito hablar con Flavio ¿está? –Beatriz sonrió y asintió.
–Sí claro, debe estar en su habitación ¿quieres subir? –Negué– entonces voy a avisarle que estás aquí –vi como Beatriz se alejaba.
– ¡Chloe! –Samuel se acercó a mí y lo salude– ¿cómo está mi sobrino?
–Espero que bien –Samuel me miro confundido.
–Mi muñeca francesa –sonreí al escuchar esas palabras– te extrañe –me abrazó y yo lo abrace muy fuerte pensando en que sería el último abrazo– ¿Qué pasa? –algunas lágrimas empezaron a salir yo negué sin dejar de abrazarlo.
–Los dejo –dijo Samuel– estaré en el estudio .
–Si –Flavio me separo de él de una manera muy dulce– ¿Qué pasa mi amor?
–Flavio yo –no pude evitar llorar– sé que me vas a odiar, perdóname por favor –dije entre sollozos.
–Chloe me estás asustando le pasó algo a Sasha –negué– ¿entonces mi muñeca que pasa?
–Hay Flavio te amo pero sé que tú me vas a odiar –me tomo el rostro con sus manos.
–Ey yo no puedo odiarte lo único que puedo sentir por ti es amor –se acercó a mis labios y nos besamos necesitaba tanto un beso sentir sus labios– vamos al jardín y ahí platicamos –asentí y me tomo la mano mientras salimos al jardín.

Me desperté con un dolor de cabeza insoportable, mareada apenas me podía poner en pie, me levante con mucha dificultad, fui a ver a mi pequeño , me apoye en la pared porque sentía que la vista se me nublaba.
– ¿Qué me pasa? –Sentí que mi voz no se oía, me acerque a la cuna de mi bebé y no estaba– ¡Sasha! –trate de gritar estaba asustada– ¡Sasha! –estaba realmente asustada mi pequeño no estaba en la cuna, intente salir de la habitación– ¡Ayuda! –Mis piernas no me respondían y sentí que todo daba vueltas.

Mi amiga ya estaba mejor así que decidí ir a la casa a darme un baño antes de ir por Kasi, llegué y todo estaba en silencio, mire el reloj y era extraño Sasha debería de estar despierto, subí con cuidado sin hacer ruido y vi el cuarto de Andrea con la puerta abierta me asomé.
– ¡Andrea! –la vi tirada en el piso– ey –le di unas pequeñas palmadas en sus mejillas– despierta –ella no respondía, me levanté busque a Sasha y no estaba, fui por alcohol y no reaccionaba, me dirigí a la cocina y le traje un vaso con agua y azúcar, sentí sus pulsaciones y casi no se sentían me espante mucho, la acosté en la cama le acerque de nuevo el alcohol y abrió los ojos, pero se veía rara– ¿estás bien? –negó sin poder pronunciar palabras, le acerque el vaso con agua y le dije que bebiera, de pronto sus ojos se llenaron de lágrimas– ¿te sientes mejor? –negó con desesperación– Andrea ¿Dónde está Sasha? –pregunté y negó.
–No lo sé, mi hijo no está –trato de levantarse pero no podia– Reina ayúdame, Sasha no está –su voz se cortó y sus ojos estaban llenos de lágrimas.
–A lo mejor Chloe vino por él –Andrea negó.
–Ella no pudo hacer algo así de llevárselo –estaba desesperada se levantó de la cama y busco su celular.
– ¿Qué vas hacer? –me miro.
–Hablarle a Chloe –le estuvo marcando y no contestaba, aventó el teléfono desesperada– no me contesta, no sé qué hacer Reina ¡mi hijo! –sus palabras dolían el solo pensar que algo le hubiera pasado a Sasha me dolía.
–Andrea vamos a calmarnos, háblale al amigo de Chloe .
–No puedo mi hijo –lloraba desconsolada.
–Yo le marcó –tome el teléfono le marqué y me dijo que Chloe había ido a hablar con Flavio– Chloe está en casa de Samuel –Andrea me miro con el rostro lleno de lágrimas.
–Reina llévame por favor, si Chloe no lo tiene –puso sus manos en su rostro.
–Yo te llevo porque si algo malo le pasó a Sasha, Samuel lo debe de saber.